¿Cuántas veces hemos escuchado mencionar o sugerir el sexo tántrico y no tenemos ni idea de qué es lo que nos están hablando? Es importante sentarse e investigar, ya sea en libros —y me quito el sombrero a quién todavía prefiera hacerlo de esa manera tradicional— o escarbar en los 1,070,000 resultados que da Google para respondernos todas las preguntas que se nos vienen a la mente cuando nos dicen “sexo tántrico”.
¿Cuál es el origen del sexo tántrico?
Para empezar a entender tenemos que remontarnos a hace más de 4.000 años a una filosofía de vida que nació en el Oriente llamada Tantra, que en definición es lograr unir y armonizar las contradicciones para así llegar a un crecimiento personal. A pesar de que es solo una pequeña parte de esta, el sexo tántrico forma parte de esta corriente que tiene sus bases en cuatro “llaves” básicas.
La primera se centra en la aceptación de une misme para poder disfrutar plenamente la vida. La segunda busca que la persona esté presente en el momento con los cinco sentidos y así ser plenamente consciente de lo que le rodea. Por su lado, la tercera llave es expresar lo que se siente y piensa; mientras que la cuarta se enfoca en alcanzar el equilibrio a través del movimiento fluido y armónico.
Te puede interesar: Sexo ATR: Un libro para vivir la sexualidad a todo ritmo
Todo esto tiene una fuerte relación con el ámbito sexual. De hecho, el sex coach y director de la Escuela Tántrica en Madrid, Diego Jiménez afirma en una nota del periódico El Mundo que: “La realidad es que todas las personas practicamos el sexo con base en nuestras experiencias e historias de vida. Cada uno somos un mundo y por lo tanto, cada relación sexual también lo es”.
Pero, para retomar y no desviarnos, se han encontrado textos de los siglos V y IV a.C. en Pakistán e India donde se habla del Tantra. En la historia surgió como opinión adversa a las ideas de los sacerdotes hindúes que afirmaban que era imprescindible renunciar a la sexualidad para comprender la vida.
Los tantristas, por su lado, pensaban todo lo contrario. Por esto, retoman y organizan prácticas que le demostraran al ser humano que el placer es una experiencia sublime del cuerpo.
Sofía Slobodjanac Parisí, escritora, investigadora, terapeuta especializada en salud hormonal y educadora sexual y menstrual afirmó para un artículo en Clarín: “Tantra en sánscrito tiene muchos significados. Los que más me gustan son: Continuum y Urdimbre. La urdimbre es aquello que se tiene en un telar antes de tejer la trama, es decir lo que subyace a lo que podamos tejer. Por otro lado, Continuum se refiere a un estado de constante ciclicidad y conexión”.
Con esto podemos entender de manera muy asertiva qué es el tantra: técnicas que nos unan, que nos permitan volver al centro y a la raíz de nosotres mismes y que en el proceso podamos tejernos.
¿Qué es el sexo tántrico?
A partir de todo esto nace, en el antiguo hinduismo, lo que llamamos sexo tántrico. En la mitología se cuenta que Shakti y Shiva forman una pareja divina “quienes a través de prácticas específicas podrán utilizar su sexualidad para conectarse con una energía sutil (…) capaz de darles conciencia sobre el sentido de su existencia”.
El sexo tántrico se enfoca en crear conexiones íntimas y profundas de maneras meditativas. A diferencia del sexo “tradicional”, el propósito de este no es el orgasmo, sino enfocarse en las sensaciones del cuerpo para así también sanar, iluminar y transformar.
El sexo tántrico busca que las dos personas logren una reconexión sexual y emocional, intimar más a nivel personal y con la pareja y salirse de la rutina tradicional y las ideas preestablecidas de cómo practicar el sexo.
Parisí bien lo dice en el artículo en Clarín: “Normalmente pensamos que el sexo es el coito, de una forma heteronormativa, es decir pensamos el sexo como algo que sucede entre un varón y una mujer y esa es la norma. La norma también nos dice cómo tiene que ser ese varón y esa mujer, de una determinada manera”.
Para prácticar el sexo tántrico toca alejarnos de las ideas heteronormativas que giran única y exclusivamente alrededor de la penetración y concentrarnos en nuestros cinco sentidos y en la respiración sincronizada. Asimismo, el sexo tántrico se detiene en cosas como las miradas y la estimulación de partes del cuerpo que generalmente no se tienen en cuenta en el sexo.
También leer: De la representación fálica al satisfayer: la evolución de los juguetes sexuales
“La energía sexual es la más poderosa que tenemos, y el tantra utiliza ese combustible para conectar con la parte mística del éxtasis y poder ir más allá del placer. Porque cuando vivimos desde la cabeza, la propia mente es la que hace que rechaces el dolor y te apegues al placer, pero esta no es nuestra naturaleza, por eso hablo del camino al éxtasis. El éxtasis va más allá de la mente” afirma Elma Roura, autora del libro El Camino Al Éxtasis, en una entrevista con Clarín.
Formas de iniciarse en el sexo tántrico
Antes de empezar a escribir debo clarificar que de los 1,070,000 resultados que salen en Google, parte importante son posibilidades para iniciar a practicar el sexo tántrico. Como todo en la vida, puede que este no sea el orden de los pasos que le funcionen a todes, pero sí un abrebocas de lo que podría llegar a ser.
De las primeras cosas que hablamos anteriormente fue de las cuatro “llaves” en las que se basa el Tantra. La segunda es aprender a estar en el presente consciente de tus cinco sentidos. Es por ahí donde debes empezar si quieres tener sexo tántrico.
Antes de iniciar cualquier roce o contacto, se recomienda sentarse frente a tu pareja, ambos desnudos, uno delante del otro y concentrarse en la respiración. Inicialmente esto debe hacerse de manera individual y, cuando ya se tiene control sobre esta, lo ideal es buscar la sincronización con la respiración de tu pareja.
En ese momento el contacto visual juega un papel muy importante para aumentar la conexión entre las dos personas y también la activación de los puntos de energía del cuerpo. El Tantra le da mucha importancia al control de los chakras que son, precisamente, estos centros de energía. Una de las formas para poder activar estos centros es a través de masajes por todo el cuerpo (así pasan por los 7 chakras principales).
En este punto es fundamental haber deconstruido la idea inicial que teníamos del sexo porque el cuerpo humano tiene muchos lugares por descubrir y, de hecho, existen muchas zonas erógenas que nunca pensamos que existirían. Lo que se busca con el sexo tántrico es ir activándolas.
Una sugerencia es dibujar el cuerpo de tu pareja y señalar en colores las partes que considerarías erógenas. Al final, pueden compararlo y comprobar lo que se propuso en el papel. Existen varias posiciones que se usan en este punto del sexo tántrico como Yab-yum (donde una de las personas se sienta con las piernas cruzadas y la otra se sienta en el regazo entrelazando las piernas en la cintura de le otre) o el arco relajado (donde una persona está acostada con las piernas rectas y el otre, de rodillas, se sienta en su regazo).
Algo que también debe despegarse de la norma es el ritmo y el tiempo en el que se lleva a cabo el encuentro sexual. De hecho, como en el sexo tántrico el objetivo no es el orgasmo, tiende a durar mucho más.
Al final, “ese placer prolongado y espiritual entre las dos personas es uno de los atractivos que suelen hacer a las parejas practicarlo habitualmente”.
Puede interesarte: Sexo, distancia y tecnología
Todas, todos y todes en el tantra: Sexo tántrico LGBT
Si de entrada se habla poco del sexo tántrico (¿Qué es? ¿Cómo se práctica? ¿Cuáles son sus beneficios?), mucho menos se habla de que esta es una práctica sexual para todes, incluso el sector LGBT. La poca información a la que podemos acceder nos habla de la energía sexual entre un hombre y una mujer, pero nunca mencionamos que, en realidad, el sexo tántrico es entre personas, no géneros.
Investigando un poco más, encontré que existe una práctica específica llamada GAY-TANTRA, desarrollado por el coach de tantra, profesor y acompañante espiritual, Arming Heining, que se enfoca precisamente en los deseos específicos de los hombres gays o bisexuales.
La base de esta práctica se llama SkyDancing – Tantra y la expuso Margot Anand Nasledniki, profesora y autora de “El arte del éxtasis sexual”. Según la página de SkyDancing Tantra Internacional, compuesta por profesores que trabajan bajo el concepto de Margot, esta es una práctica que no tiene dogma.
“El aprendizaje es sobre todo experiencial (…) La interacción entre los participantes, como la energía sexual, se ve como una herramienta para acceder a la conciencia y la vitalidad y no como un fin en sí mismo”, afirman.
Para desmitificar y aclarar una posible duda sobre si el sexo tántrico es solo para heterosexuales, me gustaría citar una parte del artículo “Tantra también para hombres gay.” publicado en Neptuno Bienestar. “El tantra siempre ha sido una disciplina inconformista, que desafía la rigidez y los tabúes de los sistemas sociales y religiosos imperantes”.
Los beneficios del sexo tántrico
Es muy común que al hablar del Tantra o del sexo tántrico la gente lo asocie con técnicas corporales y mentales para retrasar la eyaculación y, aunque sí es verídico este factor, existen muchos más beneficios detrás de esta práctica.
Como ya lo hemos dicho a lo largo de la nota lo que se buscan en el sexo tántrico es estar consciente de los cinco sentidos. Por ende, con el tiempo se adquiere un mayor control de la vista, el tacto, el gusto, el oído y el olfato. Además, se eliminan los tabúes y se busca expresar lo que en realidad se siente en el aquí y el ahora.
El sexo tántrico ayuda a disminuir la ansiedad, a controlar la respiración, a hacer un mayor y mejor uso de la energía sexual, aumenta la sensación de empoderamiento y nos lleva a una mejor conexión y comunicación con nuestra pareja.