Si bien es cierto que la representación de las personas no binarias ha avanzado (y bastante) en los últimos años, también es cierto que esto no tiene un efecto necesariamente positivo: pues ha expuesto al género no binario a cuestionamientos y estereotipos sobre su identidad, lo que no es fácil de lidiar para nadie.
Uno de los estereotipos más grandes sobre la comunidad no binaria se relaciona con la forma en la que se supone que se deben ver y si le deben androginia a la sociedad, sin embargo, esto significa desconocer que el no binarismo no implica ninguna expresión de género puntual. Entonces ¿cómo afectan los estereotipos al género no binario?
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Identidad de género, orientación sexual y expresión de género
Estos estereotipos vienen, en su gran mayoría, de la ignorancia sobre lo que implica ser una persona no binaria pues, si bien el tema se ha popularizado en los últimos años, la información que circula puede venir de muchos lugares que no son necesariamente los más oportunos, pues pueden estar llenos de prejuicios y estereotipos.
Para entender esto, es necesario tener en cuenta varios factores, la primera de estas es la diferencia entre orientación sexual, identidad de género y expresión de género:
- Orientación sexual:
La orientación sexual se refiere únicamente al género o géneros a los que una persona se siente atraída, algunos ejemplos de orientación sexual son:- Homosexual: Persona que se siente atraída por personas del mismo sexo
- Heterosexual: Persona que se siente atraída por personas del sexo opuesto.
- Bisexual: Persona que se siente atraída por hombres y mujeres.
- Pansexual: Persona que se siente atraída por personas sin importar su identidad de género.
- Identidad de género:
Este término hace referencia a la forma en la que se identifica una persona en el espectro de los géneros, por lo que se puede ser:- Cis: Persona que se siente identificada con el género que se le asigno al nacer
- Trans: Las personas trans son las personas que no se sienten conformes con el género que se les asignó al nacer y, por ende, hacen un tránsito que las acerque más a su identidad. Dos tipos de personas trans que nos pueden ayudar a entender esta categoría son:
- Transgénero: Persona que se identifica con el género opuesto al que se le asigno al nacer.
- No binaria: Persona que no se siente conforme con el sistema binario de clasificación del género, este es un término sombrilla por lo que el no binarismo abarca todo un espectro que no se puede resumir en una sola experiencia.
- Expresión de género:
Esta es la forma en la que una persona se viste, habla y se expresa, en general, esta no está necesariamente relacionada con la identidad de género o la orientación sexual de una persona. Esto es lo que generalmente se ha considerado como “femenino”, “masculino” y “andrógino”.
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Es importante tener en cuenta que la relación entre identidad de género, orientación sexual y expresión de género no es tan estrecha como muchas personas suelen creer; si bien en algunos casos una puede afectar a la otra, esto no implica necesariamente que se puedan establecer correlaciones entre las categorías planteadas.
Estereotipos de género no binario: la androginia
Para hablar de Androginia es importante hablar de los estereotipos de género, pues es fundamental entender el papel que ocupan estos en el imaginario común de la sociedad, la ropa y el aspecto físico, en general, son fundamentales para la forma en la que las personas son percibidas y, por tanto, la forma en la que son tratadas.
Esto no es nada nuevo, como se menciona en Crapsforyou fue en el siglo XVIII cuando hombres empezaron a usar abiertamente “ropa de mujer” y, en consecuencia, empezaron a ser tratados de forma diferente.
La androginia puede definirse como una expresión de género que comúnmente es relacionada con ambos géneros o con ninguno, las personas que son entendidas como andróginas pueden usar ropa sin importar su identidad de género y, en general, su expresión de género no apela ni a la masculinidad o la feminidad.
Ahí es donde empieza una de las trampas del binarismo que gobierna el mundo, existe “ropa de hombre” y “ropa de mujer”, esta clasificación de las prendas de vestir ha limitado la forma en la que las personas se han vestido durante mucho tiempo. Como consecuencia, aquellos que han decidido hacer caso omiso a esta orden, han sido víctimas de burlas, rechazo y exclusión.
Esto, en palabras de una persona no binaria entrevistada por el medio Hivos, se debe a que: “En general está el problema de que las personas no pueden ver más allá de hombres y mujeres. Y por eso al verte la apariencia te encasillan y esperan algo respecto al género al que creen que perteneces”.
Entonces, la gente tiene la idea de que las personas no binarias deben verse de forma que su expresión de género evite a un género u otro, pero esto es imposible porque gran parte de la industria de la moda está pensada para hombres y mujeres cis, por lo que las opciones son muy reducidas.
Eso no es todo, de alguna forma se espera que las personas no binarias encajen en un modelo físico en el que no solo se les aplican los estereotipos comunes (delgadez, altura, color de tez, etc.) sino que, además, se espera que su cuerpo se vea andrógino.
Esta es una tarea imposible porque la anatomía humana ha sido socializada en el binarismo que ha regido el género y, en consecuencia, se asume el cuerpo de un género específico ignorando que la relación entre el cuerpo y el género no es fija.
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La carga entre las personas de la comunidad no binaria genera una responsabilidad con su aspecto en la que se ven obligadas a cumplir unos estándares que son irreales y que pueden resultar frustrantes.
Vale la pena rescatar lo que menciona Dante Ureta el medio Homosensual al respecto: “Lo no binario no es un look que te pones para ir de antro, no es un look para verse cool en Instagram”, esto es importante porque desde el consumismo se hacen aproximaciones a todas estas experiencias, siendo en muchos casos bastante irrespetuoso para quienes las viven en carne propia y, como consecuencia, deben empezar a ir en línea con estos fenómenos.
Relación del género con la salud mental
Esto hace ruido con las cifras publicadas por Sapien Labs en 2022 sobre la salud mental, en donde se reveló que las personas con experiencia de vida trans no binaria son uno de los grupos poblacionales con mayor afectación en la salud mental con un 51% de participantes que ha presentado angustia o dificultades en su salud mental.
Esto permite reflexionar sobre la forma en la que la identidad de género tiene relación con la salud mental de las personas, de acuerdo con un estudio realizado por el Ministerio de derechos sociales de España: “Los trastornos mentales crónicos están determinados por procesos psicosociales vinculados a formas de vida en relación con el género”.
Como resultado, es importante pensar que la socialización del género en una persona sí afecta su salud mental, especialmente cuando esta no coincide con la autoidentificación de las personas. Los estereotipos de género pueden funcionar como una carga para personas alrededor del mundo, pues el deber ser dentro del género es una camisa de fuerza que impide la exploración de una persona.
En las personas no binarias esto puede ser mucho más complejo porque el término fue popularizado hace poco y, de forma generalizada, la identidad de estas personas ha sido negada y sujeto de burla. Por ende, en concordancia, el mundo ha exigido a las personas no binarias “demostrar” su no binarismo en todos sus comportamientos y su expresión de género no es la excepción.
No obstante, como ya se ha mencionado con anticipación, esperar esto es sumamente problemático e injusto porque, así como se esperan ciertas conductas de las personas cis que concuerden con su identidad de género, las personas no binarias han sido cargadas de estereotipos que limita su experiencia vital.
No se debería esperar que las personas justifiquen su identidad de género pues estos son procesos personales que no se pueden poner en cuestionamiento social. Así como las operaciones corporales no hacen que el proceso de una persona trans binaria sea más o menos válido, la androginia no es indicativo de éxito en una persona no binaria.
Además, hay personas cis que pueden tener una expresión de género que se pueda socializar como andrógina, pero esto no afecta su identidad de género. Entonces, ¿por qué en el afán de invalidar a las personas no binarias sí se les exige verse de alguna forma? Cuando en el proceso se está sacrificando la salud mental de estas personas con estereotipos que parten del prejuicio y no responden a un conocimiento real del género como un espectro.