La reciente obra de teatro ‘Man up’ es un análisis sobre la realidad bigénero y los conceptos sociales dentro de un contexto irreverente, cómico y sobre todo reflexivo.
¿Son los escenarios los nuevos centros de debate para los jóvenes?
Las artes escénicas siempre han sido refugio de todas las polvaredas políticas que a lo largo del tiempo han sacudido las realidades sociales. Escenarios que representaban los debates de la calle e invitaban a profundas reflexiones sobre cada contexto contemporáneo.
Ya sucedió durante toda la época franquista cuando los teatros se convirtieron en signo de resistencia; recordemos a Antonio Buero Vallejo, dramaturgo encarcelado por ‘rebelión’ y cuyos textos de crítica social eran populares en los escenarios españoles (textos siempre adaptados a la dictadura). Pero, desde hace ya algún tiempo, la música, la danza y el teatro gozan de una muy buena salud referida a altos niveles de libertad.
Los tiempos cambian y las críticas sociales también. El avance en derechos y la búsqueda de una libertad plena a todos los niveles de la sociedad, con la bandera de la diversidad como baluarte, han hecho que en los últimos tiempos hayan surgido grandes piezas artísticas que reflejan el avance de la sociedad.
Hace 5 años la revolución fue gracias al musical de teatro ‘La llamada’, producida por los conocidos como ‘los Javis’ (Javier Calvo y Javier Ambrossi), donde unas jóvenes de campamento cristiano deciden apartarse de la vida religiosa porque han descubierto sus verdaderas identidades. A día de hoy, ‘Man up’ es la destinada a convertirse en todo un referente teatral de innovación y exploración social.
Si en ‘La llamada’ la novedad era la conjugación entre Iglesia, jóvenes, fiesta y homosexualidad, ‘Man up’ recorre caminos aún más atrevidos, como son la descomposición del término de masculinidad, la visibilidad de todos los tipos de identidades y orientaciones sexuales y el feminismo como revolución.
¿Qué esperar de ‘Man up’?
La gran apuesta de la compañía Teatro en Vilo viene acompañada de una puesta en escena algo transgresora y una performance digna de admirar. Al proyecto se han sumado caras ya conocidas por los habituales en los teatros madrileños, Alberto Jo Lee (conocido por algunas series de televisión como El Barco o Anclados), Noemí Rodríguez (una de sus últimas actuaciones fue en la obra de teatro Mi Gran Noche, en Sevilla) y Andrea Jiménez (actriz y directora de otras grandes obras como Generación Why y Miss Mara).
No obstante, la gran baza de ‘Man up’ es un elenco de jóvenes talentos conocedores de los problemas de la sociedad y sensibilizados en la lucha por los avances sociales. Bajo la dirección de las propias actrices Andrea y Noemí, el texto está cargado de ironías y reflexiones acerca de los roles de género y, sobre todo, con un tono irreverente hacia la masculinidad hegemónica. En medio del escenario, seis actores masculinos, irán desfilando cuál pasacalle de carnaval intentando construir, inventar o desmoronar los referentes y roles masculinos.
Desde el humor y la comedia ‘Man up’ es un recorrido por los estereotipos género y una utopía que mira al fin del heteropatriarcado. Con tintes transgresores, pero siempre bajo una perspectiva social tradicional, pues sus personajes así lo son, atrae a un público joven y adolescente que comulga mucho más con la evolución de los derechos sociales y apuesta por una libertad plena llena de diversidad.
Aunque la obra lleva varios años sobre los escenarios, fue el año pasado cuando comenzó a cobrar más notoriedad, a raíz de sus dos nominaciones a los Premios Max de las Artes Escénicas, en las categorías de Mejor Espectáculo y Mejor Autoría Teatral.
Hace apenas un mes ‘Man up’ pudo disfrutar del público sevillano y se esperan nuevas ciudades para la representación, incluida Madrid y quizá otra vez en los Teatros María Guerrero y Valle-Inclán, donde ya Teatro en Vilo tiene su propia huella.
Huella, que además están dejando todas y cada una de las obras escénicas que ponen en duda las construcciones sociales en las que vivimos. Hemos hablado de ‘Man up’, pero podemos nombrar otras muchas como ‘No solo duelen los golpes’, de Pamela Palenciano, ‘Viva’ y su escenografía flamenca en cuerpos de hombre, o ‘Jauría’, una de las más aclamadas y basada en los hechos reales de ‘La Manada de los San Fermines’.
La proliferación de este tipo de obras de teatro que ponen de manifiesto los problemas sociales de las minorías no es un capricho, es una necesidad muy grande para la concienciación y educación social.