Hablar de familia tradicional…¿Tradicional? ¿Qué? Hemos sido educadxs bajo una mirada que lo normaliza todo. Pero eso ya ha quedado obsoleto.
En la actualidad la Visibilidad de los distintos y diversos modelos familiares han venido para quedarse en la sociedad. Se está produciendo un gran avatar al momento de armar un proyecto familiar. SER FELICES! Ese es el gran objetivo.
La familia nuclear heterosexual ha sido una gran construcción socio-cultural con raíces históricas tan profundas, que ha resultado muy difícil de desterrar. Hoy podemos hablar de familias trans, multiculturales, homoparentales, monoparentales, abuelos, tíos, amigxs, etc. y es ahí donde abrimos ese abanico diverso de posibilidades.
¿Importa verdaderamente destacar de qué tipo de familia se trata? ¿Es tan necesario seguir etiquetando en nombre de los mandatos, cuando el cimiento está en dar amor?
Debemos comenzar a valorar a la persona no el envase. Tejer esos vínculos en la infancia que ayuden luego a construir autonomía y respeto en las decisiones de todxs. Porque eso debe ser la familia, priorizar el bienestar y reforzar los vínculos afectivos. Porque en definitiva lo que más importa es la calidad de la relación familiar que su estructura en sí misma. Entonces: ¿Por qué mantener mandatos cuyo régimen solo busca bloquear los deseos?
El deseo de compartir y transformar. El deseo de amar sin condiciones. Permitir EL AMOR como ese único motor posible. ¿Por qué invalidar la existencia de tantas posibilidades de familia? ¿Por qué no contribuir entre todxs a una cultura de paz, inclusiva y de igualdad de oportunidades reales?
La familia, cualquiera sea su modelo, debe ser una red de amor! La Revolución de la Familia es un hecho porque es otra manera de vivir el amor. ¡Sacude tus prejuicios! ¡La diversidad es sublime! Como profesa una famosa canción “estando juntos mi mundo se llena de luz, lo mejor de mi vida eres tú”
¡Pongamos en agenda el amor!