Una de las grandes características de las apps de citas y redes sociales es la posibilidad de dejar claro desde el principio aquellos rasgos que se consideran esenciales como la orientación sexual, preferencias e incluso la postura política.
Sin embargo, estos lugares también permiten que las personas alteren su información y actúen de forma diferente a su realidad. Esto ha permitido que la delincuencia encuentre allí un lugar idóneo de acción, como el woke fishing, ya que quienes ejercen dichos ciberdelitos no suelen compartir prácticamente nada de su ideología o actitudes personales. Sus palabras, acciones y comentarios son realizados con un interés especifico, aunque con el tiempo suelen aparecer actitudes que desvelan la verdadera y peligrosa personalidad de estas personas.
Es así como más que un espacio de publicación de fotografías o de interacción, las redes sociales y las apps de citas se convierten en el lugar ideal para robar, tergiversar y subir detalles de información personal. Lo anterior presentan profundos riesgos a la ciberseguridad debido a la exposición en la que se encuentran los usuarios, que en su mayoría no son conscientes del peligro que pueden correr.
Así, las personas que usan estas aplicaciones no suelen ser conscientes de hasta dónde permiten que dicha información expuesta sea usada por personas externas para obtener datos que les facilite crear una conexión, mediante mensajes o una solicitud de amistad, y hacerse pasar por alguien que no son.
¿Qué es el woke fishing?
El woke fishing es una tendencia que ha surgido con la fama e importancia que han estado ganando diversos movimientos sociales de liberación: feminismo, LGBTIQ+, ecologismo y demás. Se trata de personas que fingen tener una posición ideológica solo para acercarse a alguien que se abandera de ello, pero que en el fondo no cree en dichos postulados. Se trata de un riesgo a la seguridad, ya que se suele dar con fines específicos como los ciberdelitos, la violencia y la manipulación.
El término, que nació recientemente, se compone por dos conceptos usados comúnmente por el activismo: woke y fishing. Por un lado, Woke era una palabra que en su origen utilizaban las personas negras de Estados Unidos para dejar claro que eran conscientes de las injusticias del sistema opresor que pesaba sobre las minorías. El término volvió a la luz en 2013 en el marco del movimiento Black Lives Matter contra la violencia policial de la que son víctimas los afroamericanos.
Por otro lado, la palabra fishing (pesca) también se ha utilizado en expresiones como catfishing (la técnica de ligar digitalmente robando las fotografías de una persona más atractiva o con mejor físico) y se usa para referirse a aquellas situaciones en que las personas, generalmente usuarios de internet, fingen ser algo o alguien que no son.
¿Un riesgo para la ciberseguridad?
En este sentido, este método es utilizado por ciberdelincuentes para dirigirse a la población adolescente, que es la que más usa redes sociales e internet para crear conexiones y, también, para compartir sus posturas ideológicas, políticas y culturales. Tal es el caso de las personas que se identifican con los feminismos o que hacen activismo LGBTIQ+, ya que el ciberactivismo ha supuesto una base fundamental para su globalización y para permitir un espacio de debate abierto a todo tipo de público.
Lo anterior es aprovechado por estas personas inescrupulosas para fingir afinidad, por ejemplo, proclamarse como feminista o como aliade para que la relación se desarrolle correctamente, pero luego demostrar que en realidad todo era mentira y que esta persona esperaba algo en específico: robar, amenazar, extorsionar, violentar, obtener sexo y demás.
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A finales de julio, Serena Smith colaboradora del medio digital Vice, contó su experiencia con un hombre que le hizo woke fishing. Cuando le reveló a su nueva pareja que quería ser vegana, la respuesta no fue para nada positiva, “no te irás a convertir en una de esas feministas veganas, ¿no?”. Ella asegura que nunca antes había dicho algo negativo sobre el feminismo. No fue hasta más tarde cuando se dio cuenta de que las opiniones que había expresado no tenían nada que ver con las que de verdad tenía.
De este modo, el woke fisher puede presentarse como alguien feminista interseccional, antirracista, con mentalidad abierta en el sexo, activa en protestas, vegetariana o vegana, melómana, entre otros. Pero en realidad, no tienen interés en nada de ello, pues piensan y se comportan completamente diferente en su día a día. Por ello se enmarca como un tipo de catfishing, pero específicamente con creencias políticas; en vez de robar fotografías, se manifiestan opiniones e ideologías con el objetivo de gustar más a la otra persona.
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Finalmente, a pesar de que hay diversas investigaciones sobre las percepciones y los efectos del ciberacoso en jóvenes a nivel nacional y mundial, una de las grandes preocupaciones que aún persiste es cómo presentar soluciones directas en el corto, mediano y largo plazo para eliminar las posibilidades de este fenómeno digital de seguir ampliando las formas de ejercer la violencia de género.