Científicos homosexuales en España: representación y visibilidad

Foto: Pexels

España es un país muy abierto a la diversidad, y uno de los lugares más seguros de Europa para las personas del colectivo LGTB. Las leyes en pos de la diversidad son muy avanzadas, y actualmente el país se encuentra debatiendo en torno a la aprobación de la Ley Trans. Sin embargo, poco sabemos sobre científicos homosexuales en España.

Es cierto que el estado español se ha convertido en los últimos años en ejemplo a seguir para otros países. Sobre todo, después de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el año 2005. Pero a pesar de los avances y la gran visibilidad que existe en muchos ámbitos, nos encontramos con que en áreas como la ciencia todo es un poco más complicado, con una clara falta de referentes LGTB visibles.

El hecho de que no conozcamos sus nombres no significa, por supuesto, que no existan. Pero es una realidad sintomática de que algo está fallando, el estigma para salir del armario es todavía muy fuerte. Por tanto, en este artículo nos centraremos en visibilizar las figuras referentes que ya conocemos, mientras analizamos de dónde viene esta marcada invisibilidad.

Quizás te puede interesar: Hablemos de homosexualidad y neurociencia

¿Dónde están los científicos homosexuales en España?

En un artículo de David Smith de 2014 se plantea  por qué parece que los científicos homosexuales pasan desapercibidos y nadie sabe quiénes son. No aparecen con frecuencia en las listas de personalidades LGTB del año. ¿Quizás el centro de atención esté sobre todo en artistas, músicos o deportistas?

Persona tocando una probeta
Fuente: Pexels

Es posible que la respuesta gire en torno a la creencia de que la sexualidad es algo que no es relevante en el marco del trabajo científico y académico. Se da por hecho de que en la ciencia importan sobre todo los resultados de las investigaciones. La vida personal del científico pasa entonces a un segundo plano. Todo lo contrario a lo que ocurre con artistas o deportistas, por ejemplo.

Sin embargo, hay muchas personas que trabajan en el ámbito de la ciencia que deciden compartir abiertamente cuestiones personales como su orientación sexual en sus biografías o redes sociales. De este modo se visibilizan como ejemplos y modelos a seguir, aunque en el imaginario colectivo sigue sin existir la figura ‘’famosa’’ de los científicos homosexuales o las investigadoras lesbianas.

El argumento de que solo importa la ciencia y no la vida personal pierde peso cuando se pone sobre la mesa la importancia del trabajo en equipo. Los científicos trabajan codo con codo con otras personas y los equipos funcionan mejor cuando se entienden y se apoyan mutuamente. Y eso solo ocurre cuando alguien puede expresarse libremente.

Además, poder mostrarse tal y como alguien es en el ámbito laboral no solamente tiene una repercusión positiva en la felicidad y salud mental de la persona. También tiene un efecto positivo en el rendimiento y en mejores resultados.

En el año 2014, las revistas Scientific American y Nature publicaron un número especial. En él, rompieron una lanza por la diversidad y la inclusión, afirmando que  “La ciencia inclusiva es mejor ciencia”. Además, al igual que ocurre con las empresas que no incorporan políticas inclusivas, el rendimiento y la productividad son mucho más bajos cuando no se tiene en cuenta la diversidad LGTB.

Por otro lado, según un estudio publicado en Science Advances, los hombres del colectivo LGTB son menos propensos, en comparación con sus compañeros heterosexuales, a quedarse trabajando en lo que se denomina “áreas STEM’’: Science (ciencia), Technology (tecnología), Engineering (ingeniería), Mathematics (matemáticas). Esto ocurre porque, por lo general, son espacios más hostiles y propensos a los comentarios y discursos homófobos y LGBTIQfóbicos.

Por el contrario, este mismo estudio demostró que las mujeres LGTB sí que mostraban una mayor tendencia a quedarse en estas áreas STEM, en comparación con sus compañeras heterosexuales. La explicación parece surgir de la paradoja de que las mujeres lesbianas y bisexuales por lo general presentan un estereotipo y expresión de género más masculinas.

Científico tomando una muestra
Fuente: Pexels

Todo lo anterior viene a reforzar el sexismo en un área aún muy masculinizada como es la ciencia, penalizando a aquellos hombres LGTB (o incluso hombres heterosexuales) que presentan una expresión de género más femenina o afeminada. Y es que los estereotipos siguen teniendo un fuerte arraigo en el imaginario social y colectivo.

También leer: Baja representación LGBT en la ciencia: poca participación y discriminación

Un referente histórico: Pío del Río Hortega

A Elena Lázaro, presidenta de la Asociación Española de Comunicación Científica, le debemos el libro de Un científico en el armario: Pío del Río Hortega y la historia de la ciencia española. 

Pío del Río es de los pocos referentes de científicos homosexuales de la historia de España. Fue él quien descubrió la existencia de la microglía. Hoy en día sabemos que existen unas células llamadas gliales. Antes solo se creía que era un pegamento que rodea a las neuronas. Sin embargo, gracias a la investigación de Pío del Río Hortega, a día de hoy se sabe que son mucho más que eso, ya que sus funciones son varias y esenciales para el cerebro.

Pío del Río mirando un microscopio
Fuente: El Norte de Castilla

Sin embargo, el nombre de Pío del Río Hortega ha caído en el anonimato.  Este dato no pasa desapercibido porque es algo similar a lo que ocurre con las mujeres científicas. Y, en definitiva, con las minorías. Estos personajes por lo general terminan en el anonimato histórico y, a pesar de sus descubrimientos, se les aleja de oportunidades como la de recibir un premio Nobel. De hecho, Pío fue nominado al mismo en dos ocasiones.   

Pío del Río era homosexual, y su pareja fue Nicolás Gómez del Moral. Su labor investigadora quedó, al igual que su orientación sexual, en el armario. Permanece en la sombra ante personalidades que sí han pasado a la historia, como Santiago Ramón y Cajal.

Medio siglo más tarde, Ben Barres, científico trans, estudiaría también el mismo ámbito que Pio, revolucionando la ciencia con su trabajo y convirtiéndose así en un nuevo ejemplo de activista por los derechos LGTB y la diversidad afectivo sexual.

El ámbito académico no está exento ni de sexismo ni de discriminación hacia las personas del colectivo LGTB. Según Javier Armentia, fundador de Ciencia LGTBIQ, por un lado, tenemos el hecho de que la ciencia avanza lentamente en general. Y, por otro lado, el tema de la diversidad no se ha considerado relevante por ahora en el marco de la ciencia.

El científico homosexual español por excelencia: Eduardo López Collazo

No existe, por tanto, una lista de científicos homosexuales referentes en España y los laboratorios siguen siendo lugares donde la diversidad sexual parece no tener un lugar relevante.

Como anécdota, en el orgullo del año 2017 se propuso que los nombres de algunas calles de España fuesen de personas LGTB artistas, escritores, activistas, etc. Sin embargo, cuando trataron de buscar nombres de personalidades de la investigación y la ciencia, surgió la siguiente pregunta: “¿Dónde están las personas con sexualidades diversas? No hay referentes en nuestro país”.

Sin embargo, lo cierto es que podemos rescatar un nombre de un científico español que, además, ha formado parte de listas de ‘’los hombres  homosexuales más influyentes de España”. Eduardo López Collazo es el director científico del Instituto de Investigación Hospital Universitario La Paz de Madrid. Es cubano de nacimiento, pero cuenta con la nacionalidad española.

Fuente: laverdad.es

En el Hospital Universitario La Paz de Madrid, Eduardo está al frente de 1.400 investigadores que trabajan para encontrar la cura del cáncer y poner freno a la metástasis.

Eduardo asegura que por lo general a los científicos les gusta que hablen de ellos como científicos. Esto deja a un lado su vida personal, lo que genera el problema de falta de visibilidad y referentes para las personas más jóvenes. Según expresó en El Diario de Cuba:

«A cambio he contribuido a normalizar la infrecuencia. Nunca pierdo la oportunidad de dejar claro que soy homosexual y estoy casado con un hombre. Es mi manera de hacer ver que estamos en todas partes… Incluso dirigiendo un instituto de investigación’’.

Este científico asegura que ser modelo tiene que ser un “deber para aquellos científicos con más visibilidad”. Sin embargo, parece claro que el miedo a la discriminación y represalias juegan un papel importante. Sobre todo cuando la ciencia puede llegar a ser un lugar precario y de corte conservador. En una entrevista para Ciencia LGBT, además, afirmó:

“Es increíble que la ciencia, compuesta por personas que rompen moldes y están en la frontera del conocimiento, pueda ser tan conservadora”.

Puede interesarte: 5 personas LGBT que revolucionaron la ciencia a lo largo de la historia

Aún queda mucho camino por andar

La aceptación social de las personas LGTB aún no es una realidad en el marco de la ciencia. Sin embargo, en países como EEUU o Reino Unido, existen cada vez más comités LGTB dentro de las comunidades científicas en universidades o centros de investigación. Estos espacios contribuyen enormemente a que se favorezcan buenas prácticas de inclusión y respeto.

Quizás muchas personas no consideran que las personas del colectivo también pueden dedicarse a la ciencia e ingeniería. Probablemente por la imagen masculinizada, tradicional, clasista y conservadora que tenemos de ella. Imagen que muchas veces se corresponde con la realidad.

Asimismo, el activismo parece no ir de la mano de la actividad científica cuando hablamos de ataques al colectivo. Por ejemplo, en España la comunidad científica no dio una respuesta clara y contundente al autobús tránsfobo que circulaba por las calles del país y que promovía un mensaje de odio profundamente anticientífico.  Se echa de menos una voz que denuncie la discriminación al unísono en el campo.

Por otra parte, el activismo del propio colectivo LGBT insta todo el tiempo a que la comunidad científica se actualice, sobre todo para evitar la patologización de identidades, como ocurre con personas trans, asexuales o intersexuales, principalmente.

Queda mucho por hacer, pero poco a poco el activismo cobra más fuerza y trata de ocupar y despertar concienciación también en los espacios científicos. En España, cada vez nos encontramos con referentes del ámbito de la ciencia, como Jara Juana Bermejo, la única mujer trans queer activista e investigadora cuántica del país, y de las pocas del mundo. Tuvimos la suerte de poder entrevistarla para every LGBT, por lo que te dejamos el enlace por si te apetece leerla.

Mas noticias de Ciencias