El 5 de julio ha sido seleccionado como el Día Internacional de las Personas LGBTIQ+ en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). Esta celebración busca conmemorar la diversidad en el ámbito científico y reducir el sexismo desde la academia. Precisamente, es un momento idóneo para preguntar sobre el campo para científicos LGBT en México.
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Discriminación a científicos LGBT en México
Un artículo publicado en 2021 por Science Advances, explica que las personas LGBTIQ+ tienen más probabilidades de experimentar marginación social, acoso y oportunidades profesionales limitadas en comparación con sus compañeros que no pertenecen a la comunidad.
En el mismo sentido, en una encuesta realizada por el Royal Society of Chemistry, el 49% de los encuestados estuvo de acuerdo en que había una falta general de conciencia sobre los problemas LGBTIQ+ en sus lugares de trabajo.
Dentro de la encuesta también se pudieron evidenciar los indicadores en cómo se manifiesta la exclusión hacia la comunidad. Se encontró que existe el humor informal e insensible con los temas de género en los ambientes de trabajo, aún existen muchos estereotipos sobre los roles de género, no existen políticas laborales que apoyen adecuadamente a los empleados que no se identifican dentro de la heterosexualidad o el cisgénerismo y finalmente que hay un frecuente uso incorrecto de los pronombres al dirigirse a personas de la comunidad.
En la mayoría de listas de las personas LGBTIQ+ más influyentes del mundo se suele nombrar solamente a aquellas que están dentro de la industria del espectáculo, moda o música, generando un imaginario muy recortado sobre el impacto profesional que tiene la comunidad.
Es importante empezar a reconocer que las personas LGBTIQ+ también tienen participación en ámbitos completamente diferentes tales como el STEM que abarca la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Por ende, es necesario empezar a reconocer las problemáticas que existen en este ámbito profesional y en la inclusión de científicos LGBT.
Panorama laboral en ámbitos de la ciencia y tecnología
Algunos estudios han reflejado que aumentará la oferta laboral para las profesionales de esta área. Un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), encontró que el 80% de los trabajos a nivel mundial estarán relacionados con el campo profesional de la ciencia, la ingeniería, las matemáticas y la tecnología.
También se identificó que de los países latinoamericanos pertenecientes a la OCDE se encontró un alto porcentaje de graduados de carreras STEM, estos son 45% de Chile, 42% en México, 41% en Argentina y 34% en Colombia.
De igual manera, en un estudio de 2022 llevado a cabo por Oracle y Fibra denominado “Desafìo Latam”, encontraron que para 2025 habrá una amplia demanda de profesiones en dichas áreas en varias partes de latinoamérica, específicamente en ciudad de México, Río de Janeiro, São Paulo, Bogotá y Santiago de Chile.
Científica mexicana LGBTIQ+
Hasta el momento casi no hay personas LGBTIQ+ que se desarrollen en el ámbito científico en México. Son muy pocos los que reciben reconocimiento o son destacados en el gremio. Sin embargo, hay una científica que se ha destacado por su importante aporte en la ciencia y por ser una de las mujeres trans más reconocidas en el mundo.
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Dania Gutiérrez Ruiz
“Eso no lo podría asegurar. Soy la mujer trans en la academia con más visibilidad, pero hay mucha gente en mi área con más preparación que yo, que no es tan visible. Cuando algunas personas transicionan, deciden hacerse invisibles y pasan a la dinámica heteronormativa, en la que, si pasan a ser mujeres, no hablan de su pasado. No se reconocen como mujeres trans, sino simplemente como mujeres, lo cual es enteramente respetable”, expone la científica para el portal CONAPRED.
Dania es una de las mujeres más reconocidas del mundo científico mexicano. Actualmente es la secretaria académica del Centro de Investigación y Estudios Avanzados en la unidad de Monterrey.
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El currículum de la científica es bastante extenso, realizó una carrera en ingeniería en Mecánica Eléctrica, una maestría en Electrónica y Ciencias Computacionales y un doctorado en Bioingeniería. Está especializada en los estudios relacionados con la actividad cerebral. Según comentó algunas veces, su interés estuvo motivado porque cuando era joven sufrió de ataques epilépticos y quería entender mejor estos procesos.
Su trabajo se centra específicamente en procesar los estudios estadísticos de las señales biométricas. Se enfoca específicamente en las interfaces cerebro-computadora, la interacción humano-máquina y el procesamiento de traductores bio electromagnéticos.
Su principal línea de investigación (interface cerebro-computadora) consiste en interpretar y procesar la actividad eléctrica del cerebro a través de una computadora. El uso de la tecnología en estos casos permite transformar los pensamientos en acciones reales, es decir, que sirve para convertir las señales del cerebro en comandos para otros sistemas como una computadora, silla de ruedas, extremidades robóticas para el cuerpo.
La tecnología de interface cerebro-computadora beneficia mayoritariamente a la medicina ya que representa un alternativa para las personas que tienen una correcta función cerebral pero que por motivos biológicos y de accidentalidad no cuenta con alguna función motriz en su cuerpo o pueden moverse pero con dificultad.
Las investigaciones y estudios que ha llevado a cabo Dania han significado un aporte importante para el desarrollo científico mexicano. Hasta el momento no se reconoce otra directiva o científica del país con un recorrido tan amplio como el de la investigadora.
Dania ha realizado activismo para respaldar el organismo de Género Ética y Salud Sexual (Gessac) y otras asociaciones. Sin embargo, insiste en la normalización de la identidad transgénero, por eso sigue su vida con total normalidad sin realizar mayor énfasis en que es una mujer trans, pues piensa que ese no es el mensaje más importante que pueden brindar sobre ella.
La amplia brecha laboral para las personas LGBTIQ+ en México
Desde la pandemia incrementaron las violaciones de derechos laborales para las personas LGBTIQ+ en México.
Un informe que encuestó a 5.500 personas en 23 entidades de la república mexicana llamado Impacto diferenciado ante la COVID-19 en la comunidad LGBTI+ en México, identificó que el 35% de las personas fueron víctimas de explotación laboral y reducción de salarios. Las más afectadas dentro de la comunidad por estos aspectos fueron las lesbianas debido a su situación de género o preferencia sexual.
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El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó una encuesta donde identifica que solo el 4.6% personas de la comunidad LGBTIQ+ ocupan puestos directivos o de jefes en empresas públicas o privadas.
Adicionalmente, la discriminación por la orientación sexual y por identidad de género tambien se ve muy marcada en los lugares de trabajo. Según el Centro de Investigación en Política Pública (OMCO) en México, seis de cada diez personas LGBT consideran que su orientación sexual ha sido un obstáculo para acceder a un empleo. Aun cuando obtienen un trabajo, el 70% de los mexicanos LGBT perciben que no reciben el mismo trato que sus compañeros heterosexuales”.
El trato desigual dentro del ambiente laboral puede crear ambientes hostiles que disminuyen la productividad y buen desempeño de los trabajadores. Lo anterior puede crear una barrera para que las personas diversas tengan un trabajo estable, en el cual se desarrollen económica y profesionalmente.
En el caso de la comunidad trans el ambiente laboral suele ser mucho más complejo y de difícil acceso. La diputada trans María Clemente García planteó “una persona LGBT+ puede pasar en promedio 10 meses buscando empleo. En México sólo el 5% de las personas transgénero ejercen una profesión y, además, la población trans tiene una tasa de desempleo del 90%”.