El Gobierno de Rusia no da tregua en su persecución contra la población LGBTIQ+ en su territorio. Desde la aprobación en 2013 de la polémica ley contra la “propaganda LGBT”, la comunidad disidente ha visto desaparecer uno a uno sus derechos y el presidente Vladímir Putin endurece cada vez más las medidas para censurar cualquier información que sea considerada como una “promoción de valores no tradicionales”.
En esa línea, un tribunal de Moscú sancionó en abril pasado a Meta, empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, y a la red social de vídeos TikTok, con millonarias multas por rehusarse a eliminar de sus plataformas contenidos alusivos a la población LGBTIQ+.
Al conglomerado estadounidense le fue ordenado el pago de cuatro millones de rublos rusos, que serían alrededor de 296 millones de pesos colombianos. Mientras que TikTok fue multada con dos millones de rublos, unos $148.000.000.
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Este es solo una de las tantas acciones de Rusia contra las redes sociales en su radical intento de invisibilizar la existencia de la comunidad y de restringir sus formas de expresión.
¿En qué consiste la ley contra la “propaganda LGBT” en Rusia?
La cámara Baja del Parlamento ruso aprobó en junio de 2013 una ley promovida por políticos religiosos que prohíbe la “promoción” de las relaciones sexuales “no tradicionales” a los menores de edad. Es decir, que no se permite dar a menores información sobre la homosexualidad.
Así como todo lo que le siguió a esta legislación, los antecedentes no son nada alentadores. En Rusia la homosexualidad fue delito hasta 1993 y categorizada como enfermedad mental hasta 1999.
Y aunque el mandatario Putin insista en que en su país no existe discriminación estatal hacia las personas LGBTIQ+, las consecuencias de la controvertida ley han llegado hasta el punto de prohibir marchas del Orgullo Gay, así como la exhibición de la bandera con los colores del arcoíris, representativa de la comunidad, y silenciar a activistas que luchan por los derechos de este grupo.
“No tenemos ninguna limitación o represión por motivo sexual. Es más, muchas personas declaran abiertamente su orientación sexual no tradicional. Mantenemos el contacto con ellos. Muchos logran un gran éxito en sus carreras profesionales e incluso reciben premios estatales”, dijo el Presidente ruso en el documental ‘Entrevista con Putin’.
Señaló que la legislación en cuestión no incide en las decisiones de la población adulta sobre su sexualidad y que, en su lugar, lo que busca es “dejar que los niños crezcan en un ambiente tranquilo, sin incidir en su conciencia”.
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“Ya cuando crezca puede decidir libremente cómo hacer su vida, incluida la sexual. Desde el momento en que (un menor) se convierte en mayor de edad, no hay ningún tipo de restricción”, aseguró.
Sin embargo, el pasado julio el diputado ruso Alexander Khinshtein lanzó una propuesta a través de su canal en Telegram con la que busca que la ley contra “propaganda” LGBT también cobije a las personas mayores de edad.
“Proponemos ampliar de forma general la prohibición de este tipo de propaganda, independientemente de la edad del público, tanto en los medios de comunicación, en internet, en las redes sociales y en los cines y online”, escribió Khinshtein en la plataforma de mensajería.
Por su parte, el presidente del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin, afirmó que Rusia cuenta con las facultades para prohibir la “promoción de valores no tradicionales” desde que abandonó el organismo de vigilancia de los derechos humanos del Consejo de Europa en el marco de la guerra en Ucrania, que comenzó en febrero de este año.
“Las exigencias de legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo en Rusia son cosa del pasado. Los intentos de imponer valores ajenos a nuestra sociedad han fracasado”, expresó Volodin, según reseña ‘Euronews’.
Sobre esta ley, la ONG Human Rights Watch publicó un informe en 2018 en el que señala las afectaciones que sufre la niñez y la población LGBT en Rusia.
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“La ley de 2013 contribuyó a que se intensificaran la estigmatización, el acoso y la violencia contra las personas LGBT en Rusia. La ley también se ha usado para clausurar servicios en línea de información y derivaciones de salud mental para niños y niñas, así como para disuadir a grupos de apoyo y profesionales de la salud mental de trabajar con niños. Asimismo, profundiza la aversión hacia las personas LGBT, y tiene un efecto amedrentador para los profesionales de la salud mental que trabajan con jóvenes LGBT”, se lee en el informe.
Además, Human Rights Watch apunta que “es un ejemplo clásico de homofobia política” y que “la ley concede el potente respaldo del Estado ruso a la postura falsa y discriminatoria de que las personas LGBT son una amenaza para la tradición y la familia”.