Moda: reafirmación de la identidad y método de resistencia

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Desde el inicio de la historia, la moda nos ha aportado protección, comodidad y estilo. Nuestros antepasados usaban pieles para soportar el frío; en el neolítico los ropajes ya eran confeccionados por hilos y estampados. No obstante, el concepto de moda no surgió hasta el renacimiento, en esa época que “profesionales de la costura se esforzaban por crear trajes originales, de vivos colores y formas imaginativas, otorgando gran relevancia a las mangas, los pliegues y las caídas de tela”, indica María Isabel Hiraldo, periodista de Diario Libre en la sección de moda.

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La evolución de la moda no solo representa el paso de la humanidad en el tiempo, también es una herramienta para expresar la personalidad y reafirmar la identidad; por eso, hoy en día las prendas que usamos son relevantes para decir quienes somos sin hablar. Por supuesto, para la comunidad LGBT el vestir es más que tela sobre el cuerpo, es una ventana para la expresión misma de la identidad y también una forma de resistencia.

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La moda ha ido evolucionando de la mano de la humanidad, adaptándose a sus necesidades, recursos, contextos y culturas. La moda no se limita a cubrir el cuerpo, también es un medio de expresión de la personalidad y reafirmación de la identidad. En las últimas décadas, la moda sirvió para comunicar tanto el contexto cultural como las opiniones de quienes la usaban.

La paz, el amor y la comodidad era lo que se buscaba representar con la vestimenta de los años setenta; ya en los años ochenta aparecieron los estampados agresivos, colores vivos y ropa grande, y en los noventa la individualidad de las personas se vio representada en sus vestimentas con estilos más ligeros.

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Para los 2000 la moda se llena de prendas coloridas, brillantes, más sensuales y que no combinan necesariamente. La ropa interior queda a la vista y las tendencias cambian constantemente. En nuestros días, el vestir sigue simbolizando nuestra identidad, con una forma más marcada y con más libertad.

La ropa que usamos es nuestra carta de presentación, un espejo de quienes somos o de cómo queremos que nos perciban. La manera en que armamos conjuntos, combinamos colores y texturas, revelan cómo percibimos el mundo y acompañan nuestro estilo de vida; en últimas, la moda es una extensión del cuerpo.

La personalidad no es lo único que podemos visibilizar con nuestros atuendos, la moda puede ser utilizada para resistir a las normas sociales impuestas que no siempre representan la identidad de los individuos. Colores no asociados al género, hombres con faldas, cabello teñido y bisutería en la cara; mujeres con esmoquin, rapadas o con camisas arremangadas que dejan ver sus múltiples tatuajes son algunos ejemplos de como la moda transgrede los dictámenes sociales.

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La lucha por la visibilidad y la legitimidad de los derechos de la comunidad LGBT han producido frutos, tanto en lo legal, lo social y lo cultural. En efecto, la industria cultural no ignora la demanda de la comunidad LGBT por expresar lo que tiene que decir con su apariencia y han atendido, más por fines económicos que sociales, con una oferta pensada en dicha comunidad.

Hoy se puede encontrar productos pensados para las necesidades de las personas diversas y son incluidas en los contenidos de marketing de las empresas gestadoras de productos textiles y cosméticos, ahora la inclusión hace parte de los objetivos comerciales.

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Algunos diseñadores de moda que han incluido la diversidad en sus creaciones han sido, Christian Dior, Pierre Balmain o Therry Mugler, que han usado su propia sexualidad como inspiración y transgredido la historia de la moda con prendas usadas por el género opuesto. Según Florencia De La Fuente en Breve recorrido por la moda queer (2021), otros artistas de la moda que han contribuido en la construcción de la identidad de miles de personas LGBT son:

Jean Paul Gaultier con sus faldas masculinas y aquel corsé con unos conos puntiagudos que hemos visto en Madona. Ya en el 2000, nombres como Rick Owens o Charles Jeffrey marcaron la fluidez de los géneros con los boob tubes femeninos y las botas altas para hombres.

Sin dudas la moda no solo nos acompaña a lo largo de la historia, puede ser una herramienta para explorar la creatividad, expresar la personalidad, reiterar la identidad y sobre todo resistir.

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