A finales del 2021 escribimos en every una nota titulada “Adopción homoparental en Colombia: ley, requisitos, tipos de adopción y más” donde aclarábamos cuál era la situación actual para las personas de la comunidad LGBTIQ+ que quisieran conformar una familia.
Desde noviembre del 2015 en Colombia la Corte Constitucional aprobó la adopción igualitaria. Con este hecho se reafirmó que se debe garantizar el derecho de los menores a tener un hogar, teniendo en cuenta que la orientación sexual de las personas que quieran adoptar no es una condición relevante debido a que no compromete el bienestar del niñe.
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De hecho, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) afirma que: “la adopción en Colombia es considerada (…) una medida de protección mediante la cual se proporciona a los niños, niñas y adolescentes no solo un padre o una madre, sino una familia que suministre aquello que se considera apropiado para su bienestar y desarrollo pleno e integral”, como se lee en la nota de every.
Entonces, en la teoría y en la ley (porque hay más de una ley que ampara el derecho de la comunidad LGBTIQ+ a adoptar) estamos libres de discriminación y en un terreno de igualdad después de muchos años de lucha para poder tener una familia.
Formar una Familia Homoparental en Colombia
Sin embargo, fuera de este cuadro teórico, ¿qué significa conformar una familia homoparental en Colombia?
Según un artículo del periódico El Tiempo, desde que la Corte Constitucional falló a favor de la adopción igualitaria y hasta marzo del 2022, han sido adoptados 70 niñes y adolescentes por familias homoparentales.
Ante esto, el director distrital de Diversidad de la Alcaldía de Bogotá, David Alonzo, afirmó que: “Las parejas heterosexuales han tenido históricamente algo que no han tenido las parejas homoparentales. Es un logro desde que al menos un niño pueda estar en un lugar en el que lo amen”.
Sin embargo, todavía existen muchas barreras al momento de acceder a la adopción igualitaria sobre todo en una sociedad tan tradicional como la colombiana. El temor podría ir de primero en la lista. Con respecto a esto, en el artículo del periódico El Tiempo, Alonzo comenta que: “El miedo al prejuicio, los mitos sobre el proceso y la falta de información genera un efecto importante”.
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Las barreras no solo son al momento de tomar la decisión y llevar a cabo el proceso legal de conformar una familia homoparental. Siguen existiendo muchos retos en lo cotidiano y es que es en ese campo donde, como dice Marcela Sánchez, la directora de la organización no gubernamental Colombia Diversa, la discriminación se ha normalizado.
Un ejemplo claro de esto fue el caso de Miguel Barriga y John Ramírez quienes hicieron el proceso de matricular a su hija de seis años en el colegio Americano de Bogotá. En los últimos trámites, el colegio negó la matrícula de su hija, a pesar de que cumplían todos los requisitos pedidos por la institución, solo por el hecho de tener dos papás gays.
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Ante esta situación, el rector del colegio, Francisco Javier Cardona, aseguró que se les había pedido un tiempo a los padres porque “consideraba necesario complementar nuestros saberes por ser el primer caso que se presentaba”.
Otros ejemplos de las barreras cotidianas al momento de adoptar los presenta Mauricio Arevalo, escritor y profesor colombiano. “Acá se piensa que un niño es ‘normal’ cuando tiene una mamá y un papá, y hasta se normaliza que la familia latinoamericana sea huérfana de padre, pero nunca de madre. El binarismo y el prejuicio porque un niño tenga sí o sí mamá no permite que la gente entienda los varios tipos de familia”, afirma.
De hecho, cuenta que cuando va a pedir una cita médica para su hijo siempre le piden el nombre y el número de la mamá a pesar de que él específica que es el papá y es él quien está a cargo del niño.
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Saliéndonos de la teoría y el papel, conformar una familia homoparental en Colombia significa atravesar muchos retos y barreras más allá de la ley, como bien explica Marcela Sánchez: “Los cambios legales, como pasó con el matrimonio igualitario y la adopción homoparental, no han significado necesariamente cambios en los imaginarios de la gente, y esto es un trabajo que debemos hacer como sociedad”.
