Todes: El lenguaje inclusivo como apuesta política

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El lenguaje es una herramienta que nos permite construir nuestra realidad e identidad como seres sociales. Su uso puede aportar en la construcción de la igualdad, la exclusión y en la lucha contra la discriminación o invisibilización de la experiencia de vida de las personas.

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Actualmente existe un importante debate sobre el lenguaje inclusivo con respecto al género y cómo su uso puede democratizar el lenguaje y luchar por la reivindicación de las identidades femeninas y disidentes de la binariedad del género.

Sin embargo, algunas personas no saben de qué trata y cuál es el verdadero fin del lenguaje inclusivo. Por ello te contamos qué es, un poco de su historia y la importancia de incorporarlo en el día a día.

¿Qué es el Lenguaje Inclusivo?

Según la ONU, el lenguaje inclusivo es «la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género». En la lengua española el género es expresado en sustantivos, adjetivos y ciertos artículos. Por eso es posible identificar que hay palabras femeninas y otras masculinas; mientras que otras cambian según el sujeto de la oración.

El lenguaje inclusivo busca que la elección de palabras se haga conscientemente para evitar usar por defecto expresiones masculinas y se pueda comunicar de forma más inclusiva. Por ejemplo, dejar de decir ‘todos’ como expresión totalizante en un grupo donde hay personas que no se identifican como hombres.

 Aceptar, negar, utilizar o no incorporar el lenguaje inclusivo en la escritura o el habla corresponde a una posición política más que a un conocimiento profundo acerca de la gramática de la lengua española. Es decir que esta forma de lenguaje no busca “dañar” la lengua española, más bien busca transformarla en pro de la igualdad. Tal como en el entorno laboral, donde su uso disminuye el sexismo y los micromachismos; mientras promueve relaciones libres de prejuicios.

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Historia del lenguaje inclusivo, todo lenguaje es político

La lucha por la igualdad de género también se dio en el plano del lenguaje, conquistar la igualdad significaba lograr la representación en un ámbito fundamental de las relaciones humanas como lo es el lenguaje. 

Uno de los primeros capítulos de la historia del lenguaje inclusivo comienza con las feministas de la primera ola, luego de la Revolución Francesa. Ellas fueron quienes señalaron las desigualdades que se escondían detrás de la supuesta universalidad del lenguaje. Constataron que la declaración de libertad, igualdad y fraternidad para todos los hombres, escondía una triste realidad: era una declaración sólo para los varones.

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Tuvieron que pasar muchos años para que las mujeres fueran consideradas ciudadanas con los mismos derechos que los varones. De hecho, esta crítica sobre las marcas masculinas en el lenguaje y la asunción masculina como el arquetipo de ciudadano se profundizó en los setenta.

La necesidad de incluir al género femenino o la representación del mismo en las formulaciones lingüísticas. Como, por ejemplo, la exigencia de aparición de mujeres en la descripción de profesiones o nombrar a ambos géneros (desde una concepción binaria). 

Actualmente la propuesta del lenguaje inclusivo se ha convertido en una lucha social y política contra la hegemonía patriarcal, falocéntrica, heteronormada y binaria en la sociedad.

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Lenguaje inclusivo, el idioma de la diversidad

En esta lucha contra la supremacía del varón cis que se introdujo con la noción de género y luego con la inclusión de la no binariedad en la lengua española, el uso de la e, x y el @ se expandió cada vez más, sobre todo en la juventud.

Mauro Cabral sostenía en una de sus columnas: «Arrobas, equis, asteriscos. La escritura de la diversidad —y, más aún, de la disidencia sexual— tiene hoy en día un repertorio diverso y disidente de rupturas con el binario en la lengua. Y es que la lengua, ya se sabe, vuelve reales a quienes nombra, y otorga una realidad espectral a quienes, por imposibles, calla. Realmente imposibles».

Así mismo, para la colectividad No Binaries Uruguay, en un comunicado en contra de la resolución de la ANEP que decía que el lenguaje inclusivo debía ajustarse a las reglas del español, «Nuestras identidades no son una moda. Nuestras identidades no son una amenaza. Nuestras identidades no son un obstáculo para que otras personas puedan aprender. Nuestro derecho a ser y aprender es urgente».

Si bien dentro de los profesionales y la academia hay varias discusiones sobre si se puede imponer un cambio en la gramática cuando este responde a los usos y a una propia lógica que estructura su producción, lo cierto es que mientras más se transforme la realidad sociopolítica y los espacios se vuelvan más diversos, el uso del lenguaje inclusivo se vuelve una necesidad y una forma de lucha.

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