Hace unos días conocíamos a Laurel Hubbard la primera deportista transgénero en competir en los Juegos Olímpicos. Pero lejos de celebrar esa participación, se generó una nube de críticas que puso en vilo si era posible que una mujer trans corra con ventajas al momento de competir con mujeres cis.
¿Deberíamos estar hablando de transodio?
En el año 2004 el Comité Olímpico (COI) aprobó la participación de personas trans en competencias deportivas. Pero recién en 2020 aparecieron las primeras deportistas convocadas a competir en las olimpiadas.
Pero ¿Por qué todavía las mujeres trans debemos ser sometidas a cuestionamientos, discriminación y millones de prejuicios por parte de la sociedad?
Uno de los grandes errores que cometen las personas es relacionar el deporte con la fuerza y la potencia, como atributos únicamente pertenecientes a lo masculino.
En estos días, la celebración por olimpiadas inclusivas, se vio teñida de múltiples comentarios transodiantes y descalificativos, en las que señalaban que una persona trans no puede competir en categorías femeninas debido a las ventajas competitivas que se derivan de un “físico masculino”.
¿Por qué en este momento histórico el debate se acentúa en las supuestas ventajas que tiene ser una mujer trans?
Es importante saber que existen actualmente reglas olímpicas que permiten a cualquier mujer trans competir contra mujeres cis, siempre que sus niveles de testosterona estén por debajo de 10 nanomoles , 12 meses antes de su primera competencia. Según la reglamentación, las mujeres trans deberán colocarse estrógenos y en el caso de los varones trans, testosterona. Como también es importante aclarar, que tampoco sugieren que se sometan a operaciones de reasignación de sexo.
“Es necesario garantizar dentro de lo posible que los deportistas no se les niegue la oportunidad de participar en competencias deportivas” anunciaba el organismo COI (Comité Olímpico Internacional).La sociedad discrimina por ignorancia ya que no está preparada. Todes tenemos la capacidad y la libertad de realizar una actividad física.
¿Por qué deberíamos entonces, tener el derecho de coartar los sueños de obtener una medalla, solo por ser libres de ser?
Es momento de evolucionar. Eliminar la estigmatización que pesa sobre las personas trans. El deporte no debe ser un privilegio de algunes. Muchos son los profesionales de la salud que dejan en claro que no existe ningún tipo de ventaja por ser trans. Por lo tanto, los juicios de valor que recaen sobre les deportistas trans afecta a los derechos humanos, la diversidad y el respeto.
Las atletas trans tienen todo el derecho de hacer deportes y competir. El deporte constituye un verdadero espacio de integración y reconocimiento para las personas cuya expresión de genero difiere del sexo asignado al nacer. Basta de ver a la alta competición de una forma binaria. La sociedad ya no es binaria, no debemos hablar solo de hombres y mujeres, sino de una diversidad que existe y llegó para cambiarlo todo.