La pandemia del COVID-19 fue un momento crítico en el mundo, no solo por las cifras de mortalidad que generó el virus; sino porque las cuarentenas que todos los países del mundo tuvieron repercusiones directas en la salud mental de todas las personas del mundo, pues la soledad también aumentó.
Aunque es cierto que las cuarentenas se acabaron hace mucho tiempo y la pandemia cada vez queda más en el pasado, es necesario tenerla en cuenta como un referente de nuestra época por todo lo que propició. Debido a la pandemia, por ejemplo, en Chile se empezaron a hacer estudios para evaluar la salud emocional de sus ciudadanos.
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Así fue como la Universidad Católica y la Asociación Chilena de Seguridad empezaron a realizar un informe llamado “Termómetro de la Salud Mental en Chile” que se ha dedicado a estudiar la salud de personas en este país en un rango de edad entre los 21 y los 68 años para ver como ha avanzado desde 2020 hasta este año.
Salud mental en la pandemia del COVID-19
Este estudio permitió ver, entre otras cosas, los problemas en materia de salud mental de los chilenos en el marco de la pandemia y posteriormente. Aunque, como explicó una profesional al medio Radio Imagina, lo que se vivió durante la cuarentena fue una intensificación de los problemas de salud emocional, más que un punto de origen pues los ciudadanos ya lidiaban con este tipo de condiciones, pero la pandemia lo complicó.
La influencia de la pandemia, como se puede ver en el Termómetro de la Salud Mental en Chile fue enorme: los problemas de socialización e inconformidad frente a la vida se incrementaron de manera exponencial en las personas del país.
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Esto mismo hace que los expertos consideren que los problemas de salud emocional sean una pandemia que se desarrolló simultáneamente a la del COVID-19, pero a la que no se le ha dado suficiente relevancia en temas de salud pública y, por ende, las medidas que se han tomado para hacerle frente no han sido suficientes.
Soledad en Chile
A pesar de la presencia de las redes sociales y las diferentes herramientas que tiene como fin la comunicación, que las interacciones con seres queridos, compañeros de trabajo y gente del común se hayan visto reducidas a los equipos tecnológicos no es un detalle menor pues esto mismo propició que la sensación de soledad aumente.
El termómetro demostró que: “1 de cada 5 chilenos de 21 a 68 años se siente aislado, excluido por los demás o falto de compañía. A su vez, reflejó que, respecto del año, dicha sensación aumentó sustancialmente en las mujeres de un 22.9 % a un 26%, en tanto los hombres mantuvieron un 15,4%”.
Relación entre la soledad y salud mental
El papel que juega la sensación de soledad en esto es digno de considerar, porque este sentimiento—que no es lo mismo que estar solo— fue uno de los potenciadores del daño emocional que vivió el pueblo entre 2020 y 2022 pues puede desatar problemas de depresión, ansiedad, entre otros.
Al respecto, es importante resaltar que las mujeres, las personas de la tercera edad y la comunidad LGBTIQ+ están más expuestas a la sensación de soledad. Por lo que este fenómeno puede tener un mayor impacto en estas poblaciones y, por ende, también sus consecuencias.
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El termómetro empezó su muestreo en julio de 2020 —justo cuando la pandemia estaba empezando— y se ha hecho continuamente hasta mayo de 2022, esto permitió ver que dicha sensación ha aumentado y, así mismo, los síntomas de depresión y ansiedad.
Esto provocó que el consumo de antidepresivos aumentara y, en algunos casos, de forma irregular, pues muchas personas se automedican sin recurrir a terapia y, por ende, sin recibir un tratamiento adecuado.
Como resultado se ha instado al gobierno y a las autoridades competentes a articular acciones que hagan frente a la situación y entenderlo como un problema de salud pública, para que así se le de la importancia que merece.