¿Qué es el Gaslighting y por qué es una forma de abuso emocional?

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Se trata de un tipo de abuso emocional y psicológico que está profundamente normalizado en las relaciones sociales y que puede tener impactos negativos en la salud mental y física de las víctimas. La persona denominada “abusadora” intenta mantener el control dentro de la relación por medio de estrategias para controlar a la víctima, manipulando su sentido de la realidad.

Así, se intenta que la víctima dude de su propio criterio, identidad, autoestima, memoria y juicio; al increpar su capacidad de raciocinio y de expresión de emociones. Por ello, esta persona empieza a dudar de sí misma y se produce una relación de dominación de la que es difícil de salir.

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Les abusadores se suelen presentar como personas amorosas y empáticas que “quieren el bien” para la víctima, sin embargo, sus actitudes tienen como fin que esta no abandone la relación y se sienta culpable por la situación.

El término proviene de la obra de teatro Gas Light de 1938 —que luego se convertiría en una película protagonizada por Charles Boyer—, en ella, un hombre intenta convencer a su esposa de que está enloqueciendo, por medio de la manipulación y el uso de objetos para reforzar esa historia. En una escena, hace uso de una lámpara de gas para hacerle creer que las luces están dando señales, de allí que se le haya dado ese concepto.

Aunque comúnmente el gaslighting está relacionado con las relaciones de pareja, se suelen dar en todos los entornos sociales: la familia, el trabajo, la escuela y hasta en las amistades. Por ello es importante reconocer las características y efectos que tiene esta forma de violencia, para poder promover soluciones.

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¿Cuáles son las etapas del Gaslighting?

Según Preston Nil, profesor de habilidades comunicativas y autor del libro “Cómo manejar con éxito los gaslighters y detener el acoso psicológico”, hay siete etapas de este abuso en una relación, que pueden variar según la circunstancia:

  1. Mentir y exagerar: En este punto, la persona llamada abusadora crea una narrativa negativa sobre la víctima, al hacerle sentir que algo con ella se encuentra mal. Usa las falsas presunciones y se sobredimensionan las situaciones para que la víctima se sienta culpable o se ponga a la defensiva.
  2. Repetición: En esta etapa, la persona repite constantemente las mismas falsedades para mantenerse a la ofensiva y poder controlar la situación a su favor.
  3. Escalar cuando se le desafía: Cuando la víctima le confronta, la persona accionante intensifica sus estrategias de manipulación por medio de los ataques, la negación, afirmaciones falsas y promoviendo la duda en ella.
  4. Desgaste de la víctima: En este punto, la víctima ha permanecido tanto tiempo ante estas formas de violencia, que se siente desgastada; se desanima, se resigna, se vuelve temerosa, pesimista y duda de sí misma.
  5. Formar relaciones codependientes: Aquí, la relación abusiva provoca tanta inseguridad y ansiedad en la víctima, que esta pierde su propio criterio y le da el poder a le gaslighter de aprobación, respeto, aceptación y protección; a tal punto, que la persona violenta usa ese resultado para amenazar a la víctima, de allí que esta genere codependencia por medio del miedo, la vulnerabilidad y la marginación.
  6. Dar falsas esperanzas: La persona abusadora manipula a la víctima por medio del trato con suavidad, bondad o remordimiento, claramente superficial, para darle esperanzas a la víctima de que la situación puede cambiar o que le atacante no es una persona tan mala, con capacidad de mejoras. De allí que la víctima le brinde tantas oportunidades a esta persona, porque le hace sentir que las cosas pueden mejorar. Al ser una intención falsa, esa actitud termina por reforzar la relación codependiente.
  7. Dominar y controlar: El punto final se da cuando la persona consigue su objetivo de controlar, dominar y aprovecharse de la otra persona o el grupo. Allí, la cantidad de mentiras y coerciones hacen que las víctimas estén en un estado constante de inseguridad, duda y miedo, lo que permite tener vía libre para ejercer su voluntad.
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Efectos del gaslighting en las víctimas:

Las consecuencias pueden variar de acuerdo a la situación, incluso, al nivel y la medida en la que se ejerce esta violencia psicológica.

Las personas empiezan a dudar de su memoria y de su capacidad de recordar bien, debido a que la persona manipuladora logra convencerla de que las cosas no sucedieron, o al menos no como ella lo recuerda. Por ello, se llega a dudar del propio raciocinio, en donde la víctima se ve obligada a buscar ayuda de otras personas (principalmente le abusadore) para saber si lo que piensa o siente es real u obra de su mente.

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En cuanto a la salud mental, esta forma de abuso tiene profundas consecuencias, en donde las personas empiezan a sentir que están afectadas mentalmente y que la única persona que puede ayudarles con eso es la persona que les manipula. Así mismo, el autoestima es un aspecto que se ve claramente afectado, en la medida en que la víctima siente que, sin la otra persona, su valor es inferior o que su papel en la vida es inexistente.

A largo plazo, puede conducir a que la persona no pueda relacionarse de forma sana con otras personas, ya que suele repetir los patrones que marcaron su relación pasada. Además, ese aislamiento, que la persona victimaria le impone, hace que pierda cualquier otra red de apoyo que le pueda permitir alejarse de esa situación de violencia.

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Señales que te pueden mostrar que estás en una relación mediada por el gaslighting:

Aunque hay montones de señales que varían de la situación, el tipo de relación, el contexto y demás, algunos ejemplos pueden ser:

1. La persona cuestiona tus ideas o acciones constantemente; te hace creer que no actuaste de la mejor manera, aunque lo hayas hecho de forma reflexiva y crítica.
2. Te hace sentir culpable por ser una persona sensible y te hace creer que demostrar tus emociones es negativo para la relación o para el entorno.
3. Te ves obligade a disculparte constantemente por cosas mínimas o por situaciones que se alejan de tu control.
4. Cuando estás compartiendo en otros espacios con esa persona o personas, les observadores se dan cuenta de sus actitudes negativas y te las hacen saber, aunque las tengas tan normalizadas que antes no las percibías como algo malo.
5. Te obligas a tí misme a ocultar información inofensiva por miedo a tener que darle explicaciones a esa o esas personas y por pánico a cómo pueda actuar.
6. Sientes que tu autonomía y tu capacidad de decisión están mediadas por la opinión de le atacante.

Este ejercicio de reconocimiento de señales, debe ir acompañado de un análisis del contexto en el que te encuentras, además de una capacidad reflexiva que te haga ser consciente de si eres víctima o victimarie.

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Gaslighting y LGBTIQfobia interiorizada

En el sector disidente del género y la orientación sexual predominantemente esta es una práctica común que trasciende las relaciones de pareja. El gaslighting se presenta en este tipo de odio cuando las personas cercanas estigmatizan, denigran o condenan a las personas LGBTIQ+ al hacerlas sentir culpables por su forma de vivir.

Por medio de manipulaciones y otras estrategias, se le hace sentir a las víctimas que deben permanecer en la clandestinidad o bajo la “protección” de le o les abusadores; algo que es común en las familias, donde se hace sentir a la persona cisheterodisidente que es mejor no asumir su orientación sexual o identidad de género por los peligros —sociales, políticos, económicos y religiosos— que puede conllevar, supuestamente, la autoaceptación.

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