En noviembre de 1901 en México, durante el mandato del ex presidente Porfirio Díaz, la policía encontró a 42 hombres de clase social alta realizando un baile. La mitad de ellos tenían puestos vestidos. Las autoridades, ilegalmente, detuvieron a 41 de ellos, dejando escapar al esposo de la hija del presidente, Ignacio de la Torre y Mier, quien era el participante 42. Te contamos cómo sucedió este hecho histórico conocido como ‘El baile de los 41’.
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A pesar de que han pasado muchos años desde ese evento y sus repercusiones, es un hecho que está presente dentro de la sociedad mexicana, tanto que muchas personas asocian el número 41 a la homosexualidad. Asimismo, la empresa de entretenimiento y streaming, Netflix, estrenó en el 2020 una película inspirada en los hechos, protagonizada por los actores mexicanos Alonso Herrera, Mabel Cadena y Emiliano Zurita.
El contexto mexicano: ¡Escóndanse!
La homosexualidad es cada vez más aceptada en México. Sin embargo, siempre ha existido la intolerancia frente a las disidencias sexuales y de género y, por esto, ser homosexual era considerado una aberración, por lo que debía esconderse y corregirse. De hecho, esta era una opinión que compartían y reforzaban los psiquiatras, que dejaban claro en sus valoraciones que considerarse gay era una enfermedad mental.
A pesar de esto, como se ha visto en muchos países, el mundo queer encontraba la manera de existir: escondiéndose de la vida pública, algo que entonces no los libraba de la homofobia y la violencia. Así, se obligaban a callar o a asistir a lugares secretos donde sí podían expresarse. La literatura siempre ha sido un lugar de testimonios sobre la vida LGBT y en México no se da la excepción.
Por un lado, el novelista y periodista mexicano, Heriberto Díaz, escribió “La cárcel y el Boulevard”, libro que demostraba cómo, en los barrios populares de la urbe, las personas expresaban su sexualidad sin tapujos o miedo de lo que diría la gente.
Asimismo, y gracias a un artículo de Chilango, sabemos que la historiadora Elvira Martínez Román estudió cómo las personas “transgresoras” que no ocultaban su sexualidad estaban presentes, desde el siglo XVI, en la historia de la Ciudad de México.
Por otro lado, esta situación de aparente libertad cambiaba si las personas tenían cargos públicos o hacían parte de clases sociales muy altas, como era el caso de Ignacio de la Torre y Mier. De hecho, se rumoraba que el casamiento con Amanda Díaz, la hija del presidente, había sido solo una forma para ocultarse y seguir las reglas sociales.
Debido a esto también se formaban grupos, de bajo perfil, donde las personas que tenían que vivir en silencio y escondidas, se reunían. A uno de esos le llamaban “los lagartijos”: un grupo de “mala fama” donde todos los hombres usaban traje, bastón y se dejaban el bigote. Los miembros eran hombres muy pobres que buscaban escalar de clase social u homosexuales, entre otros.
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El baile de los 41
Todo lo que se sabe de este acontecimiento es gracias y únicamente a los periódicos locales de la época, que fueron la única fuente que documentó el caso.
En la madrugada del 18 de noviembre de 1901, en la casa número 4 de la calle’ La Paz’ en la Ciudad de México (lo que actualmente se conoce como el centro histórico de la capital, cerca al Palacio Nacional), se realizó un baile. Debido al ruido que estaban haciendo, un policía se asomó a la casa a las tres de la mañana.
En un trabajo de investigación, realizado por la doctora en ciencias sociales, Mílada Bazant, titulado “Crónica de un baile clandestino”, se cuenta que el 20 de noviembre el diario El Popular afirmó que los hombres en ese baile “llevaban pelucas, pechos, postizos, aretes, choclos bordados y en la cara tenían pintadas grandes ojeras y chapas de color. La otra mitad vestía de hombre: magníficos abrigos, así como sombreros y monos choclos de glacé…”.
El policía, al ver el “espectáculo”, pidió refuerzos para detenerlos.
La identidad de los asistentes al baile duró más de un siglo en incógnita, hasta que el abogado Juan Carlos Harris encontró, en los archivos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los nombres de siete de los hombres que estuvieron en el baile.
El mismo Harris comenta, en un artículo de la BBC, que no existía un motivo para que la policía esa noche los hubiera detenido, ya que “jurídicamente, la homosexualidad como tal nunca ha estado prohibida en México”. Sin embargo, 41 fueron detenidos, debido a que Ignacio de la Torre y Mier fue eliminado de la lista para evitar escándalos políticos.
La prensa no solo fue y es la única fuente de información del evento, sino que además, para ese entonces se volvió un escarnio contra los hombres homosexuales que habían asistido al baile.
Varias horas después de la detención ilegal, varios asistentes fueron puestos en libertad. Los demás, que no pudieron pagarle a las autoridades por su libertad, fueron incorporados a la fuerza en el Ejército. Según Harris “fue una especie de destierro y la única forma que encuentran para hacerlo es metiéndolos al Ejército, una especie de leva”.
El destino final de los 41 es incierto, aunque según el abogado lo más probable es que hayan muerto en combate.
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La adaptación de Netflix
En el 2020, la plataforma de Netflix lanzó una adaptación titulada “El baile de los 41” escrita por Monika Revilla, dirigida por David Pablos y producida por Pablo Cruz. En esta adaptación a la pantalla pequeña, el actor Alfonso Herrera interpreta a Ignacio de la Torre y Mer y Mabel Cadena a Amanda Díaz, la hija del entonces presidente Porfirio Díaz.
En la edición número 63 del Premio Ariel, organizados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), en donde se homenajearon las mejores películas mexicanas estrenadas en el 2020, “El baile de los 41” tuvo 12 nominaciones. Los premios se los llevaron: Alfonso Herrera, como mejor actor, Daniela Schneider, en mejor diseño de arte, Alfredo Mora, en maquillaje, y Kika López en vestuario.
En IMdb la calificación de la película es de 6,8 estrellas y en Rotten Tomatoes de un 64%.