Sabemos que la educación lo es todo, es la base de todo el sistema que nos rodea y sobre el que se basa el futuro de la población. Una buena base educacional medioambiental es la solución del futuro a los problemas de hoy. Asique, ¿por qué no plantearnos una buena estrategia pedagógica para combatir el cambio climático?
La sostenibilidad no es un mero desafío o un reto, sino que va más allá, y ya podemos considerarla como la forma de vida que nos espera a largo plazo.
El medio ambiente, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático son términos relativamente recientes, pero con los que debemos aprender a convivir. De hecho, este 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Medioambiental. Una fecha que tiene su origen en el Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado hace ya 47 años y donde se establecieron las primeras líneas de acción y metodología con respecto a esta educación concreta dentro del marco de la Organización de las Naciones Unidas.
En 2022 el cambio climático ya es un hecho y ahora la lucha se centra en reducir lo máximo posible el impacto y las consecuencias de este sobre nuestro planeta.
En este sentido la responsabilidad es de todos y las administraciones tienen la máxima responsabilidad en forma de educación y concienciación. El gran reto medioambiental pasa por una transformación transversal hacia lo ecológico a través de una serie de medidas de carácter urgente.
Educación medioambiental: una solución del futuro
Disponemos de recursos y herramientas útiles con capacidad para ser añadidas al currículo de los centros educativos de todos los países y que sean aprobados por los gobiernos con el uso de múltiples teorías, enfoques, metodologías de la educación ambiental, análisis estratégico de las necesidades, o incluso formas prácticas de abordarlo y fomentarlo con programas educativos, actividades didácticas, uso de las nuevas tecnologías, etc.
Lo que es evidente, es que las nuevas generaciones se van a ver ante un problema mucho peor del que tenemos actualmente si no se toman medidas eficaces y urgentes, y una de las formas de preparar a esas generaciones es educar en consonancia con lo que sucede en la Tierra, y proporcionar un conocimiento sobre la situación medio ambiental que otras generaciones no han tenido.
Se está viendo un movimiento joven muy destacable en el que se está reivindicando un futuro con un planeta más sano del que tenemos en la actualidad, un futuro en el que se tome conciencia de cómo repercuten nuestras acciones en los cambios del ecosistema, y en el conocimiento del daño que hemos podido emitir hacia nuestra atmósfera.
Somos partícipes directos del hábitat en el que vivimos y hay que darle a este movimiento de cambio su espacio para poder dar frutos, pues estamos en un momento crítico y ya hemos esperado demasiado.
Una de las medidas fundamentales y decisivas a tomar es la educación medioambiental a todos los niveles, es decir, es necesario que las generaciones futuras se encuentren en disposición de herramientas para hacer frente a ésta problemática, pero también es necesario que la sociedad actual tome conciencia de la crisis medioambiental y sea consciente de qué puede hacer en su contexto para ayudar a que el futuro sea tan verde cómo nos gustaría, para que todo lo que amamos ahora no desaparezca.
¿Quiénes apuestan por un futuro sostenible?
Desde hace años ya existen diversas asociaciones, ONGS y organismo oficiales encargados de la conciencia medioambiental, como es el caso de Greenpeace. La ONG actúa a nivel internacional desde el año 1971 realizando campañas de todo tipo, pero sobre todo centradas en salvar el ecosistema medioambiental.
De hecho, una de las últimas es la extensión de una gran pancarta en la Gran Vía madrileña en contra de las macrogranjas, un asunto en boca de todos desde hace algunas semanas y para las que Greenpace pide el cierre inmediato.
En esta línea también son importantes todas aquellas voces que públicamente y de manera notoria apuesta por un futuro verde. Caras como la de la joven Greta Thunberg, conocida desde sus 13 años por ser la cabeza de toda una generación educada para la lucha del cambio climático, el actor Leonardo Dicaprio o el cofundador de Tesla, Elon Musk, que además de concienciar sobre la sostenibilidad lo hace desde y para todo un tejido empresarial que necesita de adaptación a las nuevas circunstancias sociales.
La importancia de la educación hemos comprobado que es la clave para el buen desarrollo de una gran sociedad en todos sus ámbitos y escenarios, pero cuando se trata del futuro de nuestro planeta no podemos poner ni una pega más. La educación medioambiental no es una opción o una variable sino una completa obligación para instituciones, Gobiernos, líderes mundial y para todos y cada uno de nosotros.