En la década de los 70’ el mundo entero se rindió al ‘movimiento hippie’. Lo que pocos saben es que tras esta revolución liberal y pacifista llegó otro movimiento aún más fuerte que derribó los estándares sociales de la época, y que aún perdura: ‘la revolución sexual’. La opresión de aquellos años concluiría con una fiesta de liberación que desafió los códigos morales sexuales basados en la reivindicación de los cuerpos humanos y su desnudez.
Aunque de eso hace más de 40 años, lo cierto es que es a día de hoy cuando la sexualidad ha tomado realmente un carácter revolucionario. Ahora es cuando la diversidad comienza a tomar un camino real, basada en movimientos LGBT o el bodypositive, y de conciencia donde el acceso al conocimiento y la apertura de las mentes más cerradas han creado un entorno seguro para el desarrollo sexual completo de las personas.
Es por eso que, si hace 20 años aún existía cierto pudor y vergüenza para hablar de ello, hoy el sexo se ha convertido en un ámbito más de la vida en el que experimentar sin tapujos. Ya desde hace algunos años se comenzó a hablar de ciertas prácticas sexuales comunes, e incluso algunas tuvieron su momento de gloria como el fetichismo o el sadomasoquismo. Pero los tiempos cambian y las formas de relacionarse y buscar el placer también.
La niebla del amor
La imaginación es elemento fundamental en el sexo y hoy en día es habitual el uso de herramientas externas a nuestro cuerpo como alternativa hacia la búsqueda del clímax sexual.
Una de estas herramientas que está tomando impulso en los últimos tiempos es la conocida como ‘niebla del amor’. Un término que toma nombre de su propio proceso: se trata de una técnica de chorro de vapor de hasta 180º bajo cero y que congela los genitales a base de nitrógeno líquido.Así se consigue una dilatación de los vasos sanguíneos mejorando la circulación y por tanto la segregación de endorfinas.
Este efecto podría aumentar los niveles de la libido e incluso fomentar la creación de colágeno que haría rejuvenecer el aspecto físico de los mismos genitales.
Aunque ésta práctica no es barata y solo se puede recurrir a ella a través de clínicas privadas, su popularidad ha crecido de tal manera que se puede considerar como ‘moda’ dentro del ámbito sexual.
El sexo como vía para el conocimiento
A parte de juguetes y posturas infinitas el sexo también goza de un sentido íntimo entre las personas que lo practican juntas. En muchos casos se trata de una manera de relacionarse en privado y fomentar su vínculo. En este sentido existe una práctica sexual muy recomendada por expertos y sexólogos con el fin de fortalecer las relaciones de pareja.
Técnica del Espejo
Se trata de la llamada ‘técnica del espejo’, que consiste en imitar todas las acciones de tu pareja. Es decir, si la otra persona te está acariciando la mejilla tú deberás hacer lo mismo, si te besa en el cuello también, y así con todos los movimientos. En definitiva se trata de un ejercicio para elevar la autoestima y sobre todo para los gustos sexuales de tu pareja.
La sexualidad es una de las grandes oportunidades que tienen las personas para explorar y conocer su cuerpo. Sin embargo es muy importante también advertir aquellas prácticas que pueden resultar incómodas y así poder establecer unos límites.
ver: ¿Cómo disfrutar más del sexo?
Disfrutar del sexo debe ser siempre una experiencia placentera que de ninguna manera llegue a la vergüenza, a la inseguridad y, mucho menos, al dolor no consentido. Es por esto que resulta fundamental consensuar con la otra persona todas las prácticas a realizar, en el caso de que sea sexo compartido y no de manera solitaria.
El sexo debe de proporcionarnos placer, autoconocimiento y diversión para poder disfrutar de una manera sana y segura de todos sus beneficios mentales, emocionales y, por supuesto, físicos.