El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó el pasado lunes una ley que prohíbe las cirugías y tratamientos para el cambio de sexo, una decisión que ha generado numerosas críticas por parte de la comunidad trans y defensores de los derechos LGBT en el país.
Esta ley que prohíbe el cambio de sexo tanto en el quirófano como en los documentos de identidad fue aprobada por unanimidad a principios de julio por la Cámara Baja de la Duma, cuyo presidente, Vyacheslav Volodin, la consideró como una forma de proteger a niños y adultos de lo que él denominó «un camino hacia la degeneración».
Durante el debate previo a la votación, Volodin afirmó que Rusia se opone a las tendencias que Estados Unidos y Europa adoptan con el fin de preservar los valores tradicionales y las familias. “Necesitamos entender que no habrá un futuro si no adoptamos la ley, si no prohibimos el cambio de género”, expresó durante el debate.
La ley prohíbe cualquier intervención médica, tanto quirúrgica como a través del uso de medicamentos para el cambio de sexo de personas transexuales. Solo permitirá aquellas intervenciones médicas que estén relacionadas con anomalías congénitas y enfermedades asociadas con la alteración de órganos genitales en infantes, luego de ser aprobada por una comisión médica.
Ante esta situación, los grupos defensores de los derechos LGBT advierten que esta legislación tendrá graves consecuencias para la salud de las personas, ya que se les negará el acceso a la atención médica. Yan Dvorkin, director del Centro T, una organización de apoyo a personas transgénero en Rusia, denuncia que esta ley priva a las personas de su cuidado médico y de sus derechos humanos fundamentales dejándolas en un estado ilegal
“Esta es una ley absolutamente fascista, que priva a las personas del cuidado médico y de cualquier derecho humano básico” agregó.
Los aspectos clave de la nueva ley firmada por Putin son:
- Se prohíbe cualquier intervención médica, quirúrgica o farmacológica para el cambio de sexo.
- No se podrá cambiar el género en los documentos estatales.
- No se permitirá la adopción de niños por parte de personas que hayan cambiado de sexo.
- Se anularán los matrimonios si uno de los cónyuges se somete a una reasignación de sexo.
- Aquellos que hayan cambiado de sexo no podrán ser tutores ni fideicomisarios de menores.
- La ley sólo exceptúa a las intervenciones médicas relacionadas con el tratamiento de anomalías congénitas y enfermedades genéticas y endocrinas bajo la aprobación de una comisión de expertos.
Esta ley se suma a otras medidas que han supuesto un retroceso en los derechos civiles en Rusia, como las leyes contra la llamada «propaganda gay» que prohíben la expresión pública o manifestación de la cultura LGBT en espacios públicos, con multas para individuos y organizaciones que la incumplan.
Una ley que intensifica la represión hacia personas lgbt en Rusia.
El presidente de Rusia ha expresado en repetidas ocasiones su oposición a la comunidad lgbt y ha criticado los derechos de las personas transexuales, pues asegura que estos van en contra de los valores tradicionales rusos.
Ante la aprobación de esta ley y una posible mayor represión, algunas personas trans de este país están considerando el exilio como su única opción, pues estarían expuestos a la persecución por parte de las autoridades
Yulia Alyoshina, la única política abiertamente trans de Rusia y también candidata a gobernadora por la región siberiana de Altái, calificó esta ley como discriminadora y acusó al gobierno ruso de “tratar de reprimir a este pequeño grupo que ya es estigmatizado”
Alyoshina comentó a la agencia de noticias EFE: “Como primera política transexual de Rusia puedo decir que esta ley no solo es discriminadora, sino que prohíbe la propia existencia de la gente trans en Rusia. Es un genocidio contra los transexuales”
La ley ha sido calificada como «fascista» por defensores de los derechos LGBT y ha causado incertidumbre en muchos jóvenes trans que ante esta legislación, no saben cómo podrían continuar viviendo en Rusia.
Esto marca un preocupante retroceso en la lucha por la igualdad y los derechos de la comunidad LGBT rusa, y sus efectos tendrán un impacto profundo en la vida y la seguridad de las personas transgénero de este país. La situación sigue generando un amplio debate a nivel nacional e internacional, poniendo en el centro de atención la importancia de proteger y respetar los derechos humanos de todas las personas, sin importar su identidad de género u orientación sexual.