El pasado mes de junio de 2021, el ministerio de igualdad presentó el Anteproyecto de Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans, comúnmente conocida como Ley Trans. Esto ha sembrado en polémica en la sociedad española, provocando además una fuerte división en seno del movimiento feminista.
La propuesta de ley contempla que las personas puedan ejercer el derecho a establecer su sexo en el registro Civil desde los 16 años, sin necesidad de un examen psiquiátrico. Además, se elimina el requisito de estar un mínimo de 2 años en tratamiento hormonal. Esto implicaría un avance respecto a la ley actual de 2007, ya que no todas las personas trans quieren ni pueden hormonarse. Asimismo, el proceso médico que se lleva a cabo es criticado por ser patologizante.
Lucha contra la transfobia
En todo el mundo existen alrededor de 40 millones de personas trans, lo que supone un porcentaje de un 0,5% de la población mundial. Esta cifra probablemente no sea completamente fiable si tenemos en cuenta que existen muchísimas personas con miedo a expresar su identidad, y que no todos los países del mundo respetan los derechos del colectivo LGTBQIA+.
Pero la propuesta de ley trans no solamente va en consonancia con los derechos humanos, sino que además está amparada por la Organización de las Naciones Unidas.
En el año 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la llamada disforia de género (cuando no hay conformidad entre el sexo asignado al nacer y el género con el que la persona se identifica) de la lista de trastornos psiquiátricos. Ese mismo año, el Consejo Europeo también estableció que la autodeterminación de género era la mejor herramienta para que cada persona pudiera establecer cuál es su identidad.
Además, se sabe que los conflictos relacionados con el género generan mucho malestar psicológico, sobre todo ansiedad, depresión y mayor riesgo de cometer suicidio.
Por último, el trámite para cambiar de sexo legal no es un proceso precisamente corto. Por lo general, las personas trans tratan de acomodar su expresión de género para que vaya acorde a su identidad y evitar que las discriminen. Además, la transfobia sanitaria puede generar trabas a la hora de iniciar su cambio de sexo legal. Por ejemplo, se les puede negar informes médicos necesarios o recibir un trato deshumanizador.
Ley Trans y División en el movimiento feminista
El derecho a la autodeterminación de género ha generado un fuerte impacto en el seno del feminismo. Ha dado pie a movilizaciones y divisiones fuertes. Incluso se ha creado la llamada Plataforma contra el borrado de las mujeres, donde se ataca con fuerza a lo queer.
Desde espacios académicos, algunas feministas teóricas atacan con fuerza la ley trans y se posicionan claramente en contra, lo que ha incentivado que el debate se vuelva más agresivo, polarizando al movimiento.
Asimismo, ha surgido la llamada confluencia del Movimiento Feminista, que hasta la fecha agrupa a más de 40 asociaciones por los derechos de las mujeres. Temen que la ley sea un retroceso para la lucha feminista, y una ventaja para el machismo y la desigualdad estructural basada en el género.
La realidad de la autodeterminación de género
Aunque la ley estatal aún no se ha aprobado, en España hay 12 comunidades autónomas que han regulado leyes locales para facilitar la autodeterminación de género. Las personas no pueden cambiar su sexo en el registro civil porque no existe la ley estatal, pero sí que pueden establecer su género en su documentación sin necesidad de pasar por ningún proceso médico.
En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se establece que las personas:
«Tienen derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba psicológica o médica […] y a ser tratadas de conformidad a su identidad de género en todos los ámbitos públicos y privados».
La iniciativa estatal también se ha quedado estancada frente a los avances del propio Tribunal Constitucional. En los últimos años, han surgido varias sentencias que dictan que:
«no puede condicionarse el reconocimiento de la identidad de género al sometimiento a una operación quirúrgica de reasignación de sexo, esterilización o terapia hormonal».
En una ocasión, un joven de 17 años consiguió el aval judicial necesario para poder cambiarse su nombre y sexo y que fuese acorde a su identidad.
Además, España no es el único país que tendría una ley trans. Tenemos ejemplos en otros países europeos como Malta, Portugal, Irlanda, Bélgica, Dinamarca o Noruega. El país pionero en aprobar una Ley de Identidad de Género fue Argentina en el año 2012. Desde su aprobación, unas 1000 personas han cambiado su sexo en su documento de identidad. Esto supone un 0,02% de su población, bastante similar a la de España, con 45 millones de habitantes. En ningún momento esto ha causado ningún tipo de desventaja entre hombres y mujeres, ni tampoco abusos normativos.
Derribando mitos y miedos infundados sobre la Ley Trans
Son varias las organizaciones que trabajan para derribar los mitos que han surgido en contra de la Ley trans, y que atacan fuertemente el derecho a la autodeterminación de género. Una de ellas es PRISMA, la Asociación por la Diversidad Afectivo-Sexual y de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación.
Algunos de los mitos que más se repiten son los siguientes:
1. Mayor riesgo de que las personas menores de edad se sometan a algún tipo de tratamiento hormonal que ponga en riesgo su salud. Se teme que se sometan a cirugías irreversibles y arriesgadas.
Respuesta: A las personas menores de edad no se les practica ningún tipo de cirugía de asignación de sexo. No hay que confundirlo con menores intersexuales que podrían necesitar operarse en caso de que su tipo de intersexualidad lo requiera por motivos de salud. No obstante, esto siempre ha de hacerse bajo el consentimiento del menor intersex.
En la infancia solamente se recomienda la transición social, siguiendo los tiempos establecidos por el/la menor, y dejándole espacio para que pueda explorar su identidad. Esta transición además es reversible. En la adolescencia sí que se pueden usar bloqueadores de pubertad si se requiere, siendo estas sustancias seguras con evidencia científica desde 1990.
En caso de que se niegue este tratamiento, no solamente se estaría yendo en contra de la voluntad de la persona a establecer si identidad, sino que pueden darse episodios de malestares psicológicos, como depresión, baja autoestima, ansiedad, intentos de suicidio o tratamientos hormonales sin prescripción ni control médico.
2. Riesgo de que las mujeres trans tengan más ventaja que las mujeres cis, ya que estas sufren discriminación por nacer con características sexuales que las ponen en desventaja frente a los hombres.
Respuesta: Tanto las mujeres cis como las mujeres trans sufren discriminación por diferentes motivos a los que se suman rasgos interseccionales (clase social, origen étnico, diversidad funcional, orientacon sexual, etc).
Además, la discriminación social no tiene su base rígida en el sexo biológico, sino en el género. Lo percibido como femenino es infravalorado y atacado, siendo el eje principal de la desigualdad y la discriminación.
Asimismo, estudios demuestran que las personas trans sufren mucha mayor discriminación, así como altas tasas de violencia machista (Ellis, Bailey, & McNeil, 2016; Köllen, 2016; Winter et al., 2016).
3. Si se aprueba la autodeterminación de género, los espacios exclusivos para mujeres serán menos seguros. Por ejemplo, los baños o los vestuarios.
Respuesta: En primer lugar, si un hombre quisiera violentar a una mujer en un espacio privado como un vestuario o baño, lo puede hacer sin tener en cuenta ningún tipo de legislación. Además, no basta con declararse hombre o mujer para acceder a espacios no mixtos.
Con este argumento, además se estaría dando por hecho que las mujeres trans son peligrosas, violentas y potenciales, agresoras, lo cual es un signo de transfobia.
Además, hay evidencia de que la gran mayoría de mujeres trans no socializan como hombres cis, del mismo modo que los hombres trans tampoco socializa como mujeres cis. Ni antes ni después de iniciar su transición de género, principalmente porque no son personas cis (Cerqueira-Santos, de Santana, & de Miranda Ramos, 2020).
4. Con la autodeterminación de género, los hombres cis que son violentos tendrían ventajas legales, fomentado la desigualdad.
Respuesta: En caso de que la autodeterminación de género se aprobara, un cambio de sexo implica un proceso administrativo estudiado para evitar trampas legales.
Por otro lado, no hay noticias en las que hombres cis violentos hayan obtenido ningún tipo de ventaja legal. Las leyes cuentan con mecanismos que regulan todo tipo de situaciones, y pueden sancionar cualquier intento de fraude al sistema. Por ejemplo, si se iniciara un trámite de cambio de sexo registral para evitar una denuncia por violencia machista, se consideraría una agravante más que una ventaja.
5. Borrado de las mujeres y de sus derechos históricamente conseguidos con la lucha feminista.
Respuesta: Un cambio legal de sexo no iría en contra de los derechos de las mujeres, puesto que seguirá la legislación que las proteja de abusos y discriminación.
Conclusiones
Las personas trans necesitan el apoyo de la sociedad, así como recursos sanitarios en caso de que requieran orientación y acompañamiento no patologizante. Nadie más que la propia persona ha de tener potestad para elegir algo tan íntimo y personal como la propia identidad.
Fuentes: