¿Conoces la historia de las asociaciones y ONGS LGBT en España? Aunque solemos asociar las marchas del Orgullo LGBT a los disturbios de Stonewall en Nueva York en el año 1969, la realidad va mucho más allá. Sí es cierto que los acontecimientos en el barrio neoyorquino pusieron a la vista años de represión y supusieron un antes y un después en la lucha por los derechos igualitarios. No obstante, antes de Stonewall ya existían asociaciones y movimientos considerados dentro del colectivo LGBT que hacían frente a las desigualdades.
Los inicios de los movimientos por la comunidad LGBT en el mundo
No es nada nuevo afirmar que civilizaciones antiguas como las precolombinas en México usaban el término muxe para referirse a las personas del ‘tercer género’, hoy en día conocidas como no binaries. Otros países como Albania, y algunos estados del este, han mantenido la tradición de la virgen jurada, mujeres que renuncian al matrimonio para posteriormente comenzar a comportarse, y ser reconocidas, como hombres.
La lista es larga, e incluso la cultura árabe también ha tenido a lo largo de los años una expresión que identificara a los hombres transexuales, mukhannath. Aunque, en la actualidad, en Medio Oriente se utiliza más como un insulto, debido a la radicalización de la religión musulmana, esta palabra nos hace reflexionar sobre la involución que ha sufrido la comunidad LGBT.
Incluso China sigue conservando la secta Hu Tianbao dentro de la religión taoísta y que desde el s. XVII promueve el amor homosexual. Si bien hace 100 años en Europa a penas existían países que siguieran castigando la homosexualidad y la transexualidad (algunos incluso nunca la llegaron a penar) la sombra de la sodomía (término de origen bíblico afianzado en la Edad Media) seguía sobrevolando en estados de tradición católica como Inglaterra y Alemania. Más allá, fueron estas dos potencias las encargadas de promover la despenalización de la homosexualidad exigiendo una aceptación plena por parte de la sociedad.
A raíz de este movimiento, surgieron asociaciones tan importantes como la Comunidad de los propios en 1903 (Gemeinschaft der Eigenen en alemán), considerada como una de las primeras a nivel mundial. La tolerancia fue ganando terreno al odio en una época en la que la república, como sistema de gobierno, comenzó a instaurarse en las potencias europeas. Incluso España, durante la década de los ’30, vivió un avance cultural y de derechos, consiguiendo, entre otras cosas, el voto femenino.
No obstante, la llegada de los regímenes totalitarios borró cualquier signo de evolución en materia de derechos, y las asociaciones y movimientos LGBT, que hasta entonces habían estado formándose, volvieron al armario. No fue hasta después del final de la Segunda Guerra Mundial cuando la comunidad LGTB vivió sus primeros años de socialización real. Entonces, se hizo muy popular el movimiento homófilo, como reivindicación del amor homosexual que pretendía alejarse de la imagen estereotipada de mujeres y hombres viciosos y promiscuos. A pesar del clima homófobo, aún predominante en Europa, surgieron asociaciones que al día de hoy aún operan, como la COC de origen holandés y la organización inglesa Campaign for Homosexual Equality (CHE).
El culmen de todo esos movimientos LGBT es por lo tanto los acontecimientos que ocurrieron en el bar de Nueva York llamado Stonewall Inn en junio del 69, y que posteriormente dio nombre al movimiento de liberación definitivo del colectivo. La persecución a la que eran sometidos mujeres y hombres por el simple hecho de tener una orientación sexual diferente a la heterosexual acabo germinando en reuniones clandestinas que luchaban contra la represión.
Antes de Stonewall fueron más bares, más pub y más centros de reuniones los que sufrieron las redadas policiales, pero en este caso la sociedad se echó a la calle ya sin miedo a represalias. A raíz de entonces se conmemoran los hechos cada 28 de junio, por suerte cada vez en más países, como el Día del Orgullo Gay, y no solo gay, sino como el orgullo de una sociedad que supo poner límites y decir no ante la discriminación.
El movimiento LGBT en España
Mientras el mundo estaba sumido en un importante cambio social y económico, no solo en cuestiones de derechos LGBT, sino también en avances tecnológicos y en una geopolítica variable debido al final de la SGM y el inicio de la Guerra Fría, España se mantenía al margen dentro de su propia burbuja estructural.
La dictadura franquista aisló al país ibérico de los acontecimientos que se sucedían en el resto del planeta y trajo consigo un atraso social bastante importante, del que no se recuperará hasta la llegada de la democracia y de una constitución sana y entregada a la población española. Constitución y legislaciones que aún no contemplaban derechos para el colectivo LGBT, aunque sí se derogó la tan popular Ley de vagos y maleantes, que incluía la represión de los homosexuales.
Es por este motivo que el Tony’s Bar en Málaga, primer bar LGBT de España se sumió en un halo de oscuridad durante sus primeros años a finales de la década de los 60. Por esos años eran comunes bares asociados a la comunidad en esa zona valenciana y, si Estados Unidos tiene su Stonewall, España tiene la Gran Redada del Pasaje de Begoña, donde más de una centena de personas fueron arrestadas.
Por entonces, como era de esperar, aún no habían surgido en España asociaciones que lucharan por los intereses del colectivo y no fue hasta 1970 cuando se fundó la primera de ellas: el MEHL, Movimiento Español de Liberación Homosexual, aunque desparecería 4 años más tarde como consecuencia de la aprobación de la Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, que condenaba hasta con 5 años a los homosexuales o, a cambio, un internamiento en un centro psiquiátrico.
Ya en 1975, y con la restauración de la democracia, comienzan a surgir las primeras asociaciones LGBT. A MEHL le siguió Front d'Alliberament Gai de Catalunya, pionera en la Comunidad Autónoma, y sin la cual no se podría escribir la historia de los movimientos LGBT catalanes. De hecho, esta agrupación fue la que promovió y animó a la sociedad de 1977 a celebrar la primera marcha del Orgullo Gay en Barcelona, y tan solo un año más tarde se comienza a usar la bandera del arcoíris asociada al movimiento.
Hasta este momento todas las asociaciones o clubs LGBT eran ilegales y no fue hasta 1979 que de despenalizó la homosexualidad por ley. En concreto tal acontecimiento ocurrió un 26 de diciembre, fecha que en la actualidad da nombre a una de las grandes fundaciones LGBT del país.
Asociaciones y ONGS LGTB en España
Con la derogación total de la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, en 1989, España tenía prisa por alcanzar el nivel social del resto de países europeos, y a partir de entonces corrió como el que más. Dieciséis años después, en 2005 el país hispano se convertía en el tercer país del mundo en aprobar la Ley del Matrimonio Igualitario. Pero los acontecimientos no son casuales y detrás se encontraba un movimiento LGBT tan fuerte o más que el de ahora.
En todo el proceso para la consecución de unos derechos y una legislación no discriminatoria e iguales entre heterosexuales y homosexuales se encuentran todas aquellas asociaciones y ONG que dieron la cara antes que nadie por la comunidad LGBT. De las ya nombradas, mención especial a la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), creada en el año 1992, y que luchó sin descanso para ver aprobada esa Ley del Matrimonio. Como asociación LGBT es la más numerosa del país y su activismo pasa desde realizar campañas de sensibilización, organizar conferencias y congresos y realizar festivales educativos.
Además, cada año, es una de las grandes impulsoras de la celebración del Orgullo en España, que se realiza la primera semana del mes de julio. Junto a FELGTB se encuentra también el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, otra asociación de las grandes dentro del territorio nacional. Es más, fue esta la impulsora de la creación de FELGTB, diferenciados en que la primera es una ONG y la segunda una asociación.
En sus inicios COGAM fue una escisión de la agrupación MEHL que posteriormente derivó en la ONG que actualmente conocemos. Como ONG, COGAM ofrece orientación y asesoramiento a quienes lo solicitan, también da soporte telefónico, realiza estudios estadísticos sobre el clima LGTB en España y, por supuesto, dedica los recursos necesarios para el apoyo de las personas del colectivo. Por su parte, la fundación 26 de Diciembre presta sus servicios a un grupo específico dentro de la comunidad: las personas mayores. Ofrecen tanto actividades de ocio, culturales y educativas como apoyo legal. Entre sus grandes logros consta la Residencia para personas mayores Josete Massa, que cuenta además con un centro de día para las personas mayores LGBT, y su servicio de ayuda a domicilio especializado.
Hasta la fecha, las asociaciones y ONGS de España han venido prestando sus servicios de manera altruista y con el único objetivo de ayudar en la vida de las personas LGBT y de difundir el mensaje de la importancia de la diversidad y la tolerancia. Así, ni siquiera la comunidad estudiantil está ajena a los cambios de la sociedad, pues en las universidades Complutense y Politécnica de Madrid tienen su propia agrupación, Arcópoli, que ofrece servicios de apoyo e información a los estudiantes de la comunidad LGBT.
De la misma manera existe Crismhom, Cristianas y Cristianos de Madrid Homosexuales, una agrupación de personas que pertenecen tanto al colectivo como a la comunidad cristiana, y que pretende ser nexo de unión entre la Iglesia y las personas LGBT para lograr la no discriminación dentro de la vida católica.
El compromiso de las asociaciones muchas veces va más allá del objetivo o del fin propuesto, sino que se trata de un compromiso personal con cada una de las personas que acuden a pedir ayuda. Cuando la sociedad rechaza, discrimina y hasta llega a odiar al colectivo, las asociaciones LGBT se levantan a favor de esas personas a las que la sociedad les ha arrebatado las ganas de luchar.
Una asociación no es solo un lugar donde conocer gente maravillosa en las mismas condiciones, sino que se trata de un lugar de confort a salvo de prejuicios que en ocasiones supera al propio hogar. Aunque, para muchas personas, por desgracia y aún hoy, las asociaciones y las ONGS son su único hogar seguro.
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