En general, todes conocemos cuál es “nuestro signo” porque el horóscopo nos asigna un signo según nuestra fecha de cumpleaños. Pero en realidad ¿con qué tiene que ver todo esto? ¿habla de mí y de mi identidad? ¿Qué significa “ser de un signo”?
Cuando decimos que somos de un signo en realidad estamos hablando de la ubicación astrológica del Sol al momento de nuestro nacimiento. Es por esto que hablar de “nuestro signo” en realidad es hablar de nuestro signo solar.
El Sol en astrología
En astrología nombramos al Sol como un planeta. Esto es porque la astrología es subjetiva y situada. Su origen tiene que ver con el estar aquí, en este planeta y no en otro. Por eso decimos que tiene perspectiva geocéntrica, porque nos paramos desde la Tierra para observar los movimientos que hacen los demás planetas alrededor.
Durante el año, el Sol va moviéndose alrededor de la Tierra y va pasando por los distintos signos:
- Aries (21 de marzo — 19 de abril)
- Tauro (20 de abril — 21 de mayo)
- Géminis (21 de mayo — 20 de junio)
- Cáncer (21 de junio — 22 de julio)
- Leo (23 de julio — 22 de agosto)
- Virgo (23 de agosto — 22 de septiembre)
- Libra (23 de septiembre — 22 de octubre)
- Escorpio (23 de octubre — 21 de noviembre)
- Sagitario (22 de noviembre — 21 de diciembre)
- Capricornio (22 de diciembre — 19 de enero)
- Acuario (20 de enero — 18 de febrero)
- Piscis (19 de febrero — 20 de marzo)
(Si cumplimos años en las fechas de principio/fin de cada período, es posible que el sol aún se encuentre en el signo anterior, o bien, que ya haya pasado al siguiente; por lo que corresponde chequearlo en la carta natal)
El Sol en la carta tiene un rol central, es el planeta que reúne la energía vital. Es energía “de centro”, el planeta que organiza la carta natal, que le da coherencia a cada una de sus partes, de manera integrada. Por eso, cuando desplegamos la energía de nuestro signo solar, también nos sentimos con cierta sensación de realización personal.
Soy de… mi signo solar
El signo solar es una energía que vamos a desarrollar a lo largo de nuestra vida, es desde la cual nos mostramos al mundo. En la medida que seamos más conscientes de nosotres mismes, más provecho sacaremos de ello.
Tiene que ver con quiénes somos, pero sobretodo con quiénes vamos siendo y con qué nos identificamos en la medida que nos des-cubrimos.
En este sentido, algunos astrólogos sugieren que la difusión masiva de la astrología -a través del horóscopo en la prensa, a lo largo de la historia- trajo la influencia positiva. Por ejemplo, al ayudar a que cada persona se identificara tempranamente en su vida con una energía (la del signo solar) con la que de otro modo no tendría tanta identificación.
Ser más conscientes de nosotres mismes puede estar relacionado a la percepción cotidiana de dónde nos sentimos mejor, o bien, a tener registro de nuestros mecanismos de pensamiento, destreza de racionalidad y/o capacidad de procesar sensiblemente distintas experiencias que se nos presentan. Al final, esto nos va a hablar de quiénes somos cuando brillamos de manera solar y cuándo sentimos (o podemos llegar a sentir) que estamos en nuestro máximo esplendor.
También es posible que ese proceso no suceda de una manera tan simple. Si bien los horóscopos propiciaron la identificación de las personas con su signo solar, no existen garantías respecto a que suceda de esa manera en todos los casos y está bien que así sea. No sólo por lo que mencionamos antes en relación al proceso que implica la identificación con el signo solar, sino también porque somos todes diferentes y las configuraciones de nuestros mapas natales son tan únicas como cada ser humanx en el mundo.
Entonces, ¿en qué cambia si tenemos el sol en un signo u otro? ¿qué pasa si soy de piscis o si soy de escorpio, tauro, géminis, virgo u otro? Eso va a depender de las cualidades de cada signo.
Les invito a estar atentes a las entradas de Every, donde seguiremos hablando de astrología, signos y qué efecto tiene todo eso en nuestras vidas y en nuestro vínculo con les demás 😉
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