Cuando se menciona el acrónimo LGTBQIA+, una de las letras que más dificultad genera a la hora de comprender su significado es la Q de queer. En este artículo, desgranamos su definición y su historia para eliminar cualquier duda que exista sobre el tema.
¿Qué es queer?
Queer es una palabra que va adquiriendo muchos significados diferentes. Lo inaccesible de la misma lleva a la crítica y al rechazo. Exploremos los significados que tiene.
En el siglo XVI, es una palabra que, en el habla inglesa, hace referencia a algo raro o ilegítimo. Existen además algunas expresiones paralelas como estar in queer street, que significa tener dificultades económicas. En el XIX se sigue usando la palabra como sinónimo de raro, extraño o desviado.
El primer registro que existe de la palabra como insulto homófobo data de 1894, con una carta de John Sholto Douglas, marqués de Queensberry. Este acusó a Oscar Wilde de haber tenido una aventura con su hijo Alfred Douglas. La palabra se convirtió así en un insulto hacia la atracción hacia el mismo sexo. Por tanto, queer pasa a ser un sinónimo de raro, a convertirse en una palabra despectiva para referirse a personas que se sienten atraídas por otras del mismo sexo. Y sobre todo para demostar a los hombres homosexuales afeminados o con pluma.
En los años 80 la comunidad LGTB empezó a reclamar la palabra como sinónimo de la comunidad, como una forma de identidad propia. Actualmente, el colectivo LGTB se ha apropiado de la palabra y tiene connotaciones positivas. Asimismo, se trata de un término paraguas, pues acoge más definiciones en su interior, abarcando un espectro infinito de situaciones.
Por consiguiente, queer hace referencia a todo aquello que se sale de lo normativo. Por ejemplo:
- Personas que no son heterosexuales o que no tienen una orientación sexual normativa. En ese sentido, bisexual, asexual, homosexual por definición, son queer.
- Formas de desafiar el sexo y la sexualidad a través de diferentes maneras de pensar y actuar. En ese sentido, una relación poliamorosa sería queer.
- Personas que no son cisgénero. En ese sentido, las personas trans y no binarias serían queer.
Esta palabra se convertiría así en un sinónimo más incluyente del acrónimo LGTBQIA+. Sin embargo, muchas veces se rechaza por tener un origen peyorativo y ser utilizada como insulto. Asimismo, choca frontalmente con la idea de la necesidad de etiquetas específicas para visibilizar violencias concretas. Y es que si hay una L de lesbiana es porque existe una lesbofobia. Lo mismo que con la G, la T, la I, la B o la A.
Lo queer también es una forma de dinamitar la forma en que la sociedad occidental ha llegado a entender el concepto de sexo y de sexualidad. En relación a la sexualidad y el género, el activismo queer cuestiona lo ‘’normal de lo LGBT’’, celebra la diferencia y desafía la mercantilización de la diversidad.
Por otro lado, uno de los aspectos clave del término es la comprensión del sexo, del género y de la identidad. Afirma que prácticamente todo es construido y contextual. Y que la forma en que vemos las cosas hoy no es la más avanzada tras siglos de historia, sino una variante de todas las posibles.
Lo queer lleva incorporado un enfoque más crítico de la sexualidad, incluyendo la heterosexualidad. Es multidisciplinar, pues se alimenta de otras disciplinas como la geografía, la sociología, historia, literatura, el mundo audiovisual…
La teoría queer
No se puede hablar de este concepto sin mencionar la teoría queer. Hay muchas de ellas, y además algunas se contradicen entre sí.
En primer lugar, la teoría(s) queer cuestiona la identidad fija, lesbiana, gay, bisexual y asexual. Al mismo tiempo, implica alejarse de la norma en cuanto a apariencia, comportamiento y relaciones se refiere. Cuestiona que la identidad sexual esté fija desde que nacemos y no considera que la naturaleza humana sea binaria.
Por otro lado, el nacimiento de estas teorías va muy ligado al surgimiento de la sexología y sus aportes en sexualidad. Con ella aparece la discriminación, penalización y patologización de todo lo que se sale de lo normativo (heterosexualidad y coitocentrismo). Masters y Johnson fueron los fundadores de la terapia sexual tal y como la conocemos en la actualidad. S in embargo, sus estudios estaban mayormente centrados en prácticas hombre-mujer, y en coitos vaginales, fomentando la idea del falocentrismo y el coitocentrismo. Ante este panorama, viene a ampliar la gama de prácticas y atracciones posibles.
Prácticas como el BDSM, que no se consideran normales desde una mirada normativa, encajan en lo queer como parte de la diversidad. Del mismo modo, la masturbación como práctica solista que mejora la vida sexual de la gente puede verse desde lo queer como una práctica sexual integral, igual de válida y complementaria que el sexo en pareja.
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La sexualidad es compleja y fluida
A día de hoy sabemos que la sexualidad es fluida, y que es entendida y experimentada de formas muy distintas en diferentes culturas y comunidades. Para muchas personas cambia a lo largo de su vida, por lo que el concepto de identidad como algo estable empieza a ser cuestionado desde allí.
El término queer implica fluidez en sí mismo y resiste a la categorización de las personas. Desafía la idea de las identidades esenciales y cuestiona binarismo homo/hetero, hombre/ mujer. Demuestra que las cosas dependen de un contexto, cultural, geografía. Examina las relaciones de poder establecidas desde diferentes categorías.
Nada es fijo, todo es un proceso constante de auto creación y somos libres y responsables de lo que hacemos con nosotros. Como afirmaban Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, el mundo al que nos lanzan viene con significados presentes y establecidos que restringen nuestra libertad. Por ejemplo, la de poder elegir si eres una mujer negra de clase trabajadora frente a las posibilidades que la estructura del sistema da a un hombre banco clase alta.
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En nuestra sociedad, hemos sido condicionados para ver a otros humanos como hombres (masculinos) o mujeres (femeninos) y heterosexuales. Como resultado, se nos ha enseñado que las relaciones sexuales son “normales” solo cuando existen entre dos personas del sexo opuesto.
Las ideas que tenemos en mente sobre lo que constituye la masculinidad, la feminidad y lo que constituye ‘normal' han sido construidas socialmente. La teoría queer subvierte activamente este planteamiento. De hecho, algunas personas que se identifican con este término sienten que las personas gay y lesbianas están demasiado “asimiladas” a la construcción social heteronormativa.
Asimismo, las personas no binarias, genderqueer o de género fluido no se identifican como hombre o mujer, gay o heterosexual, masculino o femenino. O pueden identificarse como todos ellos simultáneamente. Para las personas de todo el espectro LGBTQIA+, la palabra ‘queer' también puede transmitir un sentido de comunidad, aceptación, parentesco y representar un rechazo político revolucionario a la heteronormatividad.
Queer puede ser utilizado en una variedad de contextos por personas LGBT. ‘Puede ser usado por personas que quieren rechazar etiquetas específicas de orientación romántica, orientación sexual y/o identidad de género. También puede ser utilizado por personas que quieren desafiar las normas percibidas de la comunidad LGBT, por ejemplo, que buscan rechazar el racismo o el capacitismo.
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Un mundo más queer
Tras lo expuesto en este artículo, vemos cómo esta palabra no solo es interpretada de diferentes maneras por diferentes personas, sino que también puede significar muchas cosas diferentes para un individuo.
También puede ser una manera ingeniosa de comunicar lo que de otro modo sería una lista cada vez más larga de iniciales que comienzan con LGBTQIA+. En este sentido puede ser una buena estrategia para contener identidades y preferencias que se sienten y se nombran ahora y en el futuro. Inclinarse por lo queer es acabar con los falsos binarios falsos, o dicho de otra manera, dejar de pensar en blanco y negro.
Por último, es fácil hacer del mundo un espacio más acogedor y seguro para las personas queer. Aquí hay damos algunos consejos para ser más inclusivos con la diversidad sexual:
- No omitas la ‘Q' en el acrónimo LGBTQIA+. Siempre que hables sobre orientación sexual e identidad de género, inclúyela.
- Trata de aprender más sobre diversidad. Escucha a las personas LGBTQIA+ y aprende sobre identidades. Desafía la homofobia, la bifobia, la transfobia y la acefobia cada vez que las escuches.
- No supongas ni el género ni la identidad sexual de las personas. Evite sacar conclusiones basadas en tus percepciones de quiénes son.
- Comparte tus pronombres y pregunta por los demás. No cuesta nada incluir y hace que las personas queer se sientan seguras y bienvenidas.
- Evita el binarismo en el lenguaje y trata de usar palabras genéricas. En lugar de decir hombres y mujeres, puedes recurrir a la palabra «personas». También puedes optar por usar la terminación -e de vez en cuando.
- Exhibe la bandera. Si eres parte del profesorado del instituto o tienes un negocio, puedes poner banderas arcoíris o llevar pulseras para demostrar que eres un espacio seguro para la comunidad y las personas queer.
Si todo esto te genera rechazo o molestia, quizás es hora de revisarnos nuestra diversofobia interiorizada o plantearnos que quizás tengamos muchas cosas por deconstruir en una sociedad binaria, tránsfoba y cisheternormativa.
Fuentes:
- yahoo.movies
- Queer, una historia gráfica
- Las teorías queer, Lorenzo Bernini