El estado de Florida, en el sureste de Estados Unidos, comenzó julio con alrededor de 150 nuevas leyes. Toda una sacudida política y social generaron varias de las legislaciones, sobre todo aquellas promovidas por el sector conservador y que los más progresistas han calificado como “graves retrocesos” en temas que conciernen a minorías.
La tensión se siente en todo el país desde meses anteriores, cuando fueron presentadas iniciativas como la ‘Ley de Reducción de la Mortalidad Fetal e Infantil’, que prohíbe abortar legalmente después de la semana 15 de embarazo y no luego de las 24, como estaba establecido.
O como la denominada ‘Ley de Libertad Individual', conocida como ‘WOKE’, que prohíbe en las escuelas públicas y los centros de trabajo la enseñanza de la “teoría crítica de la raza”, que aborda temas de desigualdad y racismo en la historia de Estados Unidos.
Muchas de las legislaciones tuvieron que ver con la educación y en esa línea fue aprobada en marzo pasado la ‘Ley de los Derechos de los padres en la educación’, nombrada por sus detractores como ‘Don’t say gay’ (No digas gay), la cual prohíbe a los docentes de instituciones públicas hablar con los estudiantes más pequeños sobre orientación sexual e identidad de género.
Estos y otros proyectos de ley fueron apoyados por el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien aspirará a la reelección en noviembre próximo y posiblemente se lanzará a la Presidente de EE. UU. En 2024.
Las iniciativas ultraconservadoras han recibido el respaldo del Congreso sin mayores dificultades debido a que la mayoría de parlamentarios que conforman el Senado y la Cámara de Representantes de Florida son militantes del Partido Republicano.
¿Qué dice la ley ‘No digas gay’?
“La instrucción en el aula por parte del personal de la escuela o de terceros sobre la orientación sexual o la identidad de género no puede ocurrir desde el jardín de infantes hasta el tercer grado o de una manera que no sea apropiada para la edad o el desarrollo de los estudiantes de acuerdo con los estándares estatales”, se lee en la ley HB 1557.
La legislación también permite que las madres y los padres de familia puedan “entablar una acción contra un distrito escolar para obtener un fallo declaratorio de que un procedimiento o práctica del distrito escolar viola ciertas disposiciones de la ley”.
Esta propuesta parlamentaria fue aprobada el 8 de marzo de 2022 con 22 votos a favor y 17 en contra en el Senado.
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Voces a favor de la ley
El autor del proyecto de ley fue el congresista republicano Joe Harding, quien ha manifestado que el sentido de su iniciativa es que sean los padres o madres y no los maestros quienes conversen sobre esos temas con sus hijos e hijas en edad temprana.
En entrevista con ‘CNN’, Harding criticó que el presidente de EE. UU., Joe Biden, esté “diciendo que está bien, para niños tan pequeños como el jardín de infantes, que alguien dentro del distrito escolar cambie su género, cambie su nombre y sea una sola persona en la escuela y sea otra persona en casa (…) como padre eso es impactante”.
En ese sentido, sostuvo que lo que pretende su iniciativa es que los padres y las madres sean notificados de los asuntos privados de sus niños y niñas.
Sin dar detalles de casos específicos, contó que algunos padres y madres habían presentado quejas porque supuestamente los docentes estaban “discutiendo la identidad de género con sus hijos sin su opinión”, dice el artículo del medio estadounidense.
Por su parte, el gobernador DeSantis expresó que con esta ley “nos aseguramos de que los padres puedan enviar a sus hijos a la escuela para recibir una educación, no adoctrinamiento”.
Durante el acto en el que firmó la ley, en una escuela de Spring Hill, en el oeste de Florida, el mandatario estatal aseguró que “esta ley viene a corregir algo que está pasando en EE.UU., el hecho de que se ignora a los padres en decisiones escolares en temas de educación sexual e identidad de género».
El grupo conservador Florida Family Policy Council aseveró en un comunicado que esta ley es “necesaria”.
Expuso que “las escuelas públicas de EE.UU. se han vuelto ideológicas, políticas y están más interesadas en moldear la política y las inclinaciones sexuales de un niño que la enseñanza académica de la lectura, escritura, matemáticas y educación”.
Joe Biden rechaza la ley
El presidente del país norteamericano lamentó la legislación y afirmó a través de su cuenta de Twitter que su gobierno “continuará luchando por la dignidad y la oportunidad de cada estudiante y familia, en Florida y en todo el país”.
“Todos los estudiantes merecen sentirse seguros y bienvenidos en el salón de clases. Nuestros jóvenes LGBTQI+ merecen ser afirmados y aceptados tal como son”, escribió Biden en la red social.
El mismo día que entró en vigor la ley, el 1 de julio, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que su secretaria Karine Jean-Pierre animó a los estudiantes que denuncien los casos de discriminación que ocasione esta ley.
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“No es un tema de derechos de los padres. Esto es discriminación, simple y llanamente”, dice el comunicado.
Añade que “es parte de una tendencia nacional inquietante y peligrosa de políticos de derecha que se dirigen cínicamente a estudiantes, educadores e individuos LGBTQI+ para ganar puntos políticos”.
Además, consideró que este tipo de imposiciones fomentan “el acoso escolar y amenaza la salud mental, la seguridad física y el bienestar de los estudiantes. Censura a profesores y educadores dedicados que quieren hacer lo correcto y apoyar a sus estudiantes. Y debe parar”.
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Lluvia de críticas
Las organizaciones defensoras de los derechos LGBTIQ+ se han hecho sentir desde el anuncio de este tipo de políticas.
La ONG Equality Florida se pronunció también por medio de un comunicado en el que señala: “DeSantis ha dañado la reputación de nuestro estado como un lugar acogedor e inclusivo para todas las familias.
“La ley está destinada a aislar, estigmatizar y borrar a las familias LGBTQ y a nuestros hijos”, dijo también.
De hecho, esta organización en conjunto con otra llamada Family Equality, estudiantes, padres, madres y un docente presentaron a finales de marzo una demanda contra la ley ante un tribunal federal de Tallahasee, capital de Florida.
En la demanda argumentaron que esta legislación es “flagrantemente inconstitucional” porque busca “borrar” en los estudiantes de las escuelas públicas “el hecho de que las personas LGBTQ existen y tienen la misma dignidad”.
El secretario de Educación de EE. UU., Miguel Cardona, también condenó esta nueva norma, tildándola de “inaceptable”.
“Esta es una tendencia preocupante en todo el país y lo que queremos hacer es decir que respaldamos a nuestros estudiantes y nuestras familias. Todos los estudiantes merecen la oportunidad de aprender en un ambiente libre de discriminación”, dijo Cardona en una rueda de prensa el 31 de marzo.
La presidenta interina de Campaña de Derechos Humanos, grupo defensor de la población LGBTIQ+, dijo que esta ley pretende estigmatizar aún más a los menores miembros de la comunidad.
“El gobernador DeSantis una vez más colocó a Florida directamente en el lado equivocado de la historia y puso a sus propios electores jóvenes directamente en peligro, y lo ha hecho por la única razón de servir a sus propias ambiciones políticas”, opinó Madison.
Los integrantes del Partido Demócrata tampoco están de acuerdo con la ley y dicen que la parte que indica que las discusiones sobre la orientación sexual e identidad de género en las escuelas deben ser de una “manera apropiada para la edad o desarrollo del estudiante” es muy vaga, ya que se podría interpretar que dichas conversaciones se permitirían en cualquier grado escolar.
Protestas en contra de la ley ‘No digas gay’
Cientos de personas, entre alumnos y trabajadores de Disney, se tomaron las calles en diferentes ocasiones para protestar contra la conocida ley ‘No digas gay’ en Florida.
A principios del mes de marzo, decenas de estudiantes salieron de los salones de clases y se plantaron en la sede del gobierno en Tallahassee para exigir que no fuera aprobada la iniciativa.
Para ese momento, el proyecto de ley ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes y estaba a la espera de la decisión del Senado.
El primer ‘sí’ por parte del congreso provocó una gran molestia en las personas que ven en esta medida un impacto negativo en la niñez y juventud.
En las carreteras de Florida instalaron en abril enormes vallas publicitarias con las palabras “Say Gay” (di gay, en español) para alertar a los ciudadanos sobre la imposición que se avecinaba.
Disney, en medio de la controversia
El gigante del entretenimiento también fue alcanzado por esta polémica.
Disney lleva décadas mostrando públicamente respaldo a la población LGBTIQ+, pero al momento de “estallar la bomba” de esta nueva medida legislativa, los directivos dudaron y demoraron más de lo esperado en tomar una posición.
Aunque finalmente la compañía condenó la ley, sus empleados consideraron que la oposición de la directiva, encabezada por Bob Chapek, no fue la suficiente.
Chapek, director ejecutivo de Disney, confesó al personal de la empresa a través de un correo electrónico que su lucha contra el entonces proyecto de ley no fue tan “fuerte” como se esperaba.
“Necesitabas que fuera un aliado más fuerte en la lucha por la igualdad de derechos y los defraudé. Lo siento”, escribió en el correo enviado a sus colaboradores el 11 de marzo.
Luego de Disney definir su postura, el sector conservador o de derecha no dio tregua a la empresa y lanzó duras críticas que han hecho eco en la ciudadanía y cuyo impacto se ha visto reflejado en una considerable disminución en la reputación de la imagen corporativa.
Una encuesta realizada por Axios y Harris Poll que recoge la opinión de los estadounidenses sobre las empresas arrojó que la imagen pública de Disney ha sufrido una caída del puesto 28 en el año 2021 al lugar 65 en este 2022.
De esta y muchas otras maneras queda evidenciado que la nueva ley tiene dividido al país y que la conversación sobre el replanteamiento de las normas sociales que involucren a la comunidad LGBTIQ+ se resiste a cerrarse.
Fuentes: