Escribir un libro no es tarea fácil. Ni siquiera cuando te dedicas a la escritura. Requiere horas y horas de tiempo, trabajo, serenidad y creatividad. Es un enorme esfuerzo que se materializa en algo que queda a expensas de la valoración externa, en un mundo cada vez más complejo y multicolor.
En este nuevo artículo, hablaremos de cómo se puede escribir un libro LGTB. ¿Merece la pena? ¿Todo el mundo puede hacerlo?
En primer lugar, ¿por qué escribir un libro?
Muchas personas se han planteado muchas veces escribir un libro a lo largo de su vida. Sin embargo, no todo el mundo logra el aval de una editorial para poder publicarlo. Y de lograrlo, lo usual es que los beneficios no sean muy altos.
A día de hoy, para poder dedicarte a la escritura, necesitas tener una marca personal que se plasme en publicaciones constantes que sean muy demandadas. Perfil que requiere de mucho trabajo y esfuerzo.
Las editoriales son empresas y, por tanto, buscan obtener beneficios. Por ello, no te frustres si has escrito una novela que a tu parecer es excelente y llamativa. Si el equipo editorial no le ve potencial, es difícil que lo publiquen. Piensa que la propia JK Rowling, autora de los libros de Harry Potter, fue rechazada por 12 editoriales.
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Por todo esto, no es sorprendente que cada vez veamos a más personajes públicos escribir libros, pues tienen una audiencia bastante grande y eso es en sí mismo una fuente de publicidad y de ingresos bastante alta. Esto no significa que todas las personas influencers publiquen cosas con el mismo nivel de calidad.
Por todo esto, las personas que quieren apostar por ver su obra publicada a veces optan por temas demandados para crear nuevos nichos de mercado. Algo que conecta con la decisión de escribir historias LGTB, ya que este público demanda una mayor y mejor representación en el campo de la literatura.
Escribir libros LGTB
Si tu objetivo es publicar un libro de temática LGTB, piensa antes si vas a conseguir publicarlo. Para ello puedes tantear el mundo editorial o incluso optar por la autoedición.
Por otro lado, no pasa nada si eres una persona heterosexual que decide escribir sobre estas temáticas. Al contrario. Todo lo que ayude a visibilizar a la comunidad LGTB es más que bienvenido. Sin embargo, antes de crear una trama sobre la que no tienes demasiado conocimiento, o al menos no un conocimiento vivencial, lo ideal es que investigues y preguntes a personas que sean de la comunidad.
Cuando escribas tu libro, puedes pedirle a personas LGTB que sean tus lectores beta. De este modo obtendrás una opinión mucho más realista y cercana a la realidad de las vivencias queer.
En muchos libros (principalmente narrativa), el personaje LGTB suele aparecer como secundario y apenas tiene un papel activo dentro de la trama. Por tanto, cuando empieces a perfilar tus personajes, piensa si quieres que queden en un plano secundario pero importante o si por el contrario decides que sean protagonistas. En este caso, la temática va a ser LGTB y tendrá esa clasificación dentro de las librerías.
Antes de empezar a escribir algo, puedes buscar referentes que te sirvan de guía. Un buen ejemplo lo tenemos con Alice Osman, escritora asexual y arromántica creadora de Heartstopper, novela que ha llegado a ser un gran éxito Netflix. Alice Osman es además la autora de Loveless (Sin amor, en español), novela cuya protagonista es una chica asexual y arromántica, igual que ella.
Otra cosa que tendrás que plantearte es el tipo de trama que vas a crear. Es usual que la tragedia marque la historia de los personajes homosexuales, por ejemplo. Y a pesar de que esto es lo más cercano con la realidad, dada la discriminación que existe, no tiene por qué ser la tónica general de tu libro. Es más, muchas personas agradecen una historia amena y agradable donde también puedan verse reflejadas. La vida real de las personas LGTB también merece un final feliz.
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Al hilo de lo anterior, es posible que pienses que si escribes una trama donde no hay violencias no estás siendo realista. Sin embargo, quien escribe es quien decide todo: contexto, personajes, universo… Los libros de ciencia ficción tampoco son realistas y sabemos que no tienen un reflejo en la sociedad. Sin embargo, una historia de amor y respeto no solamente es realista, sino que las necesitamos.
En el mundo de la literatura LGTB, es frecuente encontrar novelas sobre adolescentes o para adolescentes. Con lo cual, cabe plantearse ¿por qué no hablar de personajes LGTB adultos? ¿Por qué no ampliar el imaginario narrativo aquí también?
Diseño de personajes
Por otro lado, cuando hablamos del colectivo LGTB, sabemos que no todas las letras hacen referencia a la orientación sexual. Tenemos la ‘L’, la ‘G’, la ‘B’ y la ‘A’, que sí hacen referencia a eso; la ‘I’ de intersexual, que rompe con la idea de que el sexo es binario; y la ‘T’ junto con la ‘Q’, enmarcadas dentro del concepto de identidad de género. Por tanto, puedes salirte de las historias ya conocidas sobre gays y lesbianas para explorar otras realidades que también existen y que forman parte de la diversidad.
Asimismo, es frecuente que el personaje LGTB aparezca marcado por su sexualidad, como si fuese lo más significativo. Puedes crear un personaje lleno de matices y complejidades, sin necesidad de poner su identidad LGTB en el centro.
También es interesante que se creen personajes acorde a la diversidad de todo tipo: diferentes cuerpos y tonos de piel, discapacidad, neurodivergencias, diferente contexto y nacionalidad, etc.
Si tu personaje LGTB va a aparecer como secundario, trata de evitar los estereotipos:
- Personaje accesorio y amigo simpático del chico heterosexual.
- Personaje que sufre acoso por su orientación sexual.
- Chica lesbiana muy “masculina” o chico gay muy “femenino”.
- El chico gay que mantiene su orientación sexual en secreto.
- Términos ofensivos, como ‘’la niña que antes se sentía niño’’ para hablar de un personaje trans.
- Mujer bisexual como la mala que rompe la historia de amor entre los protagonistas
- Ausencia de personas no binarias.
- Persona asexual rara, virgen o antisocial.
- Persona trans que tiene cispassing.
- Tramas estereotipadas, como que al personaje gay le van a presentar a otro chico gay porque seguro que se gustan y hacen una excelente pareja.
- Etc
Finalmente, otra recomendación es evitar que la trama se centre en lo LGTB del personaje. Si es trans, no todo ha de girar en torno a eso. Busca un equilibrio entre su realidad y su historia, su contexto y la trama en la que el personaje se haya inmerso.
Trata de dar toda la visibilidad que puedas a todo el colectivo sin que parezca forzado. Por ejemplo, mencionando algo sobre la intersexualidad en algún momento de la trama.
Al final eres tú quien decide todo lo que va a ocurrir en tu libro. Piensa que lo van a leer todo tipo de personas. Por tanto, cuando más rico en detalles y cercano a la realidad sea, mejor acogida va a tener entre el público.
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Un ejemplo de trama
Una de las opciones que puedes explorar es la literatura infantil, donde también hace falta representación queer en los libros para naturalizar la diversidad desde edades tempranas.
Veamos un ejemplo para poner en práctica todo lo que se ha explicado:
- Una chica, a la que llamaremos Angelica, tiene dos padres. Uno de ellos es gay y el otro bisexual. Por tanto, a veces le preguntan por eso en el colegio (es algo que ocurre, pero no tiene por qué ser lo principal ni narrarlo de forma triste o trágica).
- Se puede describir al alumnado, visibilizando por ejemplo el perfil de una chica con asperger.
- Angelica es una chica negra.
- Se da una conversación entre Angelica y sus padres, donde le explican la diversidad natural existente en todas las familias.
- Aparece el concepto de diversidad y de amor a la familia, las amistades, las mascotas…
- También se pueden desmontar algunos de los mitos del amor romántico. Por ejemplo, que no todo tiene que girar en torno a la pareja, ni este ha de ser el destino final de muchas personas
- Cathy, la amiga de Angelica quiere ser cirujana cuando sea mayor.
- En clase, se leen cuentos sobre niñas valientes que no quieren ser princesas, sino jugar al fútbol con otros amigos y amigas.
- Nadie se burla de los chicos que van a clase con prendas de ropa de color.
- Un chico se cae jugando al fútbol y se pone a llorar. Sus compañeros no se ríen de él, sino que le ayudan a levantarse. No le dicen que llorar es de niñas o que los niños no lloran.
- En clase se explican las emociones básicas y el alumnado entiende que es algo propio de los seres humanos, no de los géneros.
- Una amiga de los padres de Angelica es una ejecutiva con una expresión de género muy “masculina”, pero que no repite los patrones de poder asociados a la masculinidad. Es amable con sus trabajadores, y a pesar de ser “masculina” no es lesbiana.
- Se hace una obra de teatro en el colegio que no está marcada por los estereotipos de género: no hay princesas que van a ser rescatadas por ningún príncipe. Quizás la trama gire en torno a la búsqueda de un tesoro escondido en el colegio, donde todo el mundo colabora y no hay líderes ni jerarquía de poder
- Etc
Esto es solo un ejemplo, pero la variedad de opciones es infinita, pues la literatura es como una mina de oro que nos permite explorar realidades que vemos en nuestra vida cotidiana sin necesidad de que parezca trágico o forzado.
Quizás este esquema que aquí os damos sea mucho más realista que la chica que se queda dormida bajo un hechizo por morder una manzana y cuya supervivencia dependerá de que venga un príncipe a salvarla. Hombre con el que por supuesto se casará después, aunque solo lo haya visto una vez en su vida y haya surgido un supuesto amor a primera vista.