Desde hace un tiempo poco a poco las personas han sido conscientes de que el disfrute sexual puede salir de lo que tradicionalmente se considera placentero. Precisamente las prácticas sexuales taoístas son una muestra de ello y para entenderlas es necesario retroceder aproximadamente 4.000 años y entender primero qué es el taoísmo.
Después de ello es posible comprender la definición de deseo sexual para esta comunidad y la importancia que históricamente ha tenido. Por esta razón, desde every te traemos un recorrido sobre lo que debes saber de esta práctica.
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¿Qué es el taoísmo?
El taoísmo es una corriente filosófica y religiosa, con influencias budistas y confucianas, que comenzó a consolidarse alrededor del 380 a.C en China. La palabra central, Tao, hace referencia al camino, la trayectoria y el significado de la vida.
El desarrollo del taoísmo sucedió en la época de las Cien Escuelas del Pensamiento, debido a dos libros: Dao De Jing o Libro del Tao, escrito por su mayor pensador Lao Tse o Laozi; y el Zhuangzi escrito por el filósofo Chuang Tzu.
Simbología del taoísmo
Las creencias del taoísmo están relacionadas con diferentes símbolos. De hecho, uno de los más figurativos es el famoso Yin y Yang: un círculo dividido en dos partes iguales en donde se encuentra la fuerza pasiva (Yin), la fuerza activa (Yang) y el Tao, una tercera fuerza que incluye las anteriores. Asimismo, y como toda religión, tiene sus lugares sagrados como el monte Huashan.
La corriente filosófica taoísta
Cuando entendemos el taoísmo como corriente filosófica es importante tener claras sus características y creencias en las que está basado. A diferencia de otras filosofías, esta carece de un dogma (una doctrina o un sistema) al cual deben seguir. Es por esto que rechaza creencias o conceptos basados en sometimientos dogmáticos como la lealtad filial, la sumisión religiosa o, incluso, los nacionalismos.
Resalta valores como la bondad, la honestidad, la equidad, la compasión y la piedad, entre otros. En general, les taoístas deben buscar la no-acción, que impulsa a eliminar metas y deseos, para entender que no todo puede ser controlado y es fundamental adaptarse a las circunstancias.
Asimismo, exalta la quietud porque la ve como una manera de lograr la armonía con la naturaleza y así cumplir el objetivo del encuentro con el ‘yo verdadero’ (al que se refieren como Tao). Esto está enlazado con su concepto de wu wei, que significa fluir.
Si hablamos de la religión en sí, la taoísta comparte las mismas creencias y prácticas que su filosofía, agregando que creen en la inmortalidad y la posibilidad de convertirse en “ángeles” si se sigue el camino del Tao.
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Las prácticas sexuales taoístas
El artículo titulado “La sexualidad: del taoísmo a la medicina china”, escrito por María Paula Córdoba Toro, Mauricio Ángel Macías y Manuel Esteban Mercado Pedroza y publicado en la Revista Internacional de Acupuntura, fue una guía fundamental para responder esta pregunta, incluyendo el contexto y la importancia de este.
En la antigua China percibían el deseo sexual como una necesidad básica e innata de todos los seres humanos. A diferencia de muchas otras culturas, no se creía que para alcanzar la perfección física y espiritual había que reprimir este deseo, sino que debían aprender a usarlo como un “beneficio propio”.
“Los textos médicos antiguos detallaban el beneficio mutuo de la unión sexual ya que representaba la analogía del Yin y del Yang en el cuerpo, llegando a considerar al celibato peligroso para la salud”, especifican Córdoba Toro, Macías y Mercado.
Desde el 168 a.C, cuando se encontraron los primeros manuscritos al respecto, existieron debates, manuales y libros, entre otros materiales, que le hablaban a las personas de la importancia del sexo y de cómo practicarlo.
Para los taoístas, la posibilidad de una buena salud salud radicaba en que, en los actos sexuales, el hombre no eyaculara y la mujer no dejara que se le saliera la sangre, debido a que se consideraban esas dos sustancias fundamentales para la longevidad (refiriéndose a las personas que logran vivir más tiempo de lo que normalmente se estima que van a vivir).
Existen tres tesoros de vida para las personas taoístas. Por un lado, está el Espíritu o el Shen, que se refiere al conjunto de funciones psíquicas y espirituales. Por el otro, la Esencia o el Jing que es la energía generativa que permite el desarrollo de los organismos de las personas. Por último, el Qi que es la energía general que hace posible la vida y conforma todos los elementos del universo. En el cuerpo, el Qi es la energía responsable de todas las actividades vitales.
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El Ching Qi o energía sexual
El taoísmo denomina la energía sexual como el Ching Qi, que se encuentra en el esperma de los hombres y en los ovarios de las mujeres.
En “La sexualidad: desde el taoísmo a la medicina china” se explica que esta energía: “tiene la capacidad de recrear todo el organismo humano y de transmitir la información genética del linaje; emocionalmente armoniza el amor entre hombre y mujer y espiritualmente proporciona una unión tangible entre el ser humano y el Tao”.
El Ching Qi es la energía más potente de todas, de hecho, puede convertirse en otras energías superiores o faltantes del cuerpo y las personas pueden aprender a controlarla. Es necesaria para el crecimiento emocional y espiritual del cuerpo y por eso siempre se enseñó a usarla de manera adecuada.
En el artículo mencionado anteriormente se afirma que: “la conservación y transformación del Ching Qi es solo una de las muchas estrategias diseñadas para asegurar el equilibrio interno del sistema energético que permite la mezcla entre salud y placer, nociones que siempre estuvieron incorporadas en la cultura china”.