¿Qué significa la Teoría Queer?

Foto: Pexels

En los últimos años, el término “queer” se ha popularizado en espacios y círculos que abogan por las reivindicaciones sociales. Lo “queer” es una palabra que no tiene traducción específica en el español, sin embargo, puede relacionarse con palabras como ‘extraño’ o ‘raro’.

Como sustantivo se puede referir a la palabra ‘marica’ y se ha asimilado peyorativamente con la sexualidad, la falta de “moral” y a la “anormalidad” socialmente designada a las disidencias sexuales y de género. También, es posible encontrarlo en otros lugares como “kuir” o “cuir”.

El concepto es usado como una reapropiación de esa ofensa en el idioma anglo, se convierte en una apuesta política que busca reivindicar la diversidad. Se trata de un movimiento que quiere romper con la cultura dominante al rededor del sexo, el género, la identidad y el status quo.

Foto: Periodico razacero

Quizás quieras aprender más con nuestro Diccionario LGBT

Así, como corriente teórica establece que los géneros, las identidades sexuales y las orientaciones sexuales son el resultado de una construcción social estereotipada. No se habla de una teoría sino de varias teorías que no buscan construir conceptos, ni identidades, ni verdades absolutas, sino que más bien quieren mostrar lo contrario. 

Por ello, las teorías queer también afirman que el sexo es una construcción cultural, debido a que, según elles, no existe un concepto o ente sexual que no esté definido por la cultura.

A raíz de ello, se aboga por la desnaturalización del sexo, pero, sin dejar de reconocer las consecuencias materiales que tiene esa construcción. Es decir, las características sexuales ‘biológicas’ existen, pero esa forma binaria de ordenarla en dos sexos, afirman, es una construcción sociopolítica. 

¿Cómo nace la Teoría Queer?

Para comenzar, conviene advertir que —como sucede con todo acontecimiento histórico— es difícil delimitar de forma clara y distinta cuándo exactamente algo cambió el rumbo de la historia. Sin embargo, se rastrean los primeros usos de la palabra en el siglo XVIII. En el siglo XIX se encontró una carta del marqués de Queensberry, John Douglals, en la que se refería a su hijo y al escritor Oscar Wilde como “queer” por mantener una relación homosexual en secreto.

Quizás quieras leer Cine queer: origen y perspectivas actuales de un género que da voz e imagen a la comunidad LGBTIQ+

También, es ampliamente acordado que durante la década de los 80 en Estados Unidos se empezó a forjar la perspectiva queer. Con la crisis del VIH, personas del sector disidente se unieron bajo una misma consigna política para crear el grupo político: ACT UP

Debido a que esta enfermedad afectaba desproporcionadamente a mujeres y hombres migrantes, homosexuales, trabajadores sexuales, personas pobres sin acceso a la salud, entre muchas otras; notaron que para hacer relevantes sus demandas debían hacer alianzas estratégicas y trabajar juntes.

Foto: Eltiempo.com

Sin embargo, fue hasta la marcha de Orgullo de Nueva York de 1990 que el colectivo Queer Nation, una organización contra la homofobia y la estigmatización del VIH, hizo circular un panfleto que, según Raquel Seco, decía: 

“Cuando muchas lesbianas y homosexuales nos despertamos por la mañana, nos sentimos enfadades y asqueades, no gay. Así que elegimos llamarnos queer. Es una forma de recordarnos a nosotros mismos cómo nos percibe el resto del mundo”. 

Este hecho pasó a la historia como uno de los primeros momentos en que se planteó la resignificación de la palabra “queer”.

Por primera vez, la homofobia, el colonialismo, la pobreza, el sistema de sexo y género eran entendidos como fenómenos de exclusión que se sostienen entre sí. Porque hasta el momento se había privilegiado una visión que comprendía que cada uno podía ser analizado y tratado por separado, como si no tuvieran nada que ver el uno con el otro.

Quizás te interesa ¿Qué es la Interseccionalidad?

Esto significó un cambio en la noción del poder y principalmente de la noción violencia. Que ahora era comprendida como parte fundante de la sociedad y con un rol específico en la construcción de identidades.

Por su lado, los estudios queer, o la teoría, nacen en Estados Unidos. Según Carlos Fonseca y María Quintero, profesores investigadores de la UAEM, sus surgimiento se puede ubicar en las teorías sobre la sexualidad de Foucault; luego, con los descubrimientos sobre la tolerancia a la homosexualidad en la Antiguedad y la Edad Media en Boswell; y, también, con el escrito sobre heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana de Adrienne Rich.

Desde allí, los escritos que trataban estos temas estaban a cargo de personas dedicadas a la investigación y que se alejaban del entorno de hombres blancos, heterosexuales y burgueses. Se realizaron productos que daban cuenta de esa resistencia a las normas que impone la sociedad heterosexual dominante y las dinámicas de exclusión de la cultura gay. La primera universidad estadounidense que contribuyó a la Teoría Queer fue Columbia, en 1989. 

Crítica a la identidad como eje para la participación política

Esta concepción del poder y las críticas al interior de los grupos feministas y gays, producto de las segregaciones que habitaban sus espacios, entró en la universidad como un corpus teórico. Ya no se podía negar que había que cambiar el modo en que pensamos los mecanismos sociales de normalización, particularmente los vinculados con las sexualidades, los cuerpos y géneros.

Este corpus teórico no solo venía a cuestionar la noción de identidad tal como se había instalado por mucho tiempo, sino que también se trataba de un proyecto que buscaba cambiar el modo en que se piensa y hace política. Desde esta perspectiva se empezó a cuestionar la necesidad de definir una identidad para luego comenzar a articular una reivindicación política.

Foto: Noticieros televisa

Teresa de Lauretis utilizó la expresión teoría queer “como el término de un proyecto a la vez crítico y político, que apuntaba a resistir la homogeneización cultural y sexual en los estudios gay-lésbicos —en pos de— reformar o reinventar los términos de nuestras sexualidades, construir otro horizonte discursivo”.

Judith Butler, una de las precursoras de estos estudios de identidad y poder, expresó que el género es una fantasía dentro de otra fantasía, un performance. Es decir, que las personas repetimos esa fantasía que constituyen las significaciones. De allí que esos comportamientos “raros” revelan esa estructura imitativa del género.

También, según Butler, las categorías identitarias se convertían en instrumentos de regímenes regularizadores. Así, estos conceptos eran percibidos como estructuras opresoras del erostimo y la libertad. Por ello, la teoría no debía ser solo contemplación desinteresada, sino que también era profundamente política.

Por lo anterior, la teoría queer es una apuesta o postura político-filosófica que rechaza las definiciones normativas de lo sexual y del género. Con el fin de demostrar que la heterosexualidad es un régimen político totalizador de lo social, cultural y de todos los fenómenos que rodean la vida política hegemónica. La teoría queer busca el derecho de autodeterminación sin ceñirse a un sistema opresor y que permite la modificación de les sujetes políticos.

Actualmente y desde los años noventa, en España y América Latina, se organizan grupos queer y redes que adoptan palabras como ‘bollera’ o ‘maricon’ para autodefinirse aunque anteriormente fueran utilizadas como insulto. Además, crean una militancia diferente que tiene objetivos que rechazan leyes o regulaciones tendientes a la creación de la buena imagen o integración de la diversidad al sistema dominante.

Entre las personas que han contribuido a la creación de corpus queer están: Paco Vidarte, Carmen Romero Bachiller, Lucas Platero, Elvira Burgos, Gracia Trujillo y Paul B. Preciado

Para aprender más sobre la teoría queer puedes leer:

 

Fuentes:

Mas noticias de Educación inclusiva