¿De dónde viene el estereotipo de que los bailarines son homosexuales o amanerados? ¿Por qué decimos que la danza es de gays? ¿Cuándo se empezó a vincular el baile con lo femenino? En este artículo sobre danza y masculinidad te invitamos a descubrirlo.
La danza en la prehistoria
Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos empezaron a bailar. No existen registros escritos de estas épocas, pero lo vemos en las pinturas rupestres de cuevas y paredes.
Las danzas prehistóricas estaban dirigidas por hombres bajo la figura del chamán. Este era el líder espiritual de las tribus, y se encargaba de dirigir y coordinar las danzas para pedirle algo a los dioses, como buenas cosechas o fertilidad de la tierra. Esto nos indica que desde los tiempos prehistóricos la danza estaba dirigida por hombres con fines fundamentalmente sociales o espirituales.
La Antigua Grecia
En esta época la danza aparece como una actividad más estructurada y aceptada por la sociedad. La cultura griega valoraba mucho el equilibrio, la belleza y la armonía. Esto también influirá en la danza de forma clara.
Por un lado, las artes eran muy valoradas en la antigua Grecia, no solamente el teatro que quizás sea lo más conocido, sino también los bailes. Eran muy aplaudidos por la sociedad y se valoraba mucho saber ejecutar diferentes coreografías..
Por otro lado, el baile era una parte indispensable de la educación de los y las menores, independientemente de los estamentos sociales a los que pertenecieran. Además, los soldados tenían que aprender varios bailes para perfeccionar las técnicas que tendrían que poner en práctica en las luchas y batallas.
Asimismo, Grecia era una cultura donde se valoraba mucho el disfrute, las fiestas y las ceremonias. Cada una de ellas tenía asociada una danza con sus pautas y códigos, llevada a cabo por hombres y mujeres que aprendían cómo ejecutarla.
Un ejemplo es la danza dionisíaca, en honor al dios Dionisio. La gente disfrutaba de las fiestas mientras las mujeres bailaban. Más tarde, también los hombres participaban como bailarines, y se travestían y se maquillaban de forma llamativa. Sin embargo, no eran criticados por ello ya que formaba parte del espectáculo.
Los soldados tenían la obligación de aprender coreografías de baile como ejercicio de práctica militar y tonificación muscular. Solamente las aprendían hombres y se enseñaban entre ellos, y los movimientos seguían una coreografía establecida. Además, hacían exhibiciones durante los festejos donde se mostraban desnudos y cubiertos con algún tipo de aceite. Esto estaba totalmente aceptado y valorado por la sociedad.
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En Grecia todo el mundo sabía bailar y conocía los bailes típicos de los festejos, algo que aún ocurre hoy en día. ¿No te has preguntado por qué las personas de Grecia conocen tan bien sus danzas e incluso las enseñan en actividades lúdicas con otras personas?
La danza en la antigua Roma
De Grecia damos un salto a la antigua Roma, que como sabemos absorbe gran parte de la cultura griega para incorporar a la suya.
Aquí es cuando vemos un pequeño cambio en la concepción que se tiene de la danza: en Roma predomina el decoro y la moderación, y los bailes con mucho movimiento son vistos como una muestra de exhibicionismo y lascivia.
Bailar empieza a estar mal visto en las clases más altas de la sociedad. Era algo propio de esclavos o personas menos dignas. Las personas respetables quedaban al margen de todo lo relacionado con las danzas para no ensuciar su imagen.
Es en Roma donde encontramos los primeros escritos de amaneramiento en la figura del varón en la danza. Se ve mal parecer excesivamente femenino. Son varios los autores que defienden que la masculinidad va ligada a lo militar, y por tanto no está bien visto que los cuerpos afeminados sean precisamente los de los hombres. Asimismo, también había autores que aplaudían y valoraban mucho la danza por todos los beneficios que aporta.
La aparición de los bailes populares en la Edad Media
En esta época aparece un punto de inflexión en la danza debido al auge y peso del cristianismo y valores de la Iglesia en Europa. Es una época oscura marcada por las guerras, la muerte, las enfermedades y la eliminación de algunas formas de arte.
Las danzas de esta época están muy ligadas a los cultos paganos, que serán absorbidos por la iglesia, disfrazándolos de ritos cristianos. Era frecuente bailar en las iglesias, aunque con el paso del tiempo se empieza a prohibir y criticar desde la moral cristiana, ya que se consideraba actividades profanas. Las personas dejan de bailar en las iglesias, y los bailes llegan a las calles, dando inicio a lo que conocemos como danzas populares.
Cada pueblo tenía su propia danza, y eran criminalizados por la iglesia que consideraba el baile como algo lascivo y pecaminoso, propio de prostitutas y clases bajas. Hombres y mujeres bailaban por igual. Tal como en siglos anteriores (salvo el caso de Roma), no existía discriminación alguna por géneros.
Renacimiento
Nos vamos a la época renacentista, marcada por el humanismo, la ciencia, y las iniciativas para explorar el mundo. Dejamos atrás la oscuridad de la edad media, y ahora la clase burguesa se vuelve mecenas de las artes.
Los profesionales pintores, escultores y bailarines se profesionalizan y se vuelven trabajos muy respetados y valorados por la dificultad técnica que conlleva. Es una época de esplendor dentro del mundo de las artes.
Aparecen tratados sobre danza, así como escuelas con profesorado y alumnado, siempre dirigida y gestionada por la figura del varón. Los profesores eran varones, y ellos establecen las normas de la danza. Decidían sobre la música, la coreografía y la iluminación. Las mujeres no podían tomar ningún tipo de decisión, aunque sí que podían participar en los bailes. Además, el baile se convierte en una forma de demostrar y exhibir el poder real.
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El Barroco
En esta época aparece la figura de un rey muy conocido y presente en los libros de Historia: Luis XIV, más conocido como el Rey Sol.
Hay fuentes que afirman que se llamaba así porque se consideraba que todo giraba en torno a él y a Francia. Sin embargo, desde la perspectiva de la danza, esto también podría ser porque de joven apareció vestido de Apolo en el Ballet Royal de la Nuit.
Luis XIV era bailarín y amante de la danza e incluso participaba en los bailes que se organizaban en la corte. Nuevamente, el baile vuelve a girar en torno a protagonistas masculinos y es un arte muy bien visto.
Además, se crea la Real Academia de la Danza y la Real Academia de la Música. Esta última sería el precedente de la Ópera de París.
Las mujeres seguían sin tener poder de decisión, pero poco a poco las mujeres nobles empiezan a ocupar sus espacios y a algunas se les permite coreografiar sus entradas. De este modo, van adquiriendo voz y poder en esta disciplina artística, que se va modernizando cada vez más.
El Ballet en el Neoclasicismo (XVIII – XIX)
Es en esta época cuando aparece el ballet tal y como lo conocemos. Surge el ballet de acción con Jean Georges Noverre, el precedente del ballet tal y como lo conocemos en la actualidad.
Algunas propuestas de mujeres fueron exitosas, como el acortar la falda tres centímetros por comodidad, lo que supuso una revolución total. En aquel entonces era impensable que una mujer pudiera obtener el permiso para hacer algo así.
Romanticismo (XIX)
El ballet tal y como lo conocemos viene de esta época, con el famoso tutú y las obras inolvidables e imperecederas de grandes artistas, como el baile de los cisnes del gran Tchaikovsky.
Aunque cada vez hay más bailarinas en escena, los coreógrafos más famosos siguen siendo hombres. Pero la feminidad empieza a tomar el escenario, y el papel protagonista lo adquieren también las mujeres.
Siglos XIX- XX
Desde finales del XIX el mundo queda sumergido en una época de grandes cambios y el baile también empieza a modernizarse.
Aparecen personas que defienden que la danza también debe actualizarse y explorar nuevas formas de expresión. Pero, por otro lado, existe una vertiente más conservadora y purista que se mantiene fiel a la danza clásica.
Aparecen los ballet rusos de Serguéi Diáguilev, que será quien modernice por completo el mundo de la danza. Serguéi era homosexual y contaba con artistas de todo el mundo para sus espectáculos, que se volvieron internacionales, interculturales e interseccionales.
Diáguilev llegó a trabajar con artistas de la talla de Manuel de Falla o Pablo Picasso. Era un hombre con mucho poder y enamoradizo de los hombres con los que se relacionaba.
La danza moderna
Como ocurre con todo en la historia, llega un momento en que se decide romper con lo anterior. Las mujeres empiezan a reivindicar nuevos modelos menos rígidos, dejando atrás ataduras como el corsé.
Mujeres como Loie Fuller e Isadora Duncan dieron origen a la danza moderna, expresión artística que rompe con la rigidez del ballet clásico. Ambas empiezan a impulsar cambios revolucionarios, como crear una escuela de baile solo para mujeres. Isadora era conocida por sus bailes con túnicas y pies descalzos; se dice también que fue amante de Loie.
Por tanto, vemos que la visión feminizada de la danza empieza a aparecer ya en el siglo XX. También surgen nuevos papeles para hombres más allá de los clásicos, como príncipes o brujos. Los números más bonitos del ballet lo representaban mujeres y desde la alta burguesía empezó a ser visto como algo exótico y casi sucio donde no tenían cabida los hombres.
Los mandatos de la masculinidad tradicional empiezan a colonizar las artes escénicas, con fuerza en la danza. Se empieza a insultar a los hombres bailarines a ser considerados afeminados y menos hombres, y cada vez se le da más importancia a la figura femenina. Aparecen figuras muy importantes como Pina Bauss.
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Conclusiones
La danza conlleva un desgaste físico y mental similar enorme por todo lo que hay que practicar y aprender (terminología, coreografía, etc.). Los ejercicios de los bailarines son equivalentes a los de otras profesiones que se perciben como “de élite”, sin embargo, la danza masculina continúa teniendo una carga negativa en la sociedad por ser considerada como “femenina” o solo para homosexuales.
En España predomina aún el miedo al qué dirán entre hombres interesados en el baile, algo que no ocurre para nada en otros países, donde además se sienten orgullosos de su folkore y danzas populares.
Fuentes:
- History of Dance: An Interactive Arts Approach (2017). Gayle kassing,
- Dancing in All Ages. The History of Dance (2011). Edward Scott.