Te vas a quedar ciego o te van a salir granos. Esas eran las dos frases más repetidas que los adolescentes de hace 30 años escuchaban una y otra vez cuando comenzaban a surgir sus primeros deseos de placer sexual. No hablamos de otra cosa, sino de la masturbación. Una práctica que por años (y podríamos decir siglos también) ha estado estigmatizada en demasía. No así, la masturbación era la peor de las prácticas sexuales, porque masturbarte significaba tener deseos sexuales, y la sociedad prefería la condena antes que asumir tal herejía.
Sin embargo, pasadas épocas anteriores de estigmatización, la masturbación se ha convertido en un signo de empoderamiento, sobre todo en el caso de las mujeres. Las mujeres hemos ido ganando terreno a todos aquellos prehistóricos que nos llamaban histéricas, y ahora somos nosotras las que decidimos por nuestro cuerpo.
Por qué deberíamos masturbarnos
Este nuevo poderío sobre nuestra sexualidad se ha visto impulsado por la cantidad de estudios científicos que avalan la masturbación como un acto saludable, ya no solo para nuestro cuerpo sino también para nuestra salud mental. De hecho, la masturbación tiene día fijado en el calendario, y no es otro que el día 7 de mayo como el Día Mundial de la Masturbación.
El origen de esta proclama es algo variado, pero la teoría cuenta que la cirujana estadounidense Joycelyn Elders defendío en 1995 una educación sexual en las aulas donde se normalizara la masturbación, en consecuencia, el día 7 de mayo de aquel año comenzaron las campañas publicitarias y de comunicación a favor de la idea. Para Joycelyn Elders, la práctica del onanismo en adolescente era beneficiosa hasta tal punto que podía prevenir enfermedades de transmisión sexual en una etapa de la vida en que aún se desconoce el sexo por completo.
A priori, una de las ventajas de la masturbación en edades tempranas (o no tan tempranas cuando ya tienes 14 o 15 años) es el autoconocimiento. La autoexploración de nuestro cuerpo puede traer consigo innumerables provechos no solo en etapa adolescente, sino también en edades adultas. El conocimiento de nuestro físico y de nuestros gustos a través de la masturbación nos aportará en un futuro confianza y seguridad en nosotros mismos.
Además, está demostrado que la práctica del onanismo otorga diferentes beneficios en personas con pene y con vulva. En el caso de las personas con pene, la masturbación continuada está relacionada con la disminución de las posibilidades de tener, a la larga, cáncer de próstata, es decir, que la eyaculación frecuente puede prevenir la acumulación de células cancerígena en la glándula prostática. En cualquiera caso, la auto estimulación se considera un ‘relajante natural’ que reduce el estrés y ayuda a conciliar mejor el sueño.
La lista de los beneficios de la masturbación es bastante amplia, pero, entre otras cosas, aporta grandes favores a nuestro cerebro. La primera de todas es que, al igual que en el sexo con otras personas, con la auto estimulación liberamos varias hormonas, entre ellas la serotonina y la dopamina, que nos llevan a un estado de equilibrio hormonal similar al proceso que experimentamos con el sentimiento de felicidad. Al mismo tiempo, nuestro cerebro libera grandes cantidades de oxígeno y aumenta el flujo sanguíneo, lo que equivaldría a realizar ejercicios positivos para nuestro sistema circulatorio.
Por otro lado, para las personas que sufren de migrañas crónicas, queda demostrado que la masturbación reduce los dolores de cabeza en un 60%, además de que es posible reducir otro tipo de dolores y aumentar la tolerancia al mismo, sobre todo en personas con vulva gracias a la estimulación vaginal.
En este sentido, es la vagina la parte del cuerpo que mejor parada sale con la masturbación. No es nada nuevo que la estimulación sexual de la vulva ayuda a mejorar los músculos vaginales, fortaleciéndolos y haciéndolos más flexibles, así como los músculos de la pelvis. En consecuencia, las personas con vulva que tonifican estas partes del cuerpo suelen llegar con más facilidad al orgasmo, tener orgasmos más intensos y sentir aumento de la libido.
La masturbación en datos
Según la última encuesta realizada por Diversual, empresa especializada en juguetes eróticos, el 90% de los hombres comienza a masturbarse a los 16 años, edad en la que tan solo un 50% de las mujeres lo realiza. Por el contrario, las mujeres adultas de entre 35 y 46 años se masturban una media de casi 3 veces a la semana, casi el mismo número de veces que los hombres en el mismo rango de edad, 3,62 veces.
En cuestiones de razones, más del 90% de los encuestados afirma masturbarse por placer, y 6 de cada 10 también lo hace por relajación. La gran diferencia la encontramos en los estímulos usados para la masturbación. Mientras el 81% de los hombres reconocer acudir a páginas web de contenido sexual y porno (ellas lo hacen en un 50%), las mujeres recurren simplemente a su imaginación en un 82,9%.