Camila es una mujer colombiana que creció en un hogar tradicional católico y con tan solo 23 años ya es especialista en comunicación empresarial. Ella posee una gran personalidad, siempre está sonriente, es divertida, arriesgada, aventurera y tiene una energía única.
Camila no es su nombre real, pero es el nombre que le dimos para no comprometer su privacidad. Esta es su historia, que también podría ser la tuya.
Durante su infancia algunos pensamientos venían a su cabeza, pensamientos que no reconocía como buenos o malos, eran más bien naturales para ella en esa etapa de su vida.
“Cuando veía alguna niña que me parecía bonita, me daba curiosidad y por eso le hablaba o me le acercaba”
Aunque eso era lo mismo que sentía cuando veía un niño no le dio importancia a eso que sentía. Pero con el tiempo entendería la razón de esta dualidad.
El momento exacto
Cuando Camila entra a la universidad empieza a conocer personas, a salir con más frecuencia y se dio cuenta de que como mujer no solo era atractiva para los hombres, sino también para otras mujeres. Fue en ese preciso momento en el que Camila vuelve a los pensamientos y a esa curiosidad que tenía de niña y decide darse la oportunidad de experimentar también con personas de su mismo sexo.
Primeras experiencias
En una charla con su prima, que es lesbiana, Camila empezó a despejar algunas dudas, a sentirse más segura de dar ese paso con una mujer por primera vez en su vida. Las únicas experiencias amorosas y sexuales que había tenido hasta el momento habían sido con hombres, pero su mente ya estaba abierta a explorar y fue ese un punto de quiebre que la llevó a reconocer su orientación sexual.
“Eso pasó dos años después de que yo tuviera un novio, pero nunca había estado con una mujer y eso era algo que quería explorar, que quería conocer, porque era algo que siempre estaba ahí. Mi primera experiencia con una mujer no fue un encuentro sexual, fueron solo besos”
Soy Bisexual
Después de besar a una mujer Camila decidió usar una aplicación para conocer más personas de su mismo sexo, esto terminó de abrir su mente, de conectar con eso que sentía de niña, con lo que seguía sintiendo de adulta, esa atracción por las mujeres que no podía ignorar.
“Soy bisexual, me gustan los hombres y las mujeres y actualmente estoy en una relación con una mujer”
No he salido del closet por miedo
Para Camila lo más difícil ha sido no decir la verdad sobre su preferencia sexual, solo una de sus hermanas sabe la verdad. A ella le da miedo contárselo a sus otros hermanos porque se lo pueden decir a sus padres, y aunque sabe que es algo que en algún momento tiene que hacer no se siente preparada para dar ese paso.
“Mis papás son católicos, pero yo no comparto esa forma tan cuadrada de ver las cosas. Mi mamá a veces lanza algunos comentarios y son cosas que poco a poco te van creando una concepción de lo que ellos piensan sobre este tema y yo soy muy sensible con ese tipo de cosas y, por otro lado, no me gustaría que sufrieran, me da miedo su reacción o que me vean con otros ojos. Lo más fuerte para mí de salir del closet sería que mis padres pierdan su afecto por mí o su confianza”
Pocos los saben
Sobre su bisexualidad no habla con todo el mundo, solo sus amigos más cercanos, su prima y su hermana lo saben. A Camila le gustaría no llevar este peso, pero reconoce que esta sería una noticia devastadora para sus padres por lo que prefiere callar.
Testimonios negativos
A Camila también la frena lo que ha visto y escuchado, testimonios de otras personas que han salido del closet y que no han recibido el apoyo de sus familias, como es el caso de su novia que recientemente decidió hablar sobre su orientación sexual con sus padres y no tuvo una respuesta positiva.
“A ella no le molesta mi situación porque está pasando por un mal momento con su familia y porque de alguna forma vivió lo mismo que yo, pero me dice que en algún momento lo tengo que hacer, que uno no puede tener a las personas engañadas de lo que uno es”
Los testimonios en los medios de comunicación también influencian esta decisión, en diciembre del 2020 se conoció a través del portal de noticias del país de Honduras el caso del joven Néstor Hernández, quien tuvo que salir de su país por amenazas de muerte; pero sus declaraciones al medio de comunicación son realistas y desgarradoras: “Salir del armario, te expone a ser asesinado, no hacerlo, al suicidio […]Somos personas demonizadas porque consideran que atentamos a la tradición, la familia y al futuro del país. Una amenaza pública a la que erradicar”.
Según la Psicóloga consultada por every Viviana M. Rodríguez Tarrá, las personas tienen miedo de hablar sobre su orientación sexual, ya que desafortunadamente vivimos en una sociedad cuyas etiquetas superficiales definen a un ser humano en su totalidad y es desde esa misma percepción social errónea y juzgadora la que inhibe a seres humanos con ideales distintos a lo que se acostumbran y son señalados. Desde aquí, creo que se deriva ese miedo a “salir del closet”.
Camila espera el momento indicado, aunque siente que el momento nunca será el correcto, sabe que salir del closet es un proceso y que dar ese paso puede ser liberador, pero a su vez doloroso para ella y para el resto de su familia.