Escuchar historias y experiencias de vida de quienes pasan procesos similares a los nuestros nos hace sentir comprendidos y acompañados. Nos hace tener un acercamiento mucho más amable con nosotres mismes y con les demás. Incluso, si esa historia no conecta del todo con nuestra propia experiencia.
En el nuevo episodio de every somos todes, se informó y se construyó a través de la voz de quien vive en su propia piel la disforia de género (Emma) y a través de la opinión profesional de Natalia Restrepo Bueno, nuestra segunda invitada y también psicóloga y sexóloga clínica centrada en acompañar a personas de la comunidad LGBT en sus procesos de transición.
Emma Cruz es una chica trans de 21 años. Vive en Argentina, estudia profesorado universitario de inglés y trabaja en el departamento de contenidos de every lgbt. Y aunque ella sabe lo complicado que es hablar sobre experiencias personales, su principal motivo para contar lo que vive en relación a la disforia de género, es hacer sentir mejor a quienes la escuchan.
“Capaz yo en ese momento, cuando no me sentía bien, cuando me sentía sola, me gustaría haber escuchado a alguien con la que me pueda sentir identificada y decir: no soy la única, esto le pasa también a otras personas”
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¿Qué es la disforia de género?
“Para mi la disforia de género es la disconformidad con el género, con lo que esa persona es asignada o identificada en el momento en el que nace, muchas veces basándose en el sexo biológico” Mencionó Emma.
Natalia, quien coincidió con la definición de Emma, agregó un punto bastante importante y era el de pensar y analizar la disforia a partir de dos dimensiones: una que es social y la otra que es totalmente corporal.
La primera, se construye a partir de los patrones de conducta de lo que se espera de cada uno de nosotres con el sexo que se nos asignó al nacer. La segunda, supone la relación que vamos creando con nuestro cuerpo y con lo que cada una de sus partes puede o no acercarse al género con el que nos identificamos.
“Pero lo que es muy clave en la palabra disforia es el disconfort, es decir, que no nos sentimos cómodos” Agregó la psicóloga y sexóloga.
Escucha el episodio número 15 de every Somos Todes en Spotify:
¿Cómo se vive esa disforia?
“Personalmente, como mujer trans, la disforia es algo que está presente en mi día a día y es algo que se tiene que aprender a sobrellevar” agregó Emma en el primer minuto de su historia.
Ella supo desde muy temprano cuál era la relación que tenía con su género y que esta no correspondía con el sexo que se le había asignado al nacer, algo por lo cual comenzó a surgirle la pregunta de ¿quien soy? Según complementa:
“No entendía por qué no podía ser como las demás niñas, incluso un día le pregunté a mi mamá ¿por qué tengo que entrar al baño de los niños? y ella me respondió: vos no podés entrar al baño de niñas porque eres un niño”
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Hasta este punto no había ocurrido lo que sería la parte más difícil, que comienza justo en el momento en el que comienza a crecer y darse cuenta de muchas cosas que la hacían sentir en un cuerpo que no responde a su identidad de género.
“El gran problema surgió cuando alcancé la preadolescencia y la adolescencia, porque hasta entonces ya me vestía de forma muy femenina. Pero luego mi cuerpo comenzó a cambiar, haciéndome sentir mayormente desagradable. No podía verme al espejo, no quería levantarme de la cama, lloraba todos los días y no asistía al colegio”
Puedes escuchar otras respuestas en Ivoox:
A la disforia de género, se le suma el sentimiento de soledad, inseguridad y persecución, que es algo que finalmente intensifica mucho más la disforia y que termina por aislar parcial o completamente del mundo a quien la padece. Esto es diferente en cada caso y es independiente de hacer o no una transición completa. La disconformidad o la sensación de estar separados del mundo puede desaparecer o no depende de la relación que se tiene con uno mismo. Según mencionó Natalia Restrepo:
“También hay un trabajo sobre esa experiencia interna, que es lo que me da el derecho para ser querido como soy verdaderamente. Sí, muchas veces el proceso de transformación corporal es un permiso para sentirnos amados y deseados. Otros posiblemente nos muestra que hay también un proceso interno que puede hacerse para que esa alineación se pueda producir de forma mucho más intensa y que podamos llegar a cosas como la euforia de género finalmente, o el placer”
En el episodio, se siguen desarrollando temas como la importancia del acompañamiento terapéutico, del sentirse bien consigo mismo, de encontrar dónde está la herida cuando nos sentimos en disconformidad con nuestro cuerpo para poder entrar en un proceso sano, de la importancia de rodearnos de personas que entiendan el proceso de transición y lo que conlleva, y finalmente, de que la transición no es solo un proceso del cuerpo sino que también es social y colectivo.
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“Una transición, es una revolución. Y la revolución no solamente es del cuerpo, es social, es colectiva. Como muchas veces cuando contamos nuestras propias revoluciones ayudamos a otres a que hagan las propias y entonces creamos redes, porque finalmente eso es lo más importante de cualquiera que sea la experiencia de sufrimiento. Es poder estar en colectivo. Es poder hacerlo juntos y darnos cuenta también que hay muchas cosas que no son individuales, que son también del sistema en el que habitamos y cómo también tenemos la capacidad de transformar ese sistema que habitamos”
Les invitamos a escuchar este nuevo episodio y otros más en Spotify e Ivoox. Esperamos puedan hacer parte de esta gran familia.
