A las 18.30 del jueves 24 de junio llegó a su fin el tratamiento en el Senado de la «Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero ‘Diana Sacayán – Lohana Berkins'», también conocida como Ley de cupo laboral travesti trans.
Fue una jornada histórica. Se trata del reconocimiento que faltaba para reivindicar las existencias travestis y trans.
Ahora tenemos el derecho a elegir nuestros proyectos de vida y progresar libremente. No cabe duda que esta ley viene a reparar tantos años de exclusión, marginalidad, clandestinidad, criminalización, abuso y violencias sistemáticas a las que fuimos sometidas.
El trabajo no es un privilegio es un derecho!!!!
El tiempo de revolución es ahora! La identidad nos dignifica pero el trabajo también! La posibilidad de desarrollarnos no debe ser para pocas, sino que debe estar al alcance de todxs a lo largo y ancho del país.
Estamos haciendo historia y venimos a decirles que nuestras vidas también valen!!
La jornada también nos reencontró desde las miradas, desde el abrazo y desde las palabras que encendían las ganas de ese triunfo tan esperado entre amigas, militantes y activistas envueltas en la bandera del amor tricolor.
La resistencia travesti-trans llegó para quedarse, llegó para no callarse nunca más, llegó para no permitir ser invisibilizadas nunca más por el sistema.
«Me acuerdo de la primera vez que fui a pedir trabajo: me preguntaron qué sabía hacer y yo no pude contestar. Me quedé dura. Porque a nosotras se nos internalizó eso de que no servimos para nada. Y eso, yo creo, se está empezando a romper. La cotidianidad va a ser la única forma para derribar viejos prejuicios. En la interacción en los distintos espacios públicos y en los trabajos, las historias de los otros se van a empezar a entrelazar con las nuestras. Van a descubrir que no hay tantas diferencias, sólo que las oportunidades de las que otros disfrutaron para nosotras estuvieron vedadas por mucho tiempo. Así se van a ir generando nuevos paradigmas y sentidos del travestismo”, relataba la Berkins.»