En la actualidad la salud mental es uno de los temas más importantes en la sociedad, las personas se empezaron a dar cuenta que algunas actitudes y acciones que tenían normalizadas pueden ser consideradas formas de violencia que afectan a quienes les rodean. Por esta razón te contamos qué es el ghosting, cómo prevenirlo y qué consecuencias trae.
¿Qué es el Ghosting?
El debate de la responsabilidad afectiva y las relaciones trajo consigo un problema que ha sido muy común en toda la historia y que se ha agudizado con el acceso a la virtualidad y la socialización por medio de redes sociales y aplicaciones de ligue: el Ghosting. Se trata de una práctica en la que en el marco de una relación —amorosa, amistosa, casual…— una de las partes corta toda forma de comunicación sin previo aviso y sin una explicación.
De allí que la palabra provenga del término “ghost” o fantasma, en español, ya que desaparece como un fantasma.
Anteriormente este fenómeno era más complicado de lograr, ya que la socialización física no permitía mucho campo de acción para desaparecer del entorno de la otra persona tan fácilmente. Ahora, con el mundo digital es más preocupantemente común; no hay un mensaje o una despedida, solo un “visto” o un “bloqueo” en todo espacio donde se pudiera dar la comunicación.
Está visto con tanta normalidad este fenómeno que muchas personas no son conscientes de lo que pueden causarle a sus víctimas a corto y largo plazo. Se trata de una situación que puede afectar profundamente la autopercepción de quien la sufre y, también, la forma en que percibe el mundo y los entornos de socialización.
En el 2018 la revista Journal of Social and Personal Relationships publicó un estudio en el que se demostraba que una cuarta parte de las personas que participaron habían sufrido de ghosting. Por el contrario, una quinta parte había “ghosteado” a alguien.
La periodista Lucía Martín afirmó para un artículo de La Vanguardia que: “Las redes acentúan nuestra forma de ser y que el anonimato con el que podemos comunicarnos a través de ellas no genera cosas muy buenas: es la puerta abierta a una serie de comportamientos que no se darían en un bar, por ejemplo”. Claro, porque… ¿Cómo habíamos podido hacer ghosting en el pasado donde las redes sociales no existían?
¿Por qué desaparecer o ghostear?
Las razones son variadas —lo que no significa que sean válidas—, les expertes coinciden en que estas personas suelen tener miedo al conflicto y evitan el enfrentamiento por medio de la ausencia. También, según Sherry Turkler para BBC, hay un acostumbramiento a deshacerse de las personas sin ninguna explicación, para ella, eso también responde a un ciclo, en el que la persona lo ve como algo normal porque se lo han hecho tantas veces, que no ve el problema en ejercerlo también.
Otras personas deciden hacerlo porque sus habilidades de comunicación son mínimas, lo que no les permite tener una conversación abierta, duradera y honesta. Así mismo están quienes lo hacen para no despertar sentimientos emocionales o sexuales en la otra persona que no desean corresponder.
Sea cual sea el motivo, las personas que lo ejercen con normalidad y sin ningún espacio de reflexión suelen carecer de responsabilidad afectiva, por lo que no pueden o quieren tener acercamientos —y alejamientos— sanos con las demás personas. El principal paso es reconocer que no es algo correcto y que cuando se desee cortar una relación es necesario analizar la situación para que la decisión no afecte a ninguna de las partes, o por lo menos no en la medida en que lo hace el ghosting.
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¿Cuáles son las consecuencias de esta desaparición?
Esta forma de cortar lazos puede ser gradual o instantánea, por lo que afecta profundamente a las víctimas. Según Silvia Congost para Elle, algunas de esas consecuencias son:
- Sentir culpa: La más común es que hace creer a la víctima que hizo algo mal y que por eso la otra persona se alejó. Esta se atribuye toda la culpa, absolviendo de su responsabilidad a le victimarie.
- Obsesión por encontrar una explicación: En ese mismo proceso de culparse, intenta buscar alguna razón que de cuenta de la desaparición; esto puede hacerle querer buscar a la persona, aunque esta le siga evitando o le hace crear escenarios que refuercen su afectación emocional.
- Afectación al autoestima: La persona empieza a sentirse insuficiente porque esos escenarios que creó le hacen sentir que algo está mal en ella y que por eso, las demás personas con las que se relacione le harán lo mismo.
- Sentimiento de desconfianza: Así, la víctima no se va a dar la oportunidad de abrirse a conocer a nadie ya que hay una profunda desconfianza sobre que todo el mundo le va a hacer lo mismo.
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El ghosting y la comunidad LGBTIQA+
A pesar de que el ghosting, o mejor dicho la desaparición abrupta y sin previo aviso de una relación, es difícil de manejar en la mayoría de los casos, para las personas de la comunidad LGBT puede ser particularmente devastador.
Todo tiene relación con el contexto y las creencias con las que crecimos. Desde pequeñes nos dijeron que nuestra orientación sexual diversa no era aceptable y, en muchos casos, “un pecado”. Por ende, cuando decidimos tomar el riesgo de entablar una relación con alguien lo hacemos de manera muy cuidadosa y, probablemente, después de pensarlo muchas veces.
Esto sucede también porque existe un dolor profundo frente al rechazo que recibimos muchas de las personas de la población LGBTIQA+ por parte de la sociedad, pero sobre todo, de nuestras propias familias.
Entonces, es de esperarse que si estamos construyendo una relación y la otra persona desaparece sin avisar, ese sentimiento puede impulsar muchos más que hemos cultivado a lo largo de la vida, como el rechazo y/o el abandono.
Algo muy cierto que dice un artículo de Gay Therapy Center es que, aunque no se encuentren estudios al respecto, es muy probable que las personas del colectivo sufran más ghosting que otras personas. Esto debido a que existe esta relación directa entre que nos han enseñado toda la vida que debemos escondernos y el “ghosting” consiste precisamente en eso.
Es importante agregar que como personas de la comunidad también tenemos la responsabilidad afectiva de no “ghostear” a alguien más. Todo lo que leímos anteriormente puede terminar saliendo al revés y que, tal vez por miedo, prefiramos dejar sin previo aviso una relación a hablar y expresar lo que nos hace sentir amar en un mundo que todavía ejerce tanta discriminación y homofobia.
¿Qué hacer en caso de que me hagan ghosting?
Es importante reflexionar sobre el tipo de relación que se venía construyendo, de allí que sea necesario establecer límites claros a la hora de socializar con otras personas. Lo más importante para prevenir esto es aclarar desde un principio qué quieren cada persona de la otra; de allí que ninguna cree falsas ilusiones que se derrumben con el abandono. Pero ¿qué deberían hacer quienes lo pueden sufrir o quienes lo sufrieron?
- Reconocer que no es necesariamente tu culpa: Es parte del proceso de reflexión crítico y consciente preguntarse: ¿la otra persona cortó relación conmigo porque yo estaba afectando su estabilidad emocional o simplemente porque sí? Si la respuesta es la primera, es necesario respetar su espacio —recordemos que no podemos culpar a las víctimas de violencia el alejarse sin ninguna explicación—; pero, si es la segunda, es importante afrontar que la otra persona no tiene responsabilidad afectiva y decidió desaparecer por diversas razones que no son tu culpa.
- Reconocer que la persona que lo hizo sin razón alguna es dañina para tu vida, por lo que lo mejor es intentar mantener esa lejanía entre les dos.
- No forzar el contacto, ya que esto puede herirte a tí misme porque el esfuerzo no siempre va a dar resultados o, como es común, la persona victimaria puede llegar a liberarse de responsabilidades y dejarte la carga a tí.
- Recurrir a ayuda psicológica en caso de que la afectación emocional haya sido profunda, así la asistencia profesional podrá seguir una ruta idónea para cada caso.