Valeria Gallo es una ilustradora mexicana. Estudió la licenciatura en diseño en el Instituto de Bellas Artes. Al terminar su carrera, trabajó durante tres años en el Canal 11 haciendo animación para los programas infantiles. Tiempo después, se pasó a una casa productora y ejerció como directora creativa y animadora.
Fue en ese periodo donde la ilustradora recordó que su sueño siempre había sido hacer libros infantiles. Se lanzó al agua, con su carpeta de animadora en la mano, y empezó a tocar puertas de editoriales. Su primer trabajo como ilustradora de libros fue en Tres hermanas ingeniosas publicado por la editorial Alfaguara en el año 2002. Desde entonces, Valeria se dedica a la ilustración y a ser freelance.
En el 2021, publicó En sus zapatos, un libro álbum bellísimo sobre los estereotipos y prejuicios en una sociedad y la inocencia de la juventud. “Juntos viven un niño y su papá. Pero ¿qué pasa cuando lo que los hace felices no encaja con los demás?”.
Valeria Gallo habló con nosotres sobre el proceso detrás de esta historia, su trasfondo y el poder de la ilustración. Les invito a que después de leer esta entrevista salgan corriendo a la librería más cercana para tener en sus bibliotecas este tesoro.
¿Cómo fue todo el proceso de creación detrás de “En sus zapatos»?
Estaba trabajando en una novela gráfica sobre feminismo, que va a salir a principios del año que viene, y fue bonito porque de este trabajo se desprendió el proyecto de “En sus zapatos”. Yo tengo muchos sketchbooks donde dibujo ideas. Estaba usando un rotulador rosado fluorescente y dibujé al personaje del papá y al niñito a su lado y automáticamente abajo escribí la frase “En sus zapatos”.
Cuando vi ese dibujo pensé que ahí podía haber una historia. Entonces, desarrollé una sinopsis y seguí dibujando escenas que pensaba que podían servir. A partir de esos dibujos saqué el storyboard y con base en este ya me quedó claro cuántas páginas, cómo iba la historia y me puse a hacerlo en lápices de colores.
La verdad es que, cuando ya lo tenía terminado, lo metí a un concurso de libro álbum silente y no gané nada. Entonces pensé que era un buen libro y me atreví a llevárselo Maia Fernández, la editora de infantil en Océano Travesía, a quien quiero y admiro mucho, y le gustó muchísimo. Una de las cosas que le gustaron fue el color y me dijo que usaramos una tinta fluorescente. Para eso tocaba repetir todo el libro y hacer la separación por colores.
Cuando llegó un video de “En sus zapatos”, porque lo imprimieron en España, el color me asustó muchísimo porque no son los que yo acostumbro usar. Nunca había trabajado en separación de color y fue una sorpresa tremenda pero luego ya me acostumbré. ¡Así fue la historia de cómo nació!
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Este es un libro para niños y eso me parece muy poderoso porque son muy pocos los libros infantiles que abordan a la comunidad LGBTIQ+, la diversidad de género, la expresión de género…La diversidad, en general.
Yo creo que sí hay pocos libros que tratan estos temas pero ya hay más dirigidos a niños y eso es bien bonito. Ahora, te voy a decir una cosa. Una de las virtudes, bondades y maravillas del libro álbum es que es para todo público. En el libro álbum las ilustraciones hablan por sí solas, cuentan una historia, a la par o independientemente del texto. Entonces, estos libros son una herramienta maravillosa para tratar un montón de temas.
Acá en México tenemos un dicho: “Te lo digo Chana para que lo entiendas Juana” que, precisamente, quiere decir que lo dirigimos a los niños pero al final sabemos que los chavitos no son prejuiciosos, en realidad el prejuicio es el que aprenden los adultos y de eso se trata el libro también.
Un niño lee este libro y es tan lindo y sencillo, no está la carga violenta, es una historia inocente. Sin embargo, les adultes que ya tenemos un contexto más grande de lo que hay detrás de estos hechos nos deja reflexionando un montón… A un niño la historia le da la naturalidad de que ese tipo de cosas pasan, a une adulte los deja pensando el trasfondo gigante de los hechos…
¡Claro! Y eso es lo bonito, que pareciera que va dirigido a les niñes pero en realidad en la dedicatoria yo pongo que es para toda la gente que quiere ser feliz, nada más. Me refiero un poco a vivir y dejar vivir.
Hablemos del poder de la ilustración, ese de pronto que tienen los dibujos y no las palabras…
¡Híjole! En primer lugar, es universal. La imagen es el idioma universal por excelencia. Además, tiene un poder de expresión y de identificación muy fuerte a partir de los colores, de los trazos, de la evocación… Esto es algo que también hacen los textos pero la imágen es más inmediata, sobre todo ahora que estamos con tanta información visual. Es muy poderoso.
Yo no creo forzosamente en el dicho de que una imagen dice más que mil palabras. Las palabras son también poderosísimas pero ante una imagen o ilustración es muy inmediata la acción que podemos tener.
A mí por ejemplo me han preguntado por qué decidí no meter texto en “En sus zapatos” y fue chistoso porque conforme fui desarrollando el storyboard no me hicieron falta las palabras. Sentí que era más elocuente si usaba las miradas de los personajes, las reacciones, dejar en silencio las miradas. Al final fue más fuerte y poderoso…
¿Cómo invitaría Valeria Gallo a las personas para que lean “En sus zapatos”?
A mi lo que me interesa no es aleccionar, sino que nos volvamos más empáticos con la otra persona, con la otredad, entender qué está pasando… De hecho, hubo un momento en el que Maia me dijo que sí iba a entrar el libro pero que necesitábamos más páginas. Tuve una idea, que a la mera hora no hicimos, pero yo quería hablar un poco de la historia detrás de esos personajes que son muy prejuiciosos como la señora que ve feo al papá. Yo quería contar un poco qué pasa con esas personas, que también tienen una historia detrás. Todos somos nuestras historias y todas nuestras acciones tienen detrás un por qué.
No pienso que tienen que leer este libro para ser mejores personas o para cambiar, no. Simplemente para entender que somos un mundo de gente y que cada gente pensamos, actuamos, vestimos y gustamos de diferente forma y todas son válidas siempre y cuando, obviamente, no lastimen a los demás.