La comunidad LGBTIQ+ en Chile no ha sido reconocida en el sistema político en temas de acceso a vivienda digna y espacios públicos seguros cercanos a sus hogares. Por tal motivo, diferentes grupos de género apoyan las propuestas de la nueva Constitución que van enfocadas a brindar residencias que brinden bienestar.
MUMS, una organización que trabaja por y para los derechos de la diversidad sexual y de género, expuso el pasado 11 de agosto que el texto de la vieja Constitución no se pronuncia sobre el derecho a la vivienda digna y que por tal motivo, tiene medidas restringidas para preocuparse sobre ello.
De igual manera, la organización Disidencias Sexogenericas CS expone que la antigua constitución no contiene artículos sobre el tema. Mientras que en la actual Constitución propuesta postula que toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria.
En este sentido, desde que se viene hablando de los nuevos cambios que puede atravesar Chile con el cambio de gobierno y ahora, con la renovación de la Constitución, se empezaron a exponer temas de discusión tal como el acceso digno a la vivienda para personas LGBTQI+.
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En diciembre de 2021 se publicó el estudio Derecho a la Vivienda y a un Entorno Adecuado para las Disidencias Sexuales y de Género, el primer estudio sobre las condiciones de acceso a vivienda de las personas LGBTQI+. En esta investigación participó La corporación de Estudios Sociales y Educación, trabajando en conjunto con el Organizando Trans Diversidades (OTD).
El 58,6% de la muestra valora como “muy mala” la actuación del Estado para facilitar el acceso a la vivienda para disidencias sexuales y de género
Acceso a vivienda y conformación de las viviendas LGBTIQ+
El estudio sobre el derecho a la vivienda para las disidencias sexuales y de género reveló que el 38% de las personas arriendan la vivienda donde viven y que el 51,2% de las viviendas tiene un núcleo residencial de entre 3 a 5 personas (incluyéndose el encuestado/a/e).
Adicionalmente, el 52,2% de los participantes en el estudio indicó que si tuviese la posibilidad de realizar un cambio de domicilio, lo haría. Las cinco razones que más se repiten para generar ese cambio es que el actual lugar de residencia es “muy pequeño”; le siguen el que la vivienda “se ubica en un sector inseguro”, que “se encuentra ubicada en un sector con escasos servicios”, que en la vivienda o barrio “se dan relaciones de mala convivencia y/o violencia por su orientación sexual o identidad de género”; y, finalmente, que la vivienda “presenta problemas no estructurales”.
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A pesar de que el hacinamiento solo es evidenciado en un 6%, según los testimonios publicados este es vivenciado con altos niveles de estrés, comprendiendo que no siempre son aceptados por su orientación sexual y/o identidad/expresión de género en sus núcleos.
Conformación de espacios públicos cercanos a la viviendas
El 84,6% de la muestra señala que en el sector que reside existen espacios públicos, como parques, plazas, canchas o sedes sociales. De este universo, el 62,8% da uso a estos espacios.
Al consultar por los factores de no uso de estos espacios públicos, las personas reconocieron sentir inseguridad en dichos lugares, por tal motivo, deciden alejarse y no participar en ellos.
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Esto se puede justificar en que el 45,5% de la población LGBTQI+ ha experimentado violencia en espacios públicos, concentrado principalmente maltratos verbales (81,1%), psicológicos (34,7%), física (28,2%) y sexual (20,7%), perpetrados principalmente por personas desconocidas, vecinos, y por agentes del Estado (fuerzas públicas).
Finalmente, el informe presenta que Santiago de Chile y Valparaíso recogen el mayor número de casos de personas que han sido victimas de violencia o discriminación en los espacios públicos cercanos a sus viviendas.