Desde que en junio pasado el Tribunal Supremo de Estados Unidos emitió el fallo que eliminó la protección federal del derecho al aborto, dando a todos los 50 estados la libertad de prohibirlo en sus jurisdicciones, se encendieron las alarmas por la posibilidad de que pase lo mismo con otros temas como el matrimonio igualitario.
La reciente decisión sobre la interrupción voluntaria del embarazo, que supuso un duro retroceso en materia de derechos de la mujer, causó un profundo malestar social que se vio reflejado en protestas ciudadanas en todo el país. El presidente Joe Biden lamentó el fallo y aseguró que este era resultado de que la mayoría de jueces del tribunal fueran conservadores.
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“Han sido tres jueces nombrados por (el expresidente Donald) Trump los que están en el núcleo de esta decisión (…) La mayoría conservadora del Tribunal Supremo demuestra lo extrema que es y lo alejada que está de la mayoría de este país. Ha convertido a Estados Unidos en un país atípico entre las naciones desarrolladas del mundo”, expresó el mandatario en uno de sus discursos.
El futuro del matrimonio igualitario en Estados Unidos
Bajo este panorama surgió inevitablemente la preocupación por el futuro de otras legislaciones, principalmente las que van en contravía de las ideologías conservadoras, como lo es el matrimonio entre personas del mismo sexo, derecho que fue protegido por el Supremo en 2015 con la sentencia “Obergefell contra Hodges”.
Para blindar legalmente este derecho, en julio fue discutido en la Cámara Baja de Estados Unidos un proyecto de ley que busca proteger el matrimonio igualitario en todo el país. La iniciativa fue aprobada con 267 votos a favor y 157 en contra.
Sobre el proyecto, el representante demócrata Jerry Nadler dijo que “si el Tribunal Supremo no revoca ‘Obergefell’, esta ley será innecesaria, pero inofensiva. Si la decisión es revocada, será crucial”.
Según recoge el diario ‘The Washington Post’, esta iniciativa lo que busca es derogar la Ley de Defensa del Matrimonio, conocida como DOMA, que fue promulgada en 1996. Con esta legislación, los estados tenían permitido decidir si reconocer o no el matrimonio entre dos personas del mismo sexo contraído en su territorio y en otra entidad estatal. Además, en la ley federal quedó definido el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
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La Corte Suprema declaró a DOMA como inconstitucional en 2013 y dos años después, en 2015, el Tribunal Supremo aprobó el matrimonio igualitario a escala federal, prohibiendo así a los estados negar este tipo de unión.
El Proyecto de Ley
Ahora el temor de los progresistas se centra en que el Supremo decida volver a revisar el caso y llegue a revocar la decisión de 2015 y por eso los demócratas tramitaron con tal velocidad el proyecto de ley en mención.
Una vez aprobado por la Cámara de Representantes, la iniciativa pasa a la Cámara Alta, es decir, al Senado, donde los demócratas necesitan el voto de diez republicanos para lograr su objetivo, por lo que las últimas semanas habían sido de negociaciones entre los militantes de ambos partidos.
Sin embargo, al llegar al Senado la iniciativa encontró su primera traba: esta semana se anunció la decisión de retrasar la votación del proyecto hasta después de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, cuando se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes.
Al parecer, las elecciones intermedias, de las que podría resultar un cambio en el control del Congreso de Estados Unidos, ha hecho que los republicanos no quieran decidir tan pronto sobre el proyecto de ley.
Además, algunos republicanos han manifestado preocupación sobre si el proyecto no incluirá protección a la libertad religiosa.
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“Le hemos pedido al líder (de la mayoría del Senado, Chuck) Schumer más tiempo y apreciamos que haya accedido. Confiamos en que cuando nuestra legislación llegue al pleno del Senado para su votación, tendremos el apoyo bipartidista para aprobar el proyecto de ley”, se lee en un comunicado firmado por la senadora Tammy Baldwin, demócrata de Wisconsin; Susan Collins, republicana de Maine; Rob Portman, republicano de Ohio; Kyrsten Sinema, demócrata de Arizona; y Thom Tillis, un republicano de Carolina del Norte.
No obstante, la senadora demócrata Susan Collins se mostró optimista frente a las negociaciones bipartidistas. “Creo que estamos en muy buena forma y que este proyecto de ley se aprobará”, afirmó.