Las personas LGBT deben atravesar muchas barreras para acceder a la educación en Colombia, por tal motivo, la mayoría decide desertar de la academia.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia alrededor de 501.000 personas mayores de edad se identifican como LGBT. De las cuales, la mayoría se ha enfrentado con obstáculos durante su etapa educativa.
Hablando específicamente del acceso a la educación de las personas trans, de acuerdo con el “Diagnóstico y recomendaciones para la inclusión laboral de los sectores sociales LGBTI”, en Bogotá, tan solo el 32% de la población trans ha completado la educación media.
De igual manera, solo el 4% de esta población encuestada culminó la educación universitaria y el 1% el pregrado.
En 2018 la “Línea base de la política pública LGBTI” aseguró que el 7,8% de las mujeres trans en Bogotá acceden a educación superior. Además, el 42% de las personas que toman la decisión de transitar su cuerpo, no culminan la educación básica, por motivos relacionados con la violencia de género que existe en estos entornos académicos.
Quizás te puede interesar: A falta de educación para la diversidad, las aulas no son espacios seguros
Otros estudios sobre la educación en Colombia de personas LGBT
Un estudio en Bogotá por la Secretaría de Planeación en el marco de la política pública junto a la Fundación Corona, ANDI, Acdi Voca, el Centro Nacional de Consultoría e Interra, Realizaron encuestas y entrevistas durante todo el mes de enero en 2021, a 579 personas pertenecientes a todos los sectores sociales. También realizaron 42 entrevistas a profundidad.
Los resultados evidenciaron que el 19 % de la población entrevistada no terminó el bachillerato, de los cuales 32% de ellos eran personas trans.
El 27% de los hombres gays/bisexuales son profesionales universitarios, mientras que en las mujeres lesbianas/bisexuales el 20% son profesionales universitarias (20%)”. Tan solo el 4% de las personas trans tienen ese nivel educativo.
Dentro del estudio se identificó que el bajo acceso a la educación respondía a diferentes variantes. La falta de apoyo familiar era la más importante seguida de barreras en cuanto al acceso a documentos que genera que las personas afronten dificultad para culminar sus estudios. Por último, las instituciones educativas no cuentan con programas que eviten la discriminación hacia las personas diversas.
La discriminación empieza desde el colegio
Una encuesta realizada este año por Colombia Diversa indicó que el 80 por ciento de los jóvenes se sienten inseguros en los ambientes escolares.
Esto se debe a que en las instituciones educativas aún no se ha implementado completamente una educación con un modelo inclusivo que impida la discriminación hacia las personas con diversidad sexual y de género.
El gobierno de Colombia ha venido creando estrategias para que en los colegios se pueda empezar a implementar una educación inclusiva libre de violencia de género.
También leer: Ley José Matías, la iniciativa contra el bullying que avanza en Congreso de Chile
Esta es una cartilla creada por el estado en la que se habla de los diferentes procesos que se pueden implementar desde los colegios para empezar a hablar de género y sexualidad sin generar ningún tipo de exclusión.
Inicialmente expone la importancia de hablar sobre orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas desde la escuela.
“Es importante que en la escuela se entienda qué son las orientaciones sexuales (O.S.) y las identidades de género (I.G.) no hegemónicas, ya que al abordarlas se está permitiendo que las personas que las vivencian, las puedan incluir en su proyecto de vida de una manera no culposa y libre que posibilite el ejercicio de sus derechos”, se expone en la cartilla.
También se expone que es necesario que se transformen las pre concepciones y nociones que se tienen sobre estas categorías. Por tal motivo, exponen que es importante explicar detalladamente que es sexo, género, identidad de género, expresión de género y orientación sexual.
Adicionalmente, agregan que las escuelas que son garantes de derechos deberían actualizar los manuales de convivencia donde se hable de estos temas. La cartilla propone estrategias para comunicar esta información a los estudiantes.
Finalmente, propone crear rutas de atención con enfoque de orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas. Capacitar en género a las personas encargadas de estas rutas de atención.
Es de suma importancia entender que desde la niñez se empiezan a crear los conceptos sociales para entender el mundo. Si a las niñas y niños se les empieza a hablar de la diversidad desde los colegios, empezarán a apropiarse de enfoques más inclusivos y de mayor aceptación.
Orientaciones para promover la educación inclusiva
Una educación inclusiva también se puede generar desde el lenguaje. La manera en que nombramos las cosas y las personas es una forma de entenderlas. Reconfigurar la manera en la que empleamos el lenguaje también es una forma de cambiar los valores sociales que en algún momento se le atribuyó a este.
Puede interesarte: Empleo LGBT en Colombia: ¿Cómo está la situación?
Tiempo de actuar publicó unas guías para implementar un lenguaje más inclusivo en las aulas de clase:
- Evitar el uso del masculino genérico y cambiarlo por sustantivos genéricos inclusivos y colectivos. Estudiantes, profesores, familias.
- La perífrasis es importante (una expresión compuesta por varias palabras que podrían intercambiarse por una sola). “Las personas encargadas” suena como una frase mucho más larga que “los encargados” pero es una forma de ser más inclusivos.
- Uso de construcciones metonímicas (es un fenómeno de cambio semántico, por el cual se designa un concepto con el nombre de otro, sirviéndose de alguna relación existente entre ambos). La infancia, la juventud, la ciudadanía en vez de los niños, los jóvenes, los ciudadanos.
- Emplear sustantivos y adjetivos neutros: estudiante y habitante en vez de alumno o ciudadano.
- Sustituir los sustantivos por adjetivos sin marca de género: infantil, juvenil o humano en vez de niños, jóvenes u hombre.
- Omitir los determinantes o intentar emplear los que no tienen marca de género: cualquier o cada paciente en vez de los pacientes.
- Utilizar pronombres sin marca de género: quien/quienes, alguien o cualquier en vez de el/los o algún.
- Jugar con la voz verbal: “se entrevistará” en vez de “será entrevistado». O “tiene la obligación” en vez de “está obligado».
- Alterando el orden: todas y todos, las chicas y los chicos, las madres y los padres.
Lo que no se nombra no existe, esta es la razón por la cual es tan importante empezar a hablar de diversidad sexual desde los centros de formación educativos. Nombrar la diversidad desde los colegios es una manera de empezar a reflexionar sobre lo que significa, es importante que los niños empiecen a entender que es una sociedad diversa.