La población LGBTIQ+ de México sigue enfrentando obstáculos en el desarrollo de sus proyectos personales y profesionales debido a la discriminación. La pandemia de la covid-19 agudizó muchas problemáticas, principalmente las que afectan a las minorías, por lo que también tuvo un impacto en los derechos por los que lucha incansablemente esta comunidad.
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El 35.93 por ciento de 5.500 personas encuestadas para el informe ‘Impacto diferenciado ante la covid-19 en la comunidad LGBTI+ en México’ aseguraron que en el marco de la pandemia sufrieron explotación laboral y les fue reducido su salario sin justificación.
Además, advierte el informe que las brechas de desigualdad que vivían los disidentes desde antes de la emergencia sanitaria “se profundizaron” con la llegada de la misma.
Con un 73 por ciento, las personas lesbianas fueron quienes más reportaron explotación laboral debido a orientación sexual e identidad de género.
El 43 por ciento de las personas trans indicaron que en algunas empresas no se les ha permitido vestirse con el uniforme que represente su identidad o expresión de género.
Por su parte, el 54.29 por ciento de las personas no binarias señalaron que han tenido más dificultades que sus compañeros cisgénero para ascender laboralmente.
La Federación Mexicana de Empresarios LGBT (FMELGBT) advirtió recientemente que la discriminación que obstaculiza el acceso de las personas diversas al mundo laboral le cuesta al país 80 mil millones de dólares.
En medio de este desalentador panorama para la población LGBTIQ+ mexicana, se conoció una iniciativa que nació en pandemia y que busca empleo para personas de la comunidad.
Se trata de ‘Contrata LGBTIQ’, un programa de reintegración laboral que hace parte de las apuestas de ‘Casa Frida’, un refugio creado hace dos años para acoger tanto a mexicanos como a migrantes que huyen de la violencia.
Según la agencia de noticias española ‘Efe’, ‘Casa Frida’ ha acogido desde 2020 a unas 330 personas, de las cuales el 45 por ciento ha logrado una entrevista de trabajo.
“Casa Frida es un Refugio ubicado en la Ciudad de México que brinda rescate, alojamiento, cuidado y atención a la salud integral de personas LGBTIQ+ que huyen de extremas violencias, perseguidas y desplazadas, personas que migran y jóvenes que son expulsados de sus hogares a razón de su orientación sexual, identidad y/o expresión de género, incluyendo personas con VIH y otras poblaciones clave”, se lee en la página web de la organización.
‘Contrata LGBTIQ’ indicó el pasado 23 de junio en su cuenta de Twitter que ya son 45 empresas e iniciativas privadas que hacen parte de la red.
En su sitio web señalan que este es un “programa que facilita el acercamiento entre espacios dignos y seguros para trabajar y nuestras comunidades LGBTIQ+ en la búsqueda de recuperar su autonomía económica”.
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Leonardo Martínez dijo en entrevista con ‘Efe’ que este programa representó una gran oportunidad, pues tuvo una salida del closet “complicada” por la que se vio obligado abandonar su casa.
“Venía yo de una situación de casa complicada, mi salida del clóset, varias situaciones difíciles ahí. Llegué aquí y se me abren las puertas”, contó Martínez.
Relató a ese medio que gracias a ‘Contrata LGBTIQ’ logró conseguir empleo como supervisor en una cadena de restaurantes de comida rápida.
Gracias a su actual situación económica ahora se permite vivir en una buena zona de la capital de México.
Leonardo también lamentó que existan empresas que impongan límites o trabas a las personas LGBTIQ+ por estigmas sociales o estereotipos.
“Sigue habiendo en la actualidad lugares donde no encajas con la imagen o no eres parte de la imagen que la empresa quiere proyectar”, dijo en conversación con ‘Efe’.
Sobre las empresas que se han vinculado a esta iniciativa, Leonardo sostuvo que una de las grandes ventajas ha sido que las compañías ofrecen directamente las vacantes, es decir, que se ha visto un acercamiento por parte estas a la comunidad.
“Ha sido muy positivo y ha sido un trabajo en conjunto porque muchas de estas empresas primero han dado el paso hacia nosotros, en acercarse y decirnos: ‘tenemos algunas vacantes que quisiéramos compartirles’”, manifestó.
Añadió que gracias a esta iniciativa sus expectativas laborales han mejorado considerablemente y ahora piensa en obtener un trabajo “más remunerado, más estable y donde siga siendo yo”, expresó.
Together For Inclusion
La organización Adecco México y la Federación Mexicana de Empresarios LGBT (FMELGBT) también decidieron aportar una solución a esta gran problemática que afecta a los sectores vulnerables de la sociedad mexicana.
Bajo la consigna de impulsar la inclusión laboral de la población LGBTIQ+, lanzaron el programa Together for Inclusion.
“Consiste en una estrategia de capacitación / sensibilización al sector empresarial de todo tamaño y/o giro que desee participar, para impulsar la inclusión laboral de grupos vulnerables en un panorama Ganar-Ganar para las partes involucradas”, reseña la página web de Addeco.
Sostiene que cada empresa que desee participar debe comprometerse a contratar “al menos una persona del grupo vulnerable con el que estemos trabajando durante el año”.
“Cada año abriremos grupos de 10 a 20 empresas máximo que deseen participar; cada 3 meses armaremos nuevos grupos, de tal manera que durante cada año tendremos un ciclo de 4 generaciones de empresas que recibirán capacitación gratuita”, agrega.
El CEO de Adeco México, Francisco Martínez, afirmó que este programa busca “enseñar al mercado laboral a ser inclusivo, porque una empresa que es inclusiva y que gestiona adecuadamente de diversidad es una empresa mucho más rica y exitosa que cualquier otra que no promueve la inclusión dentro de su equipo de recursos humanos”.
Por su parte, el presidente de la FMELGBT, César Casas Ferrer, resaltó que la inclusión en el mundo laboral no solo beneficia a quienes consiguen ser empleados, sino que también representa gran ganancia para las empresas y el sector económico.
“La discriminación a las personas LGBT no solamente las vulnera, sino que al final también tiene un impacto económico, es por ello que tenemos que romper esas barreras”, puntualizó Casas.
Asimismo, explicó que para que una empresa se sume al programa es indispensable que tenga una política de diversidad.
“En la política de diversidad de inclusión se habla que dentro de la organización no se aceptan casos de discriminación por ninguna circunstancia, identidad, orientación, expresión de género, capacidades, color de piel, origen étnico o apariencia física”, añadió, según reseña ‘El Ceo’.
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Seguidamente, apuntó que también deben contar con un comité de vigilancia y un comité de diversidad.
Además, el equipo de recursos humanos de las compañías debe ser veedor del cumplimiento de las instrucciones dadas para los procesos de reclutamiento y selección de los nuevos trabajadores.
“Ningún perjuicio le debe quitar méritos a las personas que están aplicando en el trabajo, que no exista ningún sesgo que evite a la persona tener acceso al empleo”, concluyó.
Estas dos iniciativas, Contrata LGBTIQ y Together for Inclusion, han llegado para satisfacer en cierta medida la necesidad de encontrar espacios seguros para la comunidad diversa y así contrarrestar las condiciones indignas en las que construyen su proyecto de vida debido a la exclusión a la que se ven sometidos producto de la discriminación, que en muchos territorios está muy arraigada a nivel cultural.
Es por eso que esta población pide que también haya programas estatales, propuestos por los gobiernos. De esta manera, también esperan que la exclusión deje de ser un tema estructural y que su participación en el mundo laboral no sea traumática, como infortunadamente lo es en la actualidad en países como México.