En every somos todes, nuestro podcast, queremos no solamente visibilizar a la comunidad, sino también deconstruirnos y entender la razón de muchas de las problemáticas que afectan dicha comunidad.
En ese contexto estuvimos conversando con Carlos Sánchez, no el futbolista de la selección Colombia, sino un experimentado psicólogo que se desempeña como docente en la Universidad Sanbuenaventura de Cali, Colombia.
¿Te has preguntado por qué existe la homofobia? La respuesta puede ser sencilla, porque el hombre es un ser que históricamente se ha sentido superior y, como nos han enseñado a que los hombres deben cumplir un molde, lo que se salga de él es extraño y por ende, inferior. Sin embargo, al hablar con Carlos Sánchez nos damos cuenta que hay un trasfondo psicológico detrás de un comentario de odio.
Principalmente es importante que entendamos el contexto en el cual surge la homofobia. Es muy posible que parte de los discursos de odio se deban simplemente a un homocentrismo que piensa que lo que cada persona cree es la única verdad.
“Generalmente las personas que esparcen odio no se dan cuenta de sus discursos de odio. De hecho, la mayoría creen que lo que dicen es adecuado, pertinente y válido (…) Esto se debe porque siempre hablamos desde nosotros mismos, no hay otra forma de hablar, siempre hablo desde el mí como referente (..) Hay qué hacer un ejercicio para hablar desde el otro, para poder ser empático, pero generalmente las personas no hacen ese ejercicio.”
Sin duda la homofobia tiene consecuencias que pueden llegar a ser graves. Es por eso que hablamos sobre estas consecuencias tanto en las personas que perpetúan en sus discursos de odio como en quienes somos víctimas de ello. A continuación te mostramos parte de la entrevista en la cual hablamos al respecto.
Lee también “No nos conocemos, pero nos necesitamos”, Oyirum en Every Somos Todes
Entrevista en Every Somos Todes
¿Qué consecuencias tienen los mensajes de odio tanto para las personas que son víctima de estos como para las personas que son victimarios?
Esto es un tema álgido porque al final el odio es un tema muy complejo. Quién esparce odio asume que eso no es odioso; asumen además, que su valoración del mundo es correcta, asume que lo que dice es cierto, asume que lo que dice es válido, asume que no está siendo odioso. De hecho, la mayoría de los casos de personas que esparcen odio ni siquiera se dan cuenta que lo están haciendo, ni siquiera se dan cuenta que su perspectiva es inadecuada, ni siquiera se dan cuenta que está siendo intolerantes, ni siquiera se dan cuenta que están promoviendo agresión y violencia.
Esta persona que promueve el odio cree que (su mensaje) es cierto. Por ejemplo, los regímenes totalitarios, los regímenes discriminadores, las formas de discriminación étnicas, religiosas, de género, de identidad sexual… Quien lo hace asume que está bien hacer eso. Entonces más bien, el sujeto que esparce odio no logra comprender que hay otros mundos posibles y diferentes al que ellos creen, y como hay otros mundos posibles no logra entender que hay otras formas fuera de su círculo inmediato que existen.
Esto hace que generalmente las personas que esparcen odio, además de ser odiosas, sean egocéntricas, sean egoístas, tengan una alta valoración moralista del mundo, sean generalmente muy retrógradas de pensamiento y asumen que la contemporaneidad está echada perder, pues creen que las cosas deberían ser como antes eran, ya que este es su marco de referencia.
Lee también “Yo siempre he dicho que yo soy una construcción de lo que he ido aprendiendo” Sago en Every Somos Todes
¿Allí surge la expresión de la ‘generación de cristal’?
El tema de la generación de cristal, que es una expresión peyorativa y odiosa, es una forma abusiva de expresarse de algunas nuevas generaciones. Esa forma de expresarse, generalmente viene de personas de otra generación que vivieron asumiendo como normal, como usual, como frecuente y como válido el abuso a los demás, a los diferentes, incluso hacia sí mismos. Estas personas terminan por creer que hay una única forma de estar en el mundo y que es la que ya perdieron a la fuerza.
Así que decir generación de cristal dice más de quien lo dice que de quien lo recibe, porque la generación de cristal equivale a una generación que no quiere ni tiene porqué soportar el abuso disfrazado de chiste, la burla disfrazada de comentario, la agresión disfrazada de fuerza de carácter. Es una generación que busca desnaturalizar todo aquello que esos otros asumen como lo normal y natural.
Esta es una generación que no quiere repetir las formas en las que vivieron otras generaciones mayores, en las que se asumió como normal la agresión física, la violencia de género, la violencia machista, el feminicidio y la discriminación étnica o por identidad LGBTQ+, las formas de discriminación a lo socioeconómico, a lo político. Todas estas formas de discriminación eran normales y se percibían en el otro. Incluso, hay contextos donde todavía se hace, pero esta generación ni quiere, ni tiene porqué soportar la agresión disfrazada de buena voluntad.
Es allí donde aparece esa expresión. La generación de cristal más bien habla de cuán odiosas y cuán naturalizada está la violencia en generaciones anteriores, entonces no es que exista una generación de cristal es que hay unas generaciones mayores que ya están rotas porque otro mundo era posible y no quisieron o pudieron hacer nada para transformarlo; porque además también es muy probable que hayan sido víctimas de agresión, sólo que en su época, en su lugar y en su momento les dijeron que eso fue fortalecer el carácter y se lo creyeron, lo asumieron como cierto; así que naturalizaron la agresión y la violencia a sí mismos y a los demás.
No existe una generación de cristal, existe una generación que no quiere y no tiene porqué aguantar la agresión de otros asumiendo que eso genera el carácter y lo fortalece.
Recuerda que puedes escuchar la entrevista completa en nuestro podcast, Every Somos Todes.