Durante las fechas especiales es común encontrarse con diversidad de anuncios llenos de familias felices que conviven en armonía. Sin embargo, esta imagen —que no siempre corresponde con la realidad— afecta profundamente a las personas LGBT que tienen miedo de ‘afectar’ su relación familiar debido a su orientación sexual o identidad de género.
Precisamente, esto hace que las personas disidentes que aún no hacen pública su orientación sexual o identidad de género piensen cómo salir del armario ante la familia y el círculo cercano. Aunque recientemente este tema ha sido centro del debate sobre si es obligación de una persona contarlo a la sociedad o no, lo cierto es que para muchas de ellas es muy importante hacerlo.
Por esta razón, en every te contamos algunos tips sobre ¿cómo salir del armario con tu familia? y, también, cómo presentar a tu pareja en estas épocas especiales.
Salir del armario con tu familia
Antes de hablar de cómo presentar tu pareja LGBT a tu familia, es necesario hacer el ejercicio previo de cómo salir del armario con tu familia. Una pregunta que, por desgracia, seguimos escuchando para tratar de resolverla.
Por lo general, las personas encontramos dificultades para hablar abiertamente sobre cuestiones íntimas con la familia. Mucho más si se pertenece al colectivo LGBT. Los miedos nos asaltan de manera constante.
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Lo cierto es que no existe una única forma de decirle a tu familia que eres LGBT. No hay una fórmula mágica. Del mismo modo que no hay dos familias iguales, el método varía de una familia a otra.
Sin embargo, lo que sí hay son reacciones similares. Desde padres que se sienten decepcionados, tristes o enfadados cuando se enfrentan a este hecho; hasta casos más graves, con agresividad e incluso violencia implicada. Por suerte, también hay muchos casos de entendimiento e integridad de la diversidad.
Todo lleva su tiempo
Si eres una persona LGBT, es posible que hayas tardado muchos años en salir del armario con tu familia. Y mucho más decirlo abiertamente en un mundo que muchas veces parece condenar la diversidad. Por su parte, puede que tus padres apenas hayan invertido tiempo en algo que les es ajeno. Entonces, la dificultad para aceptar una faceta de ti que nunca conocieron es comprensible. Especialmente en una sociedad donde damos por hecho que las personas son cishetero.
Hay muchas reacciones que se repiten en el caso de los padres a los que les resulta un asunto ajeno todo lo relativo a la diversidad: ¿Cómo puedes tener la seguridad? “Seguro que es una fase”. “Yo a tu edad también me confundía”, “Necesitas más experiencia”. Etc.
La diversofobia hunde sus raíces principalmente en el desconocimiento, por lo que el conocimiento y el incentivo de la reflexión crítica van a ser tus mayores aliados. Además, con frecuencia la reacción de los padres es la de sobreproteger a sus descendientes, dado el panorama de discriminación LGBT existente.
Por otro lado, las familias por lo general tienen que lidiar con el miedo al qué dirán, en el marco de una sociedad que nos premia y nos presiona para seguir la normatividad en lo relacional.
Pasos previos
Antes de hablar con tus padres, es importante que tengas confianza en ti. Pero no solo eso. También debes tener la seguridad de que cuentas con un espacio seguro y de que cuentas con recursos —no solamente económicos— en caso de que la respuesta sea totalmente negativa e inesperada. Por ejemplo, apoyo psicológico, red de contactos, un lugar al que ir para tomar distancia si es necesario, etc
Si no sientes la suficiente comodidad como para contarlo, pero lo necesitas compartir, busca espacios seguros. Puede que lo encuentres en tus amistades cercanas, o puede que necesites otros espacios. Por suerte, las redes sociales nos permiten estar en contacto permanente con mucha gente.
Pistas y tanteo de terreno
Si quieres encontrar pistas que te indiquen el perfil de tus padres, puedes por ejemplo ver su reacción ante recursos audiovisuales: una telenovela, una obra de teatro o un documental que presenta abiertamente la diversidad LGBT. También puedes ver cómo es su respuesta a las noticias que se ven en prensa o en televisión.
Observa su reacción cuando mencionas que alguien de tu entorno es del colectivo. Ten en cuenta que, en el caso de los padres, la socialización de género hacia los hombres, sobre todo si estamos hablando de generaciones anteriores, puede derivar en perfiles cerrados que apenas hablan de cuestiones afectivas. Es posible que tengan pensamientos discriminatorios y su silencio sea una forma de protegerse de la crítica de la sociedad progresista.
También puedes observar su reacción cuando les corriges actitudes LGBT fóbicas, como cuando dicen la palabra “maricón”, o su forma de hablar del tema cuando están junto otros amigos.
Siempre que aparezca una referencia a lo LGBT y estés cerca, puedes hacer referencia a eso, visibilizándote como una persona tolerante y denunciando los comentarios discriminatorios.
Si realmente quieres compartirlo, es importante encontrar el momento adecuado. Sin embargo, recuerda que no tienes la obligación de hacerlo. No le debemos confianza ni secretos a los padres, sobre todo si hablamos de vínculos donde no hay confianza ni se comparten los mismos valores.
Gestión emocional
Una buena idea antes de hablar con tus padres de tu orientación sexual o de tu pareja es hacerles ver que tu felicidad no está en encajar en un modelo normativo. Puedes plantearlo desde el asertividad:
¿Queréis que sea feliz? ¿Entonces por qué esperáis que tenga novio/a si no soy heterosexual? Me haría muy infeliz forzarme a tener una pareja que no quiero porque eso es lo que esperáis de mí. Yo no elegí ser homosexual, y ha sido difícil para mi dar este paso por miedo a que me rechacéis o me lastiméis. Es posible que haya sido una sorpresa para vosotros, pero, en cualquier caso, esto es lo que soy, y para mí es importante que lo aceptéis. Nadie elige su orientación sexual, y espero que con el tiempo lo entendáis y me aceptéis tal y como soy. Y a mi pareja también.
También puedes tratar de tantear el tema con hipótesis:
Si yo fuera lesbiana, me gustaría que me aceptaseis. Los padres que no aceptan la orientación sexual de sus hijos les generan malestar…
Es importante compartir siempre como te sientes con estas cuestiones, e incluso comentar que has llegado a sentir terror por que se enteren por miedo a su reacción.
Únicamente las familias con comportamientos más violentos y agresivos, sobre todo en torno a la figura de los padres y con señales de violencia de género, suelen ser los escenarios más peligrosos.
Recuerda siempre que cuentas con el respaldo de las instituciones, organizaciones y colectivos, y que la seguridad va a aparecer sobre todo cuando no vives bajo el mismo techo.
Por último, si te encuentras en esta situación, puedes buscar testimonios de otras personas que han pasado por lo mismo. El hecho de que haya tantas historias con final feliz, puede ayudarte a disipar tus miedos, muchas veces irracionales, de que vayas a recibir una respuesta violenta o muy negativa.
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Creencias estrictas y tabúes sexuales
En caso de que tus padres tengan unas creencias muy estrictas ligadas a la religión, por ejemplo, la salida del armario puede ser particularmente complicada. Sin embargo, puedes buscar el apoyo previo de alguna organización religiosa que apoye a la comunidad LGBT, ya que esta autoridad va a ser clave a la hora de repensar la sexualidad en este marco.
Este sacerdote dice que no es malo, y que lo malo es precisamente rechazar a la familia por su naturaleza, sobre todo cuando es algo que no se elige…
Todo esto se complica cuando en el imaginario familiar aparece el vínculo sexual. Ten en cuenta que ya es tabú pensar que los hijos e hijas se relacionan sexualmente con el sexo opuesto. Se trata de uno de los mayores daños y heridas que arrastra la civilización.
Sin embargo, es momento de que los padres entiendan que los hijos tienen sexualidad, así que puedes plantearlo desde el absurdo de no hablar de algo que atraviesa a todas las personas. Puedes intentar hablar de sexo con comodidad para naturalizar cuestiones y hacer ver que son ellos los que tienen que actualizarse con la vida.
Asimismo, pueden aparecer reacciones de miedo al VIH, precisamente porque en las generaciones anteriores, este pánico y estigma estaba muy arraigado. Puedes aprovechar la situación para hacer pedagogía sobre el tema, pues seguramente también tengan que actualizarse en cuestiones de ITS.
Trata de relajar lo que puedas el tabú de la sexualidad. No necesariamente en el marco de la pareja. Por ejemplo, hablar de la copa menstrual o de los juguetes sexuales de moda (como ocurrió con el satisfyer).
Todas estas situaciones pueden ser demoledoras en el caso de las personas trans y no binarias, más en una época con una fuerte transfobia.
¿Cómo presentar a tu pareja?
Si has pasado por todo lo anterior, tienes más posibilidades de que el presentar a tu pareja salga bien. Incluso, esa persona puede lograr participar de dinámicas familiares, como en el caso de navidad, y ser leída como parte de la familia.
Es importante presentar a la pareja cuando tu familia ya se haya tomado su tiempo para aceptar que eres queer, pues de lo contrario puede ser muy impactante para ellos —a menos de que tu consideres que ambas decisiones pueden ser abordadas correctamente—.
Tener en cuenta esto es importante porque, aunque mueras de ganas de que tu familia sepa que tienes pareja, una reacción negativa puede ser contraproducente tanto para ti como para tu pareja.
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Y, aunque tus padres hayan invertido tiempo en ir aceptando tu sexualidad, es posible que algunas situaciones aún les resulten incómodas (por ejemplo, darse besos en la boca). La exposición progresiva siempre te será de ayuda, así como el acercamiento de la cultura queer gradualmente.
Tu pareja, asimismo, puede estar sufriendo momentos de malestar y ansiedad por la complejidad de la situación. Trata de generar siempre un clima emocional de seguridad. Las presentaciones sorpresa no suelen ser una buena idea, ya que no sabes cómo reaccionará la otra persona.
Lo ideal es que siempre sea un ambiente informal. Recuerda que, si la casa de tus padres no te da seguridad, puedes elegir un lugar público.
Por último, es importante que aprendas a poner límites. Si aparecen conversaciones incómodas en torno a la pareja, recuerda que no estás en la obligación de responder nada que no quieras. Al contrario, es importante que expreses cómo te sientes porque no todo vale.
Me parece una pregunta incómoda/impertinente.
No tengo por qué responder eso, preferiría que cambiáramos de tema.
Yo jamás te haría esa pregunta, no me siento a gusto respondiendo.
A veces, por cuestión de seguridad y salud mental, es necesario cortar el vínculo con los padres. Esto no siempre es fácil, pero la distancia suele ser lo más saludable. Haz siempre saber a tus padres que dispones de redes y recursos de apoyo, y que son ellos quienes deben actualizarse.