Las violencias y discriminaciones hacia las mujeres lesbianas son, lastimosamente, muchísimas. Aunque cada día los casos de homofobia son más señalizados y visibilizados, hay muchos otros actos y estereotipos que, por considerarse “muy pequeños” o no ser actos físicos, hemos dejado de lado.
Dentro de estas micro violencias encontramos todas las acciones, actos y palabras de homofobia basados en estereotipos, prejuicios y estigmas. Todos los pensamientos que encajen dentro de estas categorías, aunque puedan ser menores en gravedad que los casos de violencia física, llegan a ser tan repetitivos en la cotidianidad de las mujeres lesbianas que alcanzan un grado de gravedad que hemos normalizado.
Quizás te puede interesar: Mujeres lesbianas en el deporte: visibilizando deportistas LGTB
Es muy probable que la palabra “estereotipos” haya surgido en muchas de sus conversaciones, incluso, en muchas de las que estén relacionadas con las orientaciones sexuales y las identidades de género. Para hablar de los estereotipos que se tienen de las mujeres lesbianas, es importante tener claro qué significa un estereotipo y por qué nace.
¿Qué son los estereotipos?
Según el diccionario de la Real Academia Española, un estereotipo es una “imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”. Esta palabra proviene del griego, στερεός y τύπος, que significan respectivamente “sólido” e “impresión, molde”.
Para tener en cuenta otra definición, según Concepto, los estereotipos en psicología social son “construcciones culturales creadas en torno a un grupo humano, que se basan en generalizaciones, prejuicios, mitologías urbanas o percepciones muy simplificadas y exageradas al mismo tiempo”.
Asimismo, se afirma que se le atribuyen características a ciertas personas o comunidades que terminan creando un prejuicio social. Un estereotipo siempre será general, falso e invariable. También puede llegar a ser ilógico, injusto e invariable. Por dar un ejemplo, una de las ideas generalizadas más común de todas, tanto cultural como socialmente, es que el color rosado es para las mujeres y el azul para los hombres.
Los estereotipos se aprenden y se perpetúan por y durante las relaciones sociales. No son innatos, pero al momento de adquirirlos es muy difícil librarse de ellos. Unos de los responsables de reforzar estas ideas son los medios de comunicación y las redes sociales.
Los estereotipos sobre las mujeres lesbianas
Para celebrar el Día de la Visibilidad Lésbica, la comunidad de It Gets Better España realizó un video en el que tres mujeres hablaban sobre los estereotipos y mitos que desde hace mucho tiempo caracterizan, de manera errónea, a las mujeres lesbianas.
También leer: 5 videojuegos perfectos para jugar si eres lesbiana
Hablemos de algunos de estos:
- “A las lesbianas les gustan todas las otras mujeres y siempre están intentando convertir a las hetero”. Kika Montero, investigadora y profesora.
Esta afirmación me hace pensar mucho en la situación que muchas mujeres lesbianas, e incluso hombres gays, deben afrontar cuando salen del clóset con sus amigos. Siempre surge la frase de: “¡Ay! Yo tengo otra amiga lesbiana, de seguro se gustan”. Este estereotipo generaliza los gustos de todas las mujeres lesbianas.
Asimismo, hemos escuchado hablar de cómo las mujeres lesbianas “convierten” a otras mujeres hetero. No existe un poder mágico para hacer esto. Volvemos a caer en una generalización de ciertos casos.
- “Las lesbianas son lesbianas porque no han estado con un hombre… ¿Y cómo se que soy hetero si no he estado con un hombre?”. María Talaverano, integrante del grupo “Cariño”.
Esta afirmación es una falta de respeto hacia la persona que la reciba. Si nos fijamos bien en este estereotipo, lo que hace es cuestionar e invalidar la orientación sexual de una mujer lesbiana. Es también una afirmación completamente machista porque se basa en la idea de que el deseo de las mujeres se encuentra en el placer de los hombres.
- “Las lesbianas de jóvenes son todas marimacho”. María Talavero, integrante del grupo “Cariño”.
Este estereotipo da mucho de qué hablar porque a lo largo de la historia se ha categorizado a las lesbianas como mujeres que no cumplen con la belleza hegemónica. Según esta idea, las mujeres lesbianas tienen el pelo corto, se visten con ropa de hombre (pantalones y camisetas anchas), son bruscas en sus movimientos, entre otros comportamientos o acciones que se categorizan “masculinos”.
La expresión de género, que es la forma en la que nos mostramos al mundo, no tiene nada que ver con la orientación sexual. Entonces, una mujer hegemónica puede llegar a ser lesbiana y una mujer “marimacho” puede ser heterosexual.
- “A las lesbianas les gustan todos los deportes”. Marta Fierro, DJ.
Existe una categoría entera de estereotipos que responden a la necesidad de las personas de darse explicaciones y entender por qué a algunas mujeres les gustan otras mujeres.
Esta categoría, usualmente, está llena de ideas que buscan igualar a las lesbianas con los hombres. Por ende, este estereotipo de “a todas las lesbianas les gustan todos los deportes” busca poner en el mismo plano los gustos de mujeres lesbianas y hombres heterosexuales (que si nos fijamos bien, también es un estereotipo que los hombres han tenido que cargar siempre: el hecho de que a todos les gustan los deportes).
Puede interesarte: Libros lésbicos: los mejores 14 textos de la literatura sobre lesbianas
- “Las lesbianas odian a los hombres en general y a los gays en particular”. María Talavero, integrante del grupo “Cariño”.
Este estereotipo puede ir de la mano con la idea de que una mujer es lesbiana porque no ha estado con ningún hombre. Cuando alguien dice esto y una lesbiana le contesta que su frase no tiene ningún sentido y que su orientación sexual no se basa en eso, la otra persona necesita encontrar una explicación de por qué entonces es así. Ahí entra este estereotipo de que las lesbianas odian a los hombres.
Y es que… ¿Qué otra explicación existiría para que una mujer sea lesbiana que no sea el hecho de que odia a los hombres?
Existen muchísimos más estereotipos como estos que entran dentro de una micro violencia contra las mujeres lesbianas porque cuestionan e invalidan su orientación sexual. Por ende, es muy importante identificar a qué estereotipos les hemos hecho caso y, poco a poco, entendiendo el por qué son prejuicios y estigmas sociales y culturales, deconstruir esas ideas. Aunque este es un proceso individual, es muy valioso cuando conversaciones o debates al respecto de los estereotipos se ponen encima de la mesa. De esa forma, todes deconstruyen.