Lo que no sabías sobre el Virus del Papiloma Humano (VPH)

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Es posible que hayas oído hablar del Virus del Papiloma Humano (VPH). Seguramente lo relaciones con infecciones de transmisión sexual, o puede que incluso lo tengas. Sin embargo, muchas personas conocen muy poco acerca del mismo, cuando se trata de la ITS más frecuentes en la población.

¿Qué es el VPH?

En realidad, más que un solo virus, se trata de todo un conjunto de virus. Actualmente se habla de más de 200 serotipos. Al menos 14 de ellos implican algún tipo de riesgo de desarrollar cáncer.

Este tipo de virus son muy comunes y convivimos con ellos permanentemente. Se contagian a través del contacto piel con piel. Uno de los subtipos que hay es el responsable de la aparición de verrugas genitales.

“Pero para eso hay vacunas, ¿verdad?”
“Creo que solo se vacunan las niñas”
“Yo diría que solo se transmiten a través de la penetración”
“Los hombres no pueden tener el virus”
“Creo es algo que afecta solo a mujeres”
“Yo diría que mediante prácticas sexuales anales u orales no se transmite”
“Si te pones condón, no te contagias”

Estos son comentarios frecuentes cuando se habla del VPH. Por tanto, cuando alguien se infecta, es lógico que lo pase mal y se angustie, sobre todo cuando hay mala información al respecto. 

Banano con un condón
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Analizando el Virus del Papiloma Humano y su contagio

Esta modalidad de virus se conoce desde hace bastante tiempo y no se ha dejado de investigar sobre ello. Desde hace unos años se sabe que es responsable de algunas lesiones en el cuello del útero.

Este virus tiene una alta prevalencia en jóvenes, aunque en el 90% de los casos la curación se da de forma espontánea. Otras veces, el virus no se elimina y persiste en el tiempo. Esto a veces genera que baje la inmunidad y surjan lesiones, incluso décadas después de contraerlo. Para más información sobre este tema y otros sobre salud ginecológica, te recomendamos el libro: Hablemos de nosotras. Reflexiones de una ginecóloga rebelde de Miriam Al Alib Mendiri.

Si la mayoría de las personas no saben que están infectadas, pueden transmitir el virus a otras personas sin saberlo. Este puede localizarse en distintas partes de la anatomía humana, no solamente en una parte específica del cuerpo

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El virus se puede propagar a través del contacto piel con piel. Se trata de una infección muy contagiosa, que muchas veces ocurre a través de las relaciones sexuales. Esto es lo que más se pone encima de la mesa a nivel clínico. 

Es posible contagiarse del VPH cuando existe, por ejemplo, contacto mano-genital, genital-genital, o boca-genital (sexo oral). También es posible que madres infectadas se lo transmitan al bebé durante el parto. 

Cualquier persona puede contagiarse con el VPH a través de muchas formas. Un ejemplo es el uso de juguetes sexuales que no han sido debidamente desinfectados. Sin embargo, sigue habiendo muchas dudas, incertidumbre y miedos. Principalmente porque en el imaginario colectivo se asocia sobre todo al cáncer de cuello de útero.

Los hombres también se pueden contagiar con este virus, pero si la incidencia es menor que en mujeres es porque normalmente son portadores. El virus queda retenido sobre todo en las mucosas, de ahí la mayor presencia en la vagina o la mucosa de útero. Son las partes del cuerpo más favorables para que el virus resida cómodamente.

La mucosa que se expone con el pene no es la misma que la que tiene vagina. Si embargo, existe riesgo de contagio a través del sexo oral, precisamente por el contacto entre mucosas. Exponerse a infecciones puede derivar, en casos muy graves, a cáncer de laringe, recto o esófago. Mucho más que la idea generalizada de que parece que solo existe sobre el riesgo de cáncer de cuello de útero.

Juguetes de silicón
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Síntomas y tratamiento

En general, las personas no suelen mostrar síntomas cuando se han infectado por VPH, salvo que aparezcan verrugas genitales. Estas pueden aparecer en las semanas o meses posteriores a la infección. Son protuberancias localizadas en la zona genital de textura blanda, a menudo en forma de coliflor. Pueden aparecer en las áreas internas o circundantes a la vagina, el cuello del útero, en el escroto, en el pene y o en la zona externa o interna del ano.

Los tratamientos para las verrugas genitales dependen del tamaño, la ubicación y la gravedad de las verrugas. Incluyen cremas y soluciones que se aplican directamente sobre la piel o el área infectada. Otros tratamientos pasan por la quema o la extirpación quirúrgica de las verrugas. Sin embargo, no previene la reaparición de las verrugas genitales.

Es importante no alarmarse cuando se detecta una infección por VPH, ni temer un posible cáncer anal, de cuello de útero u otros (boca, vulva, pene, garganta, laringe…).  Pueden pasar muchos años desde la infección hasta el desarrollo del cáncer.

Protección

Hemos interiorizado que el preservativo es el mejor método de barrera para prevenir tanto embarazos como infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, el VPH es muy particular y, aunque se use protección, nadie queda exento de contagiarse.

Cuando se dan relaciones sexuales en las que hay contacto pene-vagina, el VPH se puede transmitir, aunque se use preservativo. Las barreras no protegen del todo, nos cuenta la investigadora y experta en ginecología Enriqueta Barranco en esta entrevista

Esto se debe a que, la zona donde los testículos quedan unidos al pene, es uno de los lugares preferidos para que se aloje el VPH, incluido el subtipo que causa las verrugas genitales. Y el condón no cubre esa zona. 

Por otro lado, recordemos que siempre es importante adoptar medidas de precaución genitales, así como limpiar o higienizar juguetes sexuales, puesto que son otra vía de contagio usual.

Se están realizando algunas investigaciones, cuenta Enriqueta, para ver si el preservativo femenino, que cubre una zona más amplia de la vulva, protege más.

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Riesgos: verrugas y cáncer

La mayoría de las personas con infección por VPH eliminarán el virus sin complicaciones.  Por otro lado, se estima que una de cada cuatro personas con infección por VPH desarrollarán verrugas genitales que pueden ser incómodas y vergonzosas.

Algunos tipos de VPH causan cáncer y detectarlo a tiempo es importante, ya que puede propagarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones, el hígado, etc.

Respecto al cáncer de cuello uterino, los síntomas incluyen, por ejemplo, sangrado entre períodos menstruales o después de las relaciones sexuales. También puede ser un indicador el flujo vaginal inusual, dolor persistente en la pelvis o dolor durante las relaciones sexuales.

Esto no significa que tener estos síntomas implique una posible infección por VPH, pero en caso de irregularidades ginecológicas y menstruales es recomendable visitar a profesionales de la ginecología para detectar a tiempo posibles complicaciones futuras que pueden ser graves.

Desconocer la infección de transmisión sexual más frecuente genera alarmas y malestares ligados al tabú y la vergüenza.. No es lo mismo tener verrugas genitales benignas que lesiones graves en el cuello del útero, pero es importante no asustarte y saber cómo proceder cuando se detecta una infección por papiloma.

Actualmente, no se recomienda realizar citologías a mujeres de 25 años. Y, por ejemplo, en mujeres activas sexualmente que no presentan síntomas y cuyo rango de edad es de 25 a 30/35 años, la citología es recomendable cada 3 años si hay evidencia alta. Esto significa que la vieja idea de realizar citologías de forma muy frecuente ha quedado desmontada.

En caso de que haya lesiones, esto se determinará con una colposcopia, una especie de lupa que sirve para ver alteraciones en la mucosa. En caso de que exista tejido precanceroso, se procederá a una biopsia. Con alteraciones más graves, se intervendrá quirúrgicamente.

Melón
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¿Qué pasa si me infecto?

No pasa nada y es importante evitar la alarma antes de tiempo. Recordemos que gran parte de la población a lo largo de su vida va a ser portadora de este virus, que como hemos visto tiene muchas facetas. Tener una infección solo significa eso, como otras muchas infecciones que sufrimos a lo largo de la vida.

La falta de información sobre este tema genera miedos en torno al futuro reproductivo o un posible cáncer. Lo primero es diagnosticar la situación. Si hay alguna lesión, hay que tratarla. También es importante ver qué alcance tiene la infección, pues en algunos casos apenas tiene alcance. 

El periodo de latencia del temido cáncer de cuello de útero es de 5 a 10 años, y siempre hay tiempo de tratar las diferentes problemáticas con seguridad.  

Vacuna y controversia

Aunque, nuevamente, sabemos de sobra la importancia y utilidad de las vacunas, también la del VPH, desde hace unos años se han alzado voces en su contra que han generado debate y reflexión. Esto no está relacionado con un negacionismo sin fundamentos, sino que más bien es una visión marcada por una perspectiva de género en relación a la medicalización del cuerpo de las mujeres.

Estas voces críticas añaden que la vacuna no previene cáncer de útero o que es insuficiente dado el alcance que tiene el virus. Desde una mirada feminista, se deja ver que ha supuesto una forma de experimentar en el cuerpo de las mujeres y nutrir la industria farmacológica, sin conocer del todo sus riesgos ni beneficios.

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Surge el planteamiento de que la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano puede tener efectos adversos. Además, conviene plantearse ¿hay un consentimiento informado a los padres y madres para que sepan los efectos secundarios de esta vacuna sobre sus descendientes?

Según explica Margarita López Carrillo, para El Salto Diario:

‘’Sabemos que es falso hablar de vacuna “contra el cáncer del cuello de útero”, como se ha hecho, ya que es una vacuna contra el virus y sólo de algunos tipos, lo que significa que, según alertan algunos virólogos, podría suceder que los otros tipos cancerígenos ocuparan el “nicho” dejado por los tipos 16 y 18 eliminados, por lo que el cáncer no disminuiría” 

“Y para conocer este extremo tendremos que esperar unos 20 o 30 años, cuando las niñas y jóvenes vacunadas estén en la edad en que se producen los cánceres de útero (no olvidemos que necesitan un larguísimo periodo de desarrollo)’’

Queda en quienes nos están leyendo la opción de investigar y cuestionar esta decisión, ya que es un tema polémico y complejo. Algunas profesionales de la salud sexual con perspectiva de género han investigado sobre el tema y se muestran escépticas. Dan espacio a la duda, invitan a que cada persona saque sus propias conclusiones.  

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