La diversidad sexual y de género la podemos encontrar por todas partes, por supuesto, la literatura es parte de esto. Es por ello que hemos preparado una pequeña lista con algunes escritores que seguro no sabías que pertenecen a la comunidad LGBQ+.
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1. Federico García Lorca
El autor de varios poemas y varias obras de teatro ha pasado a la historia como uno de los escritores más importantes de la generación del 28. García Lorca cautivó a todo el mundo con sus Bodas de Sangre, pero detrás de sus historias había cientos de referencias a la liberación y al vivir libres de prejuicios.
Todo esto solamente era un reflejo de la dura vida que tuvo que vivir por su orientación sexual, pues aunque no era un secreto para nadie, sí es un tema del que poco se ha querido hablar.
La muerte de García Lorca no solamente es una muerte lamentable, se trata de un crudo asesinato a sangre fría. No se sabe exactamente la razón de este macabro hecho; pero nunca faltó quien se atribuyera orgulloso dicha acción.
“dos tiros en el culo por maricón”. Estas fueron las palabras de Juan Luis Trescastro después de su asesinato, este hombre era amigo íntimo del padre de García Lorca. No está claro que haya sido él el autor de tan vil acto, lo que sí está claro es que Federico García Lorca simplemente fue víctima de la homofobia.
Tenemos una nota exclusivamente sobre él donde exploramos más a fondo sus obras y la representación del erotismo homosexual.
2. Gabriela Mistral
Gabriela Mistral pasó a la historia por ser la primera mujer en obtener un Premio Nobel de literatura en toda latinoamérica. La chilena se ha convertido en uno de los personajes más importantes de la literatura en español, pues sus obras reflejan un grito por la igualdad y el cumplimiento de los derechos escondidos entre versos y rimas.
Ella siempre negó ser lesbiana; sin embargo, su cercanía con otras mujeres nos hacen creer todo lo contrario. Gabriela tuvo una relación por muchos años con una jóven estadounidense llamada Doris Diana.
En 1949 le escribió una carta en la que no solamente le trataba con mucho cariño, sino que también se notaba desesperada por la indiferencia de su amada. Esto sin decir que en muchas ocasiones se refería a sí mismo con un género masculino.
Amor: te decía en mi carta de hoy 14 que llevo varias noches de mal dormir. Duermo de dos o tres de la mañana y hasta las siete. Pero quiero volver a hablarte hoy. (Te acabo de poner un telegrama. No quisieron recibir el pago de la respuesta, estos palurdos.)
Yo no entiendo nada de lo ocurrido, mi amor. Solo sospecho que mi carta sobre los Artasánchez te ha hecho sufrir mucho. Y que o eso o el avión te ha causado un daño del corazón.
¡Qué estúpido ha sido el que más te quiere, Doris mía! ¡Perdóname, vida mía, perdóname! ¡No lo haré más! Y tú guardarás el control de ti, y haz fe en tú pobrecillo, que es un ser torpe, vehemente y envenenado por su complejo de inferioridad (el de la edad).
Duerme, mi amor, descansa. Yo procuraré ser menos brutal y necio. Yo te debo el lavarme de estos defectos. Yo te debo felicidad por cuanto he recibido de ti.
3. Oscar Wilde
Oscar Wilde fue simplemente otra víctima de la homofobia, su vida era del ojo público, y por ende estaba casado y tenía un hijo. Sin embargo, para nadie era un secreto la relación romántica que mantenía con Lord Alfred Douglas y esta misma acaparó la atención de todo el Reino Unido.
Al principio se decía que simplemente mantenían una gran amistad; sin embargo, el padre de Alfred Douglas, marqués de Queensberry descubrió que esto iba más allá de una relación amistosa.
Es entonces cuando le deja una nota firmada con el siguiente destinatario “para Oscar Wilde, quien presume de sodomía.” Apoyado por el mismo Alfred Douglas, Wilde denunció al marqués de Queensberry; sin embargo, dicha denuncia no sirvió para nada más que para enfrentarlo a un segundo juicio por contradenuncia. En 1895 se le acusó de ‘sodomía y grave indecencia’ por lo cual fue enjuiciado y sentenciado a dos años de trabajo forzado en el penal de Reading.
Allí encerrado, Wilde escribió De Profundis, una carta que envió a Lord Alfred Douglas. También escribió la Balada de la Cárcel de Reading. En la primera, Wilde acusó a Douglas de haberlo distraído de su arte y que, por tanto, representaba la “destrucción”; sin embargo, la carta seguía demostrando todo el cariño que sentía por el hijo del marqués.
Por otro lado, en la Balada de la Cárcel de Reading escribió las duras torturas que tuvo que pasar en la cárcel, siendo esta su última obra.
4. John Gray
Antes de comenzar su relación (o por lo menos su supuesta relación) con Lord Alfred Douglas, Oscar Wilde estuvo muy cercano del poeta John Gray, al punto que se dice que incluso su personaje más importante, Dorian Gray, está inspirado en John.
Su literatura se basaba principalmente en evocar sentimientos divinos que ampliamente se relacionan con el sentir católico que tenía. Sin embargo, terrenalmente sus sentimientos hacia distintos hombres era notable.
Mantuvo una relación muy estrecha con Oscar Wilde, sin embargo, dicha relación se fue enfriando poco a poco, y cuando Wilde fue al exilio, prácticamente esta relación ya no existía. Podría decirse que fue debido a que Wilde estaba en amorío con Alfred Douglas, sin embargo, parece ser que John Gray tenía mucha inconformidad con el personaje de Dorian.
“Después de la publicación de El retrato de Dorian Gray la gente comenzó a llamar a John Gray como Dorian, lo que le incomodó tanto que llegó a demandar a una publicación londinense por difamación cuando hizo la asociación.”
La diversidad no es una cuestión actual. Podemos ver cómo a lo largo de la historia, las personas que leemos tienen historias LGBTQ+ que les convierte, de alguna u otra forma, en escritores referentes para nuestra comunidad.