Esta es la historia de Cris Miró, pero también la mía y probablemente la de muchas. A través de nuestras voces y vivencias travestis y trans, reconstruimos el legado de la siempre nuestra, Cris Miro.
«Soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás.»
Yo estaba transitando mi infancia como podía, en ese momento recuerdo que me encontraba entre las burlas de mis compañeros y tratando de entender qué pasaba conmigo, en esa disyuntiva de ser un nene y sentirme una niña.
Una tarde, mientras miraba televisión, mi única forma de vínculo con el mundo, veo a una mujer imponente, morocha con el cabello más largo que jamás había visto en mi vida, una esfinge, una diosa, un ser que venía de otro planeta.
Era como la Rita Hayworth, estaba perdidamente enamorada de esa estrella televisiva que de pronto se había convertido en mi primer referente.
“Mi verdadero nombre es el que siento” respondía con una altura envidiable, cuando una conductora famosa la hostigaba con un cuestionario cargado de machismo, crueldad y maldad.
Cris Miró fue una de las primeras mujeres trans de la historia argentina y quién rompió los cimientos del binarismo y cisexismo en los escenarios, irrumpiendo públicamente en la vida de una sociedad heteronormada. Incluso atravesó en mí vida, de pronto existía otro espectro de vida…con ella había un poco más de esperanza.
Nacida el 16 de septiembre de 1965 en Buenos Aires. Fue actriz, bailarina y la primera vedette travesti de la revista porteña reconocida públicamente. Estudió baile en la escuela de Julio Bocca y actuación con Alejandra Boero, al mismo tiempo que estudiaba la carrera de Odontología.
Su carrera artística comenzó de la mano de Juanito Belmonte en 1994, y en 1995 debutó como primera figura en Viva la Revista en el teatro Maipo.
Cris, no solo demostró ser un faro para las travestis de esa época, sino que abrió el debate en la sociedad argentina sobre la marginalidad y exclusión del colectivo trans en una época cuando los edictos policiales aún condenaban con arresto a quienes vistiesen ropas contrarias al sexo asignado al nacer.
Cris Miró hablaba sobre su identidad: «A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento”.
Yo estaba impactada, nunca había conocido a alguien que lograra conmoverme así con su aparición. Su carisma, su belleza, su forma de ser. Ella fue para mí ese primer acercamiento a la travesticidad.
Cris era un símbolo sexual, que sin lugar a dudas, fracturaba el binarismo imperante en los años 90.
Aún recuerdo esa entrevista, año 1995, uno de los almuerzos más famosos de la televisión Argentina, y desde donde se llevaba adelante una de las entrevistas más discriminatorias de la historia en vivo y en directo.
Mirtha Legrand: No sé mi amor cómo tratarte…
Cris Miró: ¿Por qué?
Mirtha Legrand: No sé, señorita… señor… no sé… ¿votaste, no?
Cris Miró: Por supuesto.
Mirtha Legrand: Bueno, ¿y en qué mesa? Votaste en la mesa de caballeros, ¿no?
Cris Miró: Sí, sí, por supuesto…
Mirtha Legrand: Claro, claro… ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿Querés decirlo o no?
Cris Miró: Mirá, mi verdadero nombre es el que siento y es Cris Miró.
Mirtha Legrand: ¿Por la calle vas vestida así, tal cual?
Cris Miró: Sí, no vine en helicóptero.
Mirtha Legrand: ¿Quiénes te dicen piropos, los hombres o las mujeres?
Cris Miró: ¿Sabés que…? Los hombres por supuesto y las mujeres también. Sorpresivamente me esperan a la salida del teatro las señoras con los maridos para conocerme…
Mirtha Legrand: ¿Sí?
Cris Miró: Para felicitarme
Mirtha Legrand: En este momento no hay una vedette más sexy, más mona y más sensual que Cris Miró ¿no?… ¿Esta es tu voz natural?
Cris Miró: Sí…
Mirtha Legrand: ¿No sé si te molesta que te haga este tipo de preguntas?
Cris Miró: No, entiendo por qué las hacés…
Mirtha Legrand: Claro… claro… es lógico que se hagan… ¿Pero te molesta que se sepa que sos un muchacho o no?
Su hermano Esteban Virguez, médico oftalmólogo, cuenta en una entrevista: “mi madre era cholula, lo vivía con cierto orgullo. Primero fue no aceptarlo como gay hasta verlo en televisión. Eso le gustaba. Ahí cambió totalmente, estaba como orgullosa. Mi padre es como que lo aceptaba pero desde su silencio. Llegó a ir a su primer espectáculo al teatro Maipo. Después se enfermó y falleció, pero lo aceptó totalmente y yo también”.
En los 90 fue considerada la vedette del año convirtiéndose en la figura emblema del mundo del espectáculo.
En la mañana del 1 de junio de 1999, Cris Miró, luego de idas y venidas con su salud, ingresó en un estado de coma irreversible y falleció.
“La peor enfermedad que sufrió Cris Miró fue la discriminación. Sin embargo tuvo la valentía de ser una persona que supo enfrentarse públicamente a la intolerancia, desde su trabajo y su arte”, así la reconocía la CHA (Comunidad Homosexual Argentina)
Cris Miró traspasó la frontera que ubicaba a las travestis con lo marginal y logró algo muy importante en ese momento histórico: la aceptación de toda una sociedad. Una sociedad que la despidió con un aplauso cerrado cargado de afecto, respeto y empatía.
Cris, para mí fue un sinónimo de reivindicación, identidad y lucha, sin dudas, en un momento histórico del país su aparición fue la gran bofetada a todo ese contexto machista e intolerante. Cris será por siempre ese icono travesti argentino.
Este año se confirmó la biopic de la vedette travesti argentina. La misma se centrará en su ascenso en el mundo del espectáculo y todos los prejuicios que tuvo que sortear para lograrlo. La actriz que encarnará a la vedette será Mariana Genesio Peña.
“Cris luchó por ser aceptada por lo que realmente sentía que era: una travesti. Su verdadera lucha fue por su identidad”. Carlos Sanzol (1978, Bragado); autor del libro HEMBRA Vivir y morir en un mundo de machos.
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