El mito de los 10 mil pasos diarios para una vida saludable

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¿Alguna vez has escuchado hablar que debes caminar 10 mil pasos diarios para llevar una vida saludable? Hoy te contamos cuál es la verdad detrás de esta creencia sumamente popularizada. Además, te contamos cuál es la cantidad de ejercicio que deberías practicar

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Con la llegada de las nuevas tecnologías y de los Smartphones de alta gama cualquiera puede tener acceso a los dispositivos electrónicos que faciliten nuestras vidas. Uno de los últimos grandes avances en esta materia son todos aquellos aptos para el deporte, que nos proporcionan las herramientas suficientes para llevar control sobre nuestros datos y cifras a la hora de realizar ejercicio físico.

Aparte de los GPS, cámaras deportivas o mp3 totalmente adaptables, ahora la moda se encuentra en otro tipo de objetos que pueden controlar nuestro ritmo cardiaco, las calorías que consumimos y, a la vez, las que gastamos y hasta algunos miden la cantidad de pasos que damos. Hablamos de pulsómetros, velocímetros, monitores de actividad… Con todas estas tecnologías a nuestro alcance es más que normal que nos sintamos un poco confundidos, sobre todo si no estamos familiarizados con conceptos deportivos.

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¿Son 10 mil pasos diarios suficientes?

A raíz de aquí, hace unos años empezó a popularizarse el mito de los 1o mil pasos diarios, todo debido a que en la actualidad la mayoría de los móviles incluyen una app específica que los cuenta. Sí que es cierto que hacer un mínimo de ejercicio diario refuerza nuestra salud y que andar es una de las mejores formas para ello.

Pero, ¿son 10 mil pasos diarios la cantidad correcta? Este mito en realidad tiene su origen en 1960, cuando una compañía japonesa lazó al mercado uno de los primeros podómetros del mundo llamado Manpo-kei, lo que traducido sería, efectivamente, ‘medidor de los 10 mil pasos’. Entonces, empresas del sector comenzaron a copiar las estrategias de esa empresa nipona y la cifra se mantuvo en todas ellas.

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A día de hoy, no existe ninguna evidencia ni estudio científico que corroboré tal cifra. De hecho, ese número, el de 10 mil, es más bien una recomendación para gente con sobrepeso o personas con una vida muy sedentaria que comienzan a realizar ejercicio. Esto quiere decir que si estamos acostumbrados a realizar actividades deportivas o somos personas activas con 7.000 u 8.000 pasos es más que suficiente.

Una de las evidencias más claras sobre la desmitificación de este mito es uno de los recientes estudios sobre el tema realizado por la revista JAMA Network Open. El proyecto realizó un seguimiento a más de 2.000 personas a las que les colocaron unos podómetros para controlar su número de pasos.

Tras esto establecieron tres grupos distintos: aquellos que realizaron hasta 7 mil pasos, los que hicieron entre 7.000 y 9.999 y el tercer grupo con más de 10 mil pasos. Los resultados fueron inesperados, pues se esclareció que a partir de la cifra establecida socialmente, es decir, los del tercer grupo, los beneficios se estancaban. Sin embargo, las personas del segundo grupo habían visto reducida su tasa de mortalidad entre un 50% y un 70%.

¿Ejercicio diario o solo ocasional?

El ejercicio más accesible para nuestra vida cotidiana es caminar, no es tan importante el número de pasos como la calidad de los mismos, es decir, caminar a un ritmo medio-alto siempre tendrá mejores beneficios para nuestra salud que si lo hacemos paseando o de forma desganada. Aun así, existen muchas maneras de practicar deporte sin machacarse en el gimnasio pero cumpliendo con las recomendaciones médicas.

La rutina del día a día también nos obliga a ejercitarnos en cierta medida. Este tipo de ejercicio aeróbico que realizamos sin darnos cuenta, y nos hace movilizar varios grupos musculares, pueden ser tan simples como caminar hacia el trabajo o montar en bici.

Es necesario que nos movamos a diario al menos un mínimo de 30 minutos de manera continuada y activa, manteniendo el ritmo independientemente del ejercicio de baja intensidad que estemos realizando. Otros ejercicios que practicamos y son muy útiles son los que trabajan el equilibrio, como por ejemplo aguantar la postura de un solo pie, o alternar el peso de un brazo a otro, o incluso ejercicios para estimular la fuerza realizando tracción y elevación del cuerpo con nuestro peso, o empujar.

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Este tipo de prácticas que pueden parecer rutinarias son tan beneficiosas o más para nuestra salud que mantener una contabilización exhaustiva de los pasos que hacemos a diario. Aun así, tampoco se recomienda darse “atracones” de ejercicio. Lo óptimo es mantener estas rutinas de movimiento diario y compatibilizarlas con algunas sesiones de ejercicio más intensas, teniendo en cuenta que lo recomendable es dejar descansar a los músculos mínimo dos veces por semana.

 

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