¿Es posible tener una relación a distancia?

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¿Cuántas personas se han preguntado (una o muchas veces) si es posible tener una relación a distancia? En este artículo reflexionaremos sobre lo que implica tener un amor a distancia y después les compartiré una conversación que tuve con Daniela que tiene hace dos años una relación a distancia con su novio Elias y no ha “muerto en el intento”.

Son muchas las razones o motivos por los cuales une puede estar en una relación a distancia. Ya sea porque te conociste en unas vacaciones o internet o por cuestiones laborales o de estudio, la distancia no significa el final del amor. ¿Cómo hacer que duren?

En principio no es para todas las personas y relaciones lo mismo. Algunas parejas se encuentran ya consolidadas una vez que tienen que separarse, otras empiezan su relación a distancia. Entonces lo que puede funcionar para algunas personas no necesariamente funciona para todes por igual.

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Sin embargo, existen ciertas cosas universales en toda relación que se deben tener en cuenta, ya que, en realidad no importa si es a distancia o presencial las relaciones se sostienen a fuerza de la cotidianidad, el habla, escucha y afecto.

Luego, está adaptar esas necesidades que existen en toda relación a los recursos tecnológicos más adecuados y a disposición. Es fundamental poder crear una sensación de cercanía y cotidianidad a pesar de la distancia física para fortalecer el vínculo. Para muchas personas esto es un poco difícil porque se les dificulta estar presente mediante mensajes de texto o llamados. Pero muchas parejas encuentran otras formas en las que pueden verse y pasar un momento juntes de calidad.

Hoy las videollamadas te permiten tener una cita, cenar y ver películas juntes. Para mantener la pasión y el deseo de estar juntes es importante ser creativo en esta situación, hoy la tecnología nos ofrece un montón de posibilidades anímate a armar programas que sean divertidos.

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Por último, ya que no está la presencialidad en donde une se puede ver y sentir, es muy importante poder hablar de lo que pasa, lo que necesitas y lo que te gustaría, como también escuchar lo que tu pareja tiene para decirte. Estas cosas suelen salir cuando une está presente y ve a su pareja pero como en este caso no es una opción es muy importante estar predispuestx a hablar y escuchar todo.

¿Cómo tener una relación a distancia y no morir en el intento?

Este podría llegar a ser uno de los temas en el amor más evitados por todes. Si le preguntas a un amigue tuyo ya mismo si tendría una relación a distancia, la respuesta probablemente sería que no. Por un lado, está la necesidad del contacto físico, los planes presenciales y, por el otro, están los mil y un mitos y realidades (tenemos qué ver cómo calificarlos) de lo que implica que tú pareja viva al otro lado del mundo.

Por suerte, yo nunca he tenido que estar en esa situación y en ese dilema previo a ¿qué hago cuándo me vaya? Sin embargo, aunque ahora pueda decirles que en definitiva no tendría una relación a distancia, es probable que si pasa haga hasta lo imposible para que las cosas funcionen. Es relativo, por ende, supongo que juzgar o dar consejos en algo que no tengo conocimiento no es válido.

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Fue por esto que hace unos días escribí por Instagram que quién de mis amigues tenía o había tenido una relación a distancia para compartir conmigo y con ustedes cómo es la cosa. Estoy impresionada. Muchas personas contestaron a mi historia diciendo que elles habían estado en esas (y algunes más de una vez).

Hoy voy a hablarles de la relación de Daniela con su novio Elias. Daniela vive en Bogotá y él en Buenos Aires. Les copio acá partes de nuestra conversación.

¿Cómo te conociste con Elias?

Yo me gradué en octubre del 2019 y mi propósito de vida siempre había sido irme a viajar por América como mochilera. Siguiendo con mi ruta planeada llegué a Perú en enero del 2020 y allá principalmente me iba a quedar dos o tres meses. Iba a hacer un intercambio en un hostel en el que trabajaría unas horas a cambio de hospedaje y comida. El recepcionista del hostel era Elias. Apenas lo vi, hubo una conexión física por parte de ambos. Este era un viaje para mí de desconexión con el mundo y las personas, pero los planes cambiaron y yo me terminé cuadrando con él el 14 de febrero. Todo fue muy romántico. Una experiencia maravillosa.

Inicialmente, como te dije, mi plan era viajar por Sudamérica y cuando lo conocí y me dijo que era de Argentina pensé que podríamos viajar juntos. Decidimos un día irnos a otro pueblo cercano a la casa de un amigo que conocimos en el hostel que nos había invitado a pasar un fin de semana con él.

Resulta que estando ahí, dos días después, empezó la cuarentena. Nos tocó quedarnos en Perú aproximadamente cuatro meses desconectados del mundo y sin posibilidades de volver a nuestros países. Hasta que finalmente Elias consiguió un vuelo de repatriación a Argentina. A mí me tocó devolverme por tierra hasta Colombia y eso duró una semana.

Esa fue la primera vez que nos separamos, en junio del 2020. Nos volvimos a encontrar en enero del año siguiente en Bogotá. Esos meses que estuvimos separados por la pandemia fueron horribles. Yo jamás en mi vida había tenido una relación a distancia. Fue un desafío completamente grande, sin embargo, en nuestra cabeza sabíamos que podían pasar muchas cosas, pero  eran más fuertes las ganas de volver a encontrarnos. Llevamos dos años juntos.

¿Siempre tuvieron claro que seguirían la relación a pesar de la distancia?

Creo que esto fue algo que nosotros siempre hablamos. Yo llevo viajando cinco años y me di cuenta de que realmente cuando estás viajando te puedes enamorar y desenamorar. La vida pasa a mil por segundo en esos momentos. Las relaciones son muy fuertes cuando estás de viaje porque todo es conexión plena, todo es muy real. Esto no quiere decir que no lo hagas cuando estás en la ciudad, lo que sucede es que ahí hay diferentes dinámicas (sociales y personales) que uno no encuentra cuando está viajando.

Desde el principio siempre tuvimos muy claro que nosotros queríamos seguir a pesar de la distancia, que sí iba a ser complejo y de por medio habría frustración, tristeza y desconfianza, pero aún lo queríamos. Creo que ahí es donde uno tiene que practicar el sentido de la comunicación y la confianza. Yo confié siempre en que sí, él me estaba diciendo que quería estar conmigo, iba a creerle y viceversa. Fue entonces un acto de amor y confianza a su palabra.

Entrando en ese tema, entonces, ¿qué dirías que es esencial en una relación a distancia para que las cosas funcionen?

La comunicación. Eso para mí es un acto intangible, pero a la misma vez se hace muy presente en las relaciones a distancia. La honestidad es lo más importante y el tipo de acuerdos que tú hagas con tu pareja. Cuando tú tienes muy claro qué es lo que quiere cada uno, las cosas se solucionan.

Esto no lo había pensado mucho antes, pero ahora siento que es importante tener una fecha de regreso o de ida o vuelta… Siempre tener una fecha es súper importante porque si no estás navegando en el mar de la incertidumbre y eso no es bueno porque la cabeza después no te va a dejar estar tranquila.

¿Cuáles son los mayores miedos que te abarcan a ti teniendo este tipo de relación y cómo los resuelves?

Me surgía el miedo de la incertidumbre al no saber, de pronto, cuándo lo iba a volver a ver. Esta esa pregunta que te hacen tus amigos o la gente, porque no te la haces tú, sobre si no da desconfianza o ese dicho de “amor de lejos, felices los cuatro”. Todo el mundo te dice lo mismo y yo siempre me he preguntado por qué la gente piensa que para que tu pareja te sea fiel tiene que estar al lado tuyo. Si tu pareja te quiere poner los cachos, también lo puede hacer al lado o en frente tuyo.

El mayor miedo de la gente, la mayoría de las veces, es ese entonces: la inseguridad, la desconfianza… Pero eso también se puede hablar. Creo que es una decisión de ser maduro y decidir si en realidad es lo que quieres y afrontarlo.

Para mí el mayor miedo es el tiempo. Porque bueno, el tiempo pasa y cambian las cosas. Toca tener muy presente que nadie te pertenece y nada está asegurado. La clave es vivir el presente, el ahora, cada segundo de hoy y de este momento y dejar de preocuparse por qué hará el otro. Obviamente, no es igual de fácil decirlo que hacerlo.

Actualmente, he visto otra etapa de Daniela distinta a la que conocí hace tres años y es muy bonito saber que puedo estar con Elias y ser independiente, tener mi espacio. Saber que el tiempo corre y cada uno respeta eso sin la necesidad de poner en duda las cosas. Ha sido sanador y muy reparador, en mi caso y perspectiva, porque esta relación me ha hecho muy fuerte y me ha hecho madurar mucho en temas amorosos y personales.

***

Después de mi conversación con Dani, me quedé reflexionando sobre qué implica tener una relación a distancia. Más allá de lo que todes vemos, de la imposibilidad de estar con tu pareja, la desconfianza, el miedo y la incertidumbre que genera la distancia, me quedé pensando en que los retos que implica este tipo de relación, conllevan a ver el amor diferente.

Dani misma lo dice al final de la conversación: entender que el otro no te pertenece y estar tranquila con eso. Muchas veces el estar en el mismo lugar hace que se desdibujen los límites de las personas en una relación. Entender que, fuera de chiste, la base de una buena relación está en comunicarse las cosas. Eso genera confianza y tranquilidad.

Tal vez la distancia te facilita ver que lo lindo está precisamente en eso, en el hecho de que la persona no esté todo el tiempo contigo, pero, aun así, escoja confiar en ti y saber que siempre tendrá un lugar a donde llegar, sea donde sea que tú estés.

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