Con gran regularidad, las personas LGBTQ+ que se han visto en la obligación de desplazarse desde los países de América Central tienen qué enfrentar un mayor riesgo de vivir violencia y discriminación, así mismo, cientos de ciudadanos han huido de sus países de origen en búsqueda de protección internacional. En Estados Unidos han surgido varias redes de solidaridad que ayudan a las personas LGBTQ+ desplazadas que han migrado a este país.
Es importante expresar que las personas LGBT desplazadas son diferentes que las migrantes; las primeras huyen de la criminalización por diversas amenazas, mientras que las segundas huyen “voluntariamente” por la situación socioeconómica de sus países.
En Norteamérica, sobre todo en los Estados Unidos, los sistemas de protección de las personas migrantes y de las personas LGBTQ+ desplazadas están mejorando cada vez más. Esto incluye gran cantidad de organizaciones y redes que brindan una ayuda vital.
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En este caso, muchas de esas organizaciones civiles son dirigidas por personas de las comunidades LGBTQ+ de los mismos países de América Central. Así, lideran diversas operaciones de muchas redes desde Estados Unidos que buscan proveer protección, apoyo y defensa legal para representar a las personas LGBT en los países tuvieron qué abandonar en su momento, para que las personas que allí siguen no tengan qué pasar por lo mismo.
Refugees International junto a IRCA CASABIERTA son algunas de las organizaciones que han estado trabajando en esto, y en enero del 2022 lanzaron un informe donde desarrollaron el funcionamiento de las redes de solidaridad con relación de las personas de la comunidad LGBTQ+.
Redes de Solidaridad de Personas LGBT Desplazadas
Entre los meses de septiembre y diciembre del 2021, la organización Refugees International y el Instituto sobre Migración y Refugio LGBTIQ para Centroamérica (IRCA CASABIERTA), una organización civil que se encuentra ubicada en Costa Rica y que trabaja brindando asilo y refugio a migrantes solicitantes de la comunidad LGBT, sostuvieron 15 reuniones de consulta con varias asociaciones civiles de El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, México, Costa Rica y Panamá.
Las redes de trabajo en pro de las personas LGBT desplazadas tuvieron encuentros para discutir algunos desafíos que enfrentan otras ONGs también lideradas por personas LGBTQ+ en los países centroamericanos, de tal forma que se asegura el bienestar de estas personas.
Teniendo en cuenta que el enfoque de este informe está en analizar cómo las personas LGBT que lideran redes u organizaciones en Estados Unidos pueden ayudar a las comunidades desplazadas de países como México o Centroamérica, se puede llegar a diversas conclusiones.
¿Cómo Estados Unidos puede apoyar a las organizaciones lideradas por personas LGBT?
La situación de muchas de estas organizaciones puede variar ampliamente de acuerdo a muchos factores socioculturales presentes en cada país, de igual manera, en un plano en el que se busca que los países se apoyen entre sí, esto afecta el rol de cada uno en la región, pues depende de si se operan en los países de origen, tránsito, destino y/o alguna combinación de ambos de las personas LGBT desplazadas.
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Si bien el contexto de cada país es único, se pueden concluir algunos puntos en común que de vital importancia resaltar, pues estos mismos pueden servir como una guía para lograr un nuevo diseño o replanteamiento de políticas regionales. Algunos de estos puntos son:
Financiamiento
En las organizaciones que se sentaron en la mesa hubo un comentario común: No hay atención por parte de los Estados, lo que conlleva a una falta de financiamiento monetario que cubran gastos de actividades de asesoría, atención médica y espacios seguros para las personas LGBTQ+.
En los países del norte de Centroamérica, las personas que lideran las organizaciones señalaron que los recursos económicos se obtenían a través de los gobiernos son deficientes, por lo que no se puede confiar en ellos para financiar las labores que hacen las organizaciones.
También se menciona que el apoyo financiero por parte de Estados Unidos se distribuye, no a las organizaciones sino a socios implementadores, quienes reciben la mayor parte de los fondos y filtran solo una pequeña cantidad a las redes de apoyo.
Muchas de estas organizaciones reconocen que no son grandes redes de apoyo como para recibir el dinero suficiente por parte del gobierno. Por lo que manifiestan que sus gastos son superiores al dinero recaudado, lo que significa un decrecimiento para la organización.
Seguridad para quienes lideran
Otro punto importante, y que genera gran preocupación en los equipos de líderes de las organizaciones LGBTQ+ de la región, es la gran exposición y el riesgo de trabajar en pro por de los derechos que esta misma comunidad debe enfrentar. Así como de quienes son miembros de sus organizaciones a la hora de la realización de sus actividades.
Es muy común escuchar historias de las personas que lideran estas organizaciones sobre cómo colegas o amigues han pasado por discriminación y violencia física o verbal debido a su trabajo en las organizaciones.
El equipo de líderes expresó una gran preocupación, pues el ‘temor a que pudieran ser los siguientes’ no les permitía continuar. Incluso, llegan a pensar en parar definitivamente su labor. Este temor es muy notable en líderes de países conservadores como El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Seguridad para personas trans
Otra discusión que se dio en la conversación con las organizaciones de la región con respecto a las personas LGBT desplazadas, fue la vulnerabilidad de las personas trans —haciendo énfasis en las mujeres trans— y la necesidad de proyectos de ley o programas que se adapten a las necesidades específicas de este sector de la comunidad.
Según Reuters, las personas trans tienen qué enfrentarse a mayores niveles de violencia, tanto en sus países de origen como durante su migración. El estudio dedujo que en los países de destino que tienen las tasas de violencia más bajas, las personas trans, contrariamente, reciben los más altos niveles de violencia.
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El informe menciona que, según las organizaciones, “las personas trans son más notorias y, por lo tanto, más vulnerables a ser víctimas de delitos de odio”. Demostrando que son un objetivo particular gracias a los estereotipos que existen en la sociedad y el estigma que existe en torno a la ‘feminidad’.
Salud y secuelas del Covid-19
Los representantes de las organizaciones también hicieron énfasis en que los efectos secundarios de la pandemia por el COVID-19, los cuales implicaban toques de queda, cierres de negocios, etc. Se sumaron a la discriminación que sufrían las personas LGBTQ+ y limitaron aún más su capacidad para encontrar un trabajo digno, así como la ayuda que podían dar las organizaciones de la sociedad civil para brindar servicios sin poner en riesgo la salud las personas.
Los años de pandemia obligaron a gran parte de la comunidad LGBTQ+ a trabajar en entornos más hostiles, muchos en el sector de la informalidad. En cuanto a las personas LGBT desplazadas de países centroamericanos, obtener un trabajo formal en los países a los cuales emigran era un completo desafío, pues los niveles de educación de las personas de Guatemala, Honduras y El Salvador son, por lo general, muy bajos. En este contexto, muchas personas LGBTQ desplazadas han tenido qué acceder al comercio sexual para poder obtener ingresos.
En cuanto a la salud, representantes de las redes de apoyo hablaron sobre lo complejo que es brindar atención médica a las personas LGBTQ desplazadas. Unos de los temas de más preocupación fueron la atención del VIH y la salud reproductiva, pues si bien la atención no se centra en estas, sí son dos derechos de gran preocupación para las organizaciones de la sociedad civil.
En cuanto a las personas desplazadas en tránsito o que ya llegaron a los países de acogida, el acceder a un sistema de salud extranjero es un completo desafío, pues para lograr esto es necesario que la personas LGBT desplazadas estén acompañadas por organizaciones internacionales.
Albergues seguros
En Estado Unidos, la capacidad de alojamiento que reciben migrantes y solicitantes de asilo es bastante limitada. Esto es una problemática que ocurre en muchos países de centro y Norteamérica. Mucho peor es la situación de estos albergues, pues hay muy pocos de ellos atienden las necesidades de las personas LGBTQ+.
A este problema le sumamos que la gran mayoría de los albergues suelen estar a cargo de agrupaciones u organizaciones religiosas —a veces la misma iglesia— o pequeñas organizaciones civiles con pocos recursos. Es así que estos lugares se convierten en espacios poco seguros para las personas disidentes.
Con estos puntos en cuenta, un país potencia en el mundo como Estados Unidos puede prestar un poco más de atención a una parte de la comunidad que requiere un trato especial, pues las personas LGBT desplazadas son discriminadas, no solamente por su orientación sexual o identidad de género, sino también por su condición de migrantes, sin contar la violencia que desde su inicio les hizo emigrar.